Capitulo 29.

59 10 0
                                    

Alison.

-¿¡COMO!?-Respondió alterada mi amiga cuando le conté toda la historia.

-Sam, tienes que prometerme que no vas a decir nada. Prométeme que va a ser un secreto entre tú y yo.

-¿Enserio Alison? No me puedo creer que me estés pidiendo esto. ¿Conoces el síndrome de Estocolmo?-Asentí.-Pues eso, no tengo nada más que decirte. Al, ¿cómo quieres que me calle? Ósea, me estás diciendo que un tío te secuestra, te tiene encerrada casi tres semanas en un desván y de un día para otro te saca y tú te enamoras. Necesitas un psicólogo Alison. Estar tanto tiempo fuera de casa no te ha hecho bien.

-Samantha ya vale. Sí, me secuestró, pero yo decidí quedarme con él. Y no estoy loca ni necesito ningún psicólogo porque estoy perfectamente.

-Si claro, perfectamente. Y no te imagines que no vaya a decir nada, olvídate. Ahora no, porque ha pasado todo lo de tu madre y está muy reciente. Pero no creas que esto se va a quedar así. Tú ahora no estás bien del todo. Ha sido un gran palo y necesitas descansar, estoy segura de que cuando lleves unos días en tu casa te das cuenta de lo que has pasado y también estarás de acuerdo en contarle a tus padres. Si ya sabía yo que era imposible que tú escribieras esa carta. ¿También te obligó a escribirla?

-¿Qué? ¡No! Sam por favor ya. Deja de decir que el me obligó. Él no me ha obligado a nada. Estoy enamorada de él. Y cuando todo esto pase voy a volver con él. Os guste o no. Tú no sabes cómo me he sentido con él. Todo lo que me faltaba aquí lo tenía con él. He sido feliz, he sentido lo que es una familia unida, él me ha dado cosas que no se compran ni con todo el dinero del mundo. Así que deja de decir esas barbaridades por favor, no voy a cambiar de opinión.

Ella únicamente hizo un mal gesto con la cara y se calló, no volvimos a hablar del tema. Hablamos, en cambio, de ella, de sus estudios y de cómo le había ido su vida amorosa, ya que cada semana se enamoraba de un chico distinto y se desenamoraba con la misma rapidez.

Cuando más inmersas estábamos en nuestra conversación sobre los últimos meses el ruido de la puerta nos sobresaltó. Jack, mi ex novio. Esto no me gustaba nada.

-No me podía creer que estabas enserio aquí cuando lo ha dicho Anna. He tenido que venir a ver si era de verdad. Y ya veo que sí, que estás aquí.- Se acercó y me abrazó, a decir verdad, había extrañado esos abrazos que me daba. Jack era mi novio, pero solamente era de palabra, no había amor, no al menos un amor de pareja, lo quería muchísimo, pero era más mi mejor amigo que otra cosa.- Te he echado tanto de menos Al...-Me dijo sollozando.

-Yo también te he extrañado Jack.-De mis ojos volvieron a salir unas pequeñas lágrimas. También tenía que hablar con Jack y Sam se dio cuenta porque se puso en pie.

-Bueno, creo que tengo que dejaros solos. Con lo que sea me llamas Al, te quiero mucho.

-Si Sam, te llamaré. Yo más.

Mi amiga salió del cuarto dejándonos a Jack y a mí frente a frente mirándonos a los ojos. Nos sentamos en los dos sillones que había y él comenzó a hablar.

-Leí la carta que le escribiste a Sam y Anna Al...-Su mirada se notaba muy triste, me sentía muy mal por hacerlo sufrir, pero no podía engañarlo.

-Jack, te quiero, y lo digo enserio. Pero no te quiero como tendría que hacerlo. Nuestra relación es únicamente de amistad Jack, y tú lo sabes.-El asentía mientras yo iba hablando.-Sé que tal vez esa carta no fue la mejor manera de decírtelo, pero he conocido a alguien, y no podía seguir con él mientras pensara que tú me recordabas como tu novia. De todos modos, Jack, yo tenía pensado volver y hablarlo todo contigo. Podemos ser amigos. No quiero perder la relación tan buena que teníamos.

Me callé esperando una respuesta por su parte, tardo unos segundos en responder.

-La verdad Al, me dolió cuando leí esa carta, estuve pensando que podría tener otro que yo no tuviera, que te podría dar ese que no te diera yo, ya lo sé, suena un poco egoísta. Pero ahora que lo dices, sé que tienes razón, nosotros estábamos tan acostumbrados a estar juntos que ya no teníamos  esa ilusión que se necesita en una pareja. Perdimos la magia de la que la gente habla cuando está enamorada. Y yo tampoco quiero perder la relación, seguiremos siendo amigos. No te preocupes por eso. Además, yo conocí a una chica hace una semana más o menos y bueno, hemos empezado a quedar, pero nada serio aún.

Me alegré de verdad por él, tenía que ser feliz, se lo merecía, era un chico genial y siempre me había apoyado. Y yo sabía que ahora iba a seguir apoyándome.

Estuve todo el día en el hospital. Pero al caer la noche decidí ir a casa a ducharme y a cambiarme de ropa. Papá se quedaría esta noche con mi madre, como llevaba haciendo los últimos días. Me dijo que me fuera a casa y que volviera por la mañana, que necesitaba descansar. En parte tenía razón, estaba realmente cansada del viaje y de todo lo que había pasado hoy.

Cuando estaba ya en casa, fui a darme un baño, llené la bañera y me introduje en ella. El agua caliente que entraba por mis poros era realmente gratificante. En ese mismo momento el teléfono sonó. Matt.

-Hola- Dije alegremente.

-Hola Al, ¿Qué tal el día?

-Cansado Matt, he visto a mis amigas, a mi padre, incluso a Jack.-No lo vi, pero supe que se había puesto tenso al oír el nombre de mi ex.-No te preocupes, ha conocido a una chica y está muy ilusionado.-Le dije rápidamente para que se quedara tranquilo.

-No estaba preocupado Al... Lo que quería decirte es que la operación de mamá se ha retrasado. Asique tendré que esperar para ir a verte a tu casa.

-Oh vaya...-Le dije triste.-No pasa nada Matt. Lo primero ahora es que tú estés con tu madre. –Oye Matt... tengo que irme. Ya vamos hablando.

-Vale Al, lo siento. Te quiero, no lo olvides.

Le colgué sin responderle. Sentía como si poco a poco se fuera complicando todo. Yo había vuelto a casa con la esperanza de volver a verlo antes de lo que pensaba, pero en realidad no iba a ser así. La operación se había retrasado. Y no sabía cuánto iba a tener que esperar para verlo. Estaba siendo muy egoísta, pero quería tener a Matt conmigo.

Cuidado con lo que eliges.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora