C A P Í T U L O 76

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"Segunda" impresión.

Sonic.

Al transcurrir de las semanas, mi madre mejoró notoriamente, a tal grado que decidió volver al recinto que le había regalado. Por supuesto, la señora Margaret fue quien la recibió alegremente en su primer día. Ella siempre está al pendiente y tiene el número de contacto de cada uno de mis hermanos —y el mío, claro.— por cualquier situación que se llegase a presentar.

Aquel horroroso incidente ha hecho que tanto Sonia como Manic decidan organizar sus tiempos, esto con el fin de poder dedicarle más a nuestra madre.

Por mi parte, yo nunca he parado de visitarla, soy muy constante, Amy me ha enseñado a preparar algunos platillos riquísimos que son benéficos para su salud, así que en mis tardes libres cocinamos juntos, aunque aún tengo mucho que aprender.

Ahora mismo me encaminaba a visitarla, con la diferencia de que esta vez no iría solo.

—¿No piensas entrar? —Interrogué bromista. Mis nudillos se hallaban a centímetros de la puerta.

—No lo sé, no me siento muy cómoda con esto, Sonic. ¿Estás seguro que ella no está enfadada conmigo? —Rodé los ojos.

—No lo está. —Aseveré.

—¿Y qué tal si me echa de su casa?

Bufé, la halé de su mano derecha con vigorosidad y percutí con mis nudillos en la madera, aguardé unos segundos —Amy prefería permanecer tras de mí—. Finalmente, las bisagras emitieron un ínfimo rechinido, la puerta fue abierta por las levemente rugosas manos de la Señora Margaret.

Hola. —Saludó desplazándose hacia un lado, dejando un espacio libre para entrar.

—¿Llegué en la tarde de chicas? —Indagué bufón refiriéndome a mi madre y ella.

Asintió divertida, Amy y yo nos sentamos en uno de los sofás de la sala, la amistad de mi madre tomó asiento frente a nosotros.

Percibí el soniquete de las suelas del calzado de mi madre, impactar con los mosaicos que cubrían el suelo. Bajaba las escaleras con su vista entretenida en el interior de su monedero —y pensar en todas las ocasiones que me regañó por no prestar atención al caminar—.

—¡Margaret, no te imaginas lo que me...—Pausó al verme junto a la eriza de púas rosadas.

Me incorporé del sillón, mi acompañante me secundó, aunque ella se veía notoriamente más nerviosa que yo.

—Hola, ma. —Enuncié sonriente, la abracé.

—Hola, hijo. —Correspondió aún dubitativa.

—Eh... —Balbuceó torpemente.— Señora Aleena, un gusto volver a verla. —Formalizó.

Mi madre me observó en busca de respuestas, no lograba descifrar su objetivo, ¿no le agradaba que hubiese regresado con Amy? ¿o le producía tanta felicidad que se había quedado sin habla?

—¡Tanto tiempo sin verte por aquí! —Contestó. Solté un suspiro aliviado.

La saludó con un abrazo de duración breve, Amy se ubicó a mi lado izquierdo. Noté la difusa mirada de mi madre sobre nosotros. Con la curiosidad carcomiéndola, no aguantó más y decidió preguntar.

Casados Por AccidenteWhere stories live. Discover now