Capitulo 9.

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Alison.

Después de mi largo baño me sentía muchísimo mejor. Tenía las ideas más claras. Llevarme mal con Matt no me iba a solucionar nada, tal vez, si nos lleváramos bien las cosas irían mejor y hasta me soltaría antes. Mentiría si dijera que no se me pasaron por la cabeza ideas de salir corriendo de allí, pero no tenía dinero, no sabía dónde estaba. Y si me iba, lo único que iba a conseguir es que cuando él me encontrara tuviéramos muchos problemas.

Lo oí llegar, así que esperé un tiempo y salí de la bañera. Me dijo que dejaría las cosas en su cuarto. Tenía curiosidad por ver qué tipo de ropa me había comprado. Nunca había llevado nada que no fuera de marca, papá y mamá ya se encargaban de que así fuera. La verdad, nunca me había faltado nada.

Salí del baño cuando Matt me avisó de que ya se iba, y me encontré la cama llena de ropa. Había unos pantalones de chándal y unos leggins, unos pantalones negros y una camisa roja. Hasta me había comprado unas zapatillas. La verdad había pensado en todo. En una esquina de la cama vi una pequeña bolsa de Victoria's secret, me ruboricé. ¿Enserio había ido a comprarme ropa interior? Era un conjunto negro, era bastante sencillo pero muy bonito. Pensé en lo mal que tenía que haberlo pasado Matt y una sonrisa se escapó de mis labios.

Decidí ponerme los leggins y un jersey ancho gris que también me había comprado Matt. Me puse las zapatillas y estaba lista para salir. Cuando salía de mi casa siempre iba maquillada, pero aquí no tenía nada con lo que maquillarme, y decírselo a Matt sería demasiado pedir.

Iba a salir por la puerta cuando me di cuenta de que no tenía chaqueta, se le había pasado comprarme una chaqueta, y con un simple jersey iba a pasar mucho frio, pues Londres no era precisamente una ciudad famosa por su ambiente cálido. Con un poco de miedo abrí el armario de Matt, no me quedaba otra solución, y vi que tenía una chaqueta negra bastante ancha y parecía calentita, así que me la puse.

Ya lista abrí la puerta y baje por las escaleras. Sentado en el salón estaba Matt. Iba vestido de negro, como siempre. Al oírme se giró y me miro con los ojos como platos. Me sentí muy nerviosa.

Yo solía ir a pasear por mi ciudad con Jack, mi novio. Pero esto exactamente era una cita con mi secuestrador, era demasiado irónico como para ser real. No podía evitar que me temblaran las piernas. Cuando estaba ya abajo Matt se levantó, apago la tele, me tendió el brazo y sonriendo me dijo:

-¿Lista para tu primer paseo por Londres?   

-Sí, creo que estoy lista. – Le dedique una sonrisa sincera de verdad y le agarre del brazo.

Al salir de su departamento no pude sentirme más feliz de haber cogido su chaqueta. Hacia muchísimo frio. Matt se había puesto un gorro y una bufanda. Me dejó la bufanda al ver que me subía la cremallera de la chaqueta hasta arriba.

-Siento no haber pensado en comprarte más accesorios. Sobre todo con el frio que hace, pero no conozco tus gustos y temía fallar. Pero podemos ir a mirar a alguna tienda más algo que te guste.

-No, no te preocupes, así está bien, has elegido todo genial. Pero por favor, para la próxima déjame a mí ir a comprar la ropa interior. Me harías un gran favor.

Y me dedico otra vez una sonrisa. Cuando sonreía me olvidaba de lo mal que lo había pasado encerrada en su sótano. Me olvidaba de todo el sufrimiento.

Fuimos paseando por la ciudad que me dejo encantada. Su barrio era un barrio precioso en el que había muchos cafés.

-Te enseñare lo mejor de esta ciudad, pero cogeremos un taxi, pilla demasiado lejos como para ir andando. – Dicho esto levanto la mano y paro un taxi.

Le susurró algo al oído al conductor que no logré escuchar y este sonrió y asintió.

No podía parar de contemplar todas las maravillas que me rodeaban. Era una ciudad maravillosa, ya entendía por qué la gente hablaba tan bien de Londres.

Cuando el taxi paro me fijé en la gran noria que teníamos enfrente. El London Eye. Lo reconocí al instante, ya que era una de las cosas más famosas de la ciudad.

-Espero que no le tengas miedo a las alturas Alison.

-No, no le tengo miedo. – Pero mentí, me daban pánico las alturas, nunca me había subido a una montaña rusa, odiaba viajar en avión. Y aquí me encontraba, a punto de subirme a una noria altísima y haciéndome la valiente.

-¿Segura? No pareces muy convencida.

-La verdad es que no me gustan mucho las alturas. –Le confesé.

Él me dedicó una bonita sonrisa, y me cogió de la mano.

-A mí tampoco me gustan, es la primera vez que voy a subir. Cuando te dije que íbamos a conocer la ciudad te lo decía enserio, desde aquí dicen que se ve todo Londres. Venga vamos.

Y dicho esto tiró de mi mano y nos metimos en una de las cabinas.

-Te prometo que cuando nos bajemos de aquí te lo explicaré todo, ahora, disfruta de las vistas.

La noria comenzó a moverse, Matt no había soltado mi mano. Y la verdad este gesto no me incomodaba en absoluto. Decidí no pensar en nada y seguir su consejo. Le dedique una sonrisa y me quede embelesada admirando Londres desde las alturas.

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