C A P Í T U L O 41

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20 aniversario.

Sonic.

Era de mañana, ayer había regresado algo tarde con Amy por lo que ella seguía aún dormida.

Me levanté de la cama y de los cajones saqué un conjunto de ropa deportiva. Me cambié y fui hasta el baño para cepillarme los dientes.

No obstante, me dirigí a la cocina para prepararme el desayuno. Busqué los cubiertos y un plato, escuché pasos provenientes de la habitación, al parecer ya se había despertado.

—¿Alguna noticia de Silver? —Cuestionó Amy a mis espaldas.

—No lo sé, lo desbloqueé ayer en la noche y no me ha mandado ningún mensaje. A esta hora deberá de seguir dormido. —Aclaré buscando algo para comer en el refrigerador. Tomé la mermelada de fresa y me giré hacia ella.— ¿Y a ti? ¿Blaze no te ha... —Hice una pausa al verla con un mallón deportivo y una blusa pegada.— Wow, ¿y eso? —La miré lentamente de pies a cabeza.

—Sé que ya es bastante el acoso que recibes aquí en casa, pero pensé que me haría bien salir a correr por igual. —Bromeó.

—Creí que eras "un antónimo del ejercicio". —Cité sus palabras.— ¿Qué te hizo cambiar de opinión?

—La falda que utilizaba en secundaria ya no me entra, tener una vida más sana y la falda que utilizaba en secundaria ya no me entra. ¿Mencioné lo de la falda? —Reí.

—¿Y qué? Eres linda justo como eres ahora. —Entoné dulcemente.

—¡Qué tierno! —Tomó mis mejillas entre sus manos, barrí la mirada a lo que ella rió risueña.— Pero ya tengo una meta.

Exhalé profundamente, una vez que se enclavaba con una idea, no había modo de sacársela de la cabeza.

—Entonces... ¿Quieres que seamos una de esas absurdas parejas fitness? —Pregunté.

—¡Ni loca me mato haciendo dieta! —Descartó al instante.

—Sabes que es un mito lo de poder comer lo que sea, sólo por hacer ejercicio, ¿no?

—¿Me darás toda una clase nutricional sólo para salir a correr un rato?

—Buen punto, desayúnamos algo ligero y nos vamos. —Planifiqué.

Tomé dos rebanadas de pan tostado y unté aquella conserva dulce. Amy imitó mi acción preparándose lo mismo.

Dialógamos y reímos en tanto terminábamos nuestro desayuno, al concluir salimos de casa. Recorrimos los pasillos del edificio y bajamos por el ascensor del mismo.

Abandonamos la estructura y apenas pisar la acera de la calle programé el cronómetro de mi celular y me coloqué sólo uno de mis dos audífonos.

—¿Segura que quieres hacer esto?

—¿Hacer qué?

—Correr conmigo. Digo, no es por presumir pero no creo que estés a mi nivel. Mis rutinas son algo pesadas.

—Nah, puedo con eso.

—¿Segura?

—Sí.

—¿Completamente?

—Ajá.

[...]

Ella paró bruscamente, su respiración era agitada y ruidosa, sus púas estaban desordenadas y el sudor recorría su piel.

Casados Por AccidenteWhere stories live. Discover now