C A P Í T U L O 49

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Los veintiséis.

Sonic.

El ascensor se abrió, me topé con algunos vecinos que iban camino a su trabajo. Hoy tendría un día un tanto ajetreado, así que tuve que madrugar si es que quería completar mi rutina de ejercicios.

Entré al elevador, pulsé el número de mi piso y esperé. Me sequé las contadas gotas de sudor de mi rostro con una pequeña toalla, saqué una botella de agua a medio beber de mi mochila y me la terminé totalmente sediento, hoy me había sobrepasado con mis recorridos en la ciudad.

Las puertas se explayaron nuevamente, salí y caminé con tranquilidad a mi departamento, metí la llave en la cerradura y posteriormente, descorrí  el cerrojo.

Me introduje en mi hogar, en cuanto dejé la mochila en el sillón escuché los pasos alarmados de Amy viniendo hacia mí.

—¡Feliz cumpleaños! —Corrió.

—Amy no. —Advertí divertido. Ella se aventó sobre mí.

Tomó mi rostro entre sus manos y me haló repetidas veces en su dirección, me besó en los labios una y otra vez.

—Veinticuatro... Veinticinco y... Veintiséis. —Pronunció entre cada beso.

—Venga, demasiado cursi. —Reí apartándola.— Qué bueno verte despierta ya. —Me dedicó una mirada difusa.— Mi madre hará una reunión para la familia, quiero que vayas conmigo.

—Creí que hoy estarías con tus amigos.

—Lo haré. Pero primero iré a la casa de mi madre. Me veré con los chicos hasta la noche. —Se cruzó de brazos.

—Siempre y cuando su festejo no amerite escorts o una ida a prisión, todo bien. —Reí.

—Trataré, pero no prometo nada. —Frunció el ceño ligeramente.

—Que no se te olvide quién te enseñó a tirar con rifle. —Amenazó mientras yo reía.

—Alístate, nos vamos en dos horas. —Informé.

—Por "reunión familiar" te refieres a tu mamá, Manic y Sonia ¿no?

—Nop. Me refiero a toda mi familia. —Hice énfasis en "toda". Amy no respondió, dio la vuelta entrando con apuración al baño para darse una ducha.

[...]

Estacioné una cuadra más adelante de la casa de mi madre debido a la falta de espacios en su propia calle, habían más autos llenándola y, como me lo esperaba, eran de mis familiares.

Salimos del auto, ambos nos dirigimos al hogar de mi mamá, noté desde lejos a mis primos más pequeños jugando en el jardín delantero.

—¿Por qué no quisiste que viniéramos caminando? —Interrogué.

—Porque estoy usando estos tacones. —Señaló al suelo.

—¿Y eso qué?

—Me iban a lastimar al caminar tanto. —La miré confuso.

—Si te lastiman, ¿para qué los usas? —Me burlé.

—Porque es la primera impresión que le daré a tu familia, dah. —Obvió.

—Tss... Tampoco esperes una crítica de revista de modas, a ellos sólo les importa qué tan divertida esté la fiesta. —Llegamos.

En cuanto los niños me vieron, corrieron hacia mí gritando mi nombre, me felicitaron abrazándome las piernas. Dos se quedaron colgados de mis pies, entre sollozos y pucheros me pidieron que me quedase a jugar con ellos. Reí con incomodidad y me negué amablemente en cada petición.

Casados Por AccidenteWhere stories live. Discover now