C A P Í T U L O 35

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E-mail para Amy.

Sonic.

Me encontraba en casa de Knuckles. Nos habíamos reunido todos para ver un partido de fútbol, ya eran los últimos minutos. Mientras ellos miraban cada jugada con atención, yo respondía a los mensajes de Scourge, quería que le ayudara con una partitura.

—Tírale... Tírale... ¡Tírale, puñetas! —Exclamó Knuckles frustrado al ver cómo el jugador fallaba.

—Ellos no te escuchan, ¿lo sabes, verdad? —Cuestionó Shadow con ciertos aires de superioridad.

—¡Cállate! Tú no sabes ver fútbol. —Shadow sólo se limitó a poner los ojos en blanco.

—¡Ouuh! —Gritó Silver al ver la infracción.— ¡¿Viste cómo se le barrió?! ¡Qué falta!

—¿Penal?... ¡¿Penal?! ¡Va a ser penalti! —Saltó de alegría.

Ambos se colocaron frente a la televisión. Alcé la vista de mi móvil para mirar el tiro, mientras que Knuckles y Silver observaban con afición, Shadow y Tails se la pasaban hablando de lo imbécil que era gritarle a la tv.

El balón fue posicionado, el árbitro pitó, el jugador tomó carrera y disparó directo al fondo de la portería. Silver y Knuckles comenzaron a gritar apenas ver semejante acción, corrieron hacia mí y me sacudieron mientras yo sólo reía. No obstante, el partido terminó.

—¡Ganamos! Venga, Sonic, ¡Celebra! ¡Deja ese celular un rato!

En su ataque de euforia, Silver me quitó mi celular para que les pusiera atención.

—¡Hey! Dame eso. —Me levanté del sillón.

—Necesitas distraerte de Amy un minuto. —Argumentó.

—Ni siquiera es Amy, es un asunto de The Underground, mi banda. —Me regresó mi móvil con algo de desconfianza.

—Hablando de Amy. —Intervino Knux.— ¿Qué tal te fue con lo de hace dos semanas?

—Bien, ya lo solucionamos. ¿Creías que seguiríamos peleados por esa mierdita dos semanas?

—Las mujeres pueden durar mucho con un enojo. —Articuló.— Por ejemplo, Rouge me ha tenido bloqueado en estas dos semanas.

—Eso porque eres un friendzoneado de clóset. Aún no aceptas el hecho de que estás en la "zona del amigo". —Knuckles rió sarcásticamente por aquel comentario de Shadow.

—A mí me huele a celos. —Pronunció Silver burlesco.— Tú te la quieres dar —Miró a Knuckles.— y tú ya te la diste. —Vió a Shadow.

—Bueno... No me molestaría ser el amigo de leche. —Enunció el equidna, causando una mueca de asco a los demás.

—¡Eres un puto cerdo! —Exclamé riendo.

—Yo no me di a nadie. —Aclaró ofendido.

—Pero eso no quita el hecho de que le metiste la lengua hasta la garganta. —Bromeé.

—Estaba ebrio, no cuenta.

—Yo también estaba ebrio cuando me casé y hasta ahorita veo todo muy válido.

—¡¿No se supone que estaban hablando de Amy?! —Cambió el tema ya frustrado.

Las contestaciones de Shadow sólo causaban gracia y risas entre nosotros, era divertido ver a un sujeto serio y conservador desesperarse gracias a un grupo de idiotas con comentarios fuera de lugar.

Casados Por AccidenteWo Geschichten leben. Entdecke jetzt