C A P Í T U L O 38

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Vivir juntos.

Sonic.

Después de una semana de charlas exhaustivas con sus padres y arduas discusiones con Amy sobre qué llevar y qué no; por fin consiguió mudarse conmigo.

—Hogar, dulce nuevo hogar. —Celebró al llegar.

Ella corrió hasta el sofá para lanzarse a éste y encender la tv. Reí por aquel aniñado comportamiento suyo y me senté a su lado.

Pasados unos escasos minutos, el programa concluyó dando por terminado al entretenimiento de ambos.

—¿Y piensas ver la televisión todo el tiempo mientras vivas aquí? —Pregunté a modo de burla.

—Pueees... Creo que tengo algo en mente. —Llevó su dedo índice a su mentón.— ¿Dónde están las partituras para guitarra de tus canciones? —Reí levemente.

—Tercera repisa del estante. —Se levantó del sofá.

Observé cómo ella corría hasta allí, se estiraba y ponía sus pies de puntitas para alcanzar mi libreta. La asió entre sus delicadas y pequeñas manos, posteriormente caminó de regreso a mí, se colocó frente al sofá mirándome con entusiasmo.

—¿Quieres tocar una? —Cuestioné torpemente. Ella movió su cabeza hacia adelante repetidas veces.

Tomé el control y apagué la televisión. Me incorporé del mueble, le indiqué que me siguiese y fuimos hasta la habitación insonora con la que contaba el departamento.

Entramos, en dicho lugar ya se encontraban ubicados tanto su guitarra como la mía, y el resto de instrumentos de mi banda.

—Bien, escoge una canción. De preferencia que no sea difícil. —Me coloqué la correa de mi guitarra.

—Que la vez pasada haya fallado un poco con Satisfaction, no debería de importar. —Intentó defenderse mientras hojeaba mi libreta.

—Tranquila, quedó bastante claro que fue a propósito. —Reí.

—Te prometo que esta vez sí tocaré la guitarra. —Bromeó.— Ésta. —Me dio la libreta con la partitura que había elegido.

—De música ligera, infaltable en los conciertos. —Sonreí.— Bien.

Mi amplificador lo coloqué en el canal limpio, busqué entre mis cosas los pedales. Quería enseñarle el resto de los acordes mientras que yo me dedicaba a hacer los solos.

Ella leyó y ensayó las partituras una y otra vez, practicando los acordes lentamente hasta quedarse satisfecha con su habilidad al tocarlos rápido.

Adoraba el cómo se veía al hacerlo, cuando fallaba un acorde su frente se arrugaba un poco, no demasiado. Siempre se mostraba concentrada y sonriente.

—¿Lista?

—Eso creo.

Conté hasta tres, le acompañé al principio de la canción, una vez noté más confianza en su forma de tocar decidí dejarla ir por ella misma.

—Podemos mejorarlo, intenta mutear las cuerdas. —Colocó el costado de su palma en el puente de la guitarra.— Si menor. —Le indiqué cuando cambiar el acorde.— Sol Mayor. —Comencé a mover mi cabeza de adelante hacia atrás al ritmo de la música.— Re Mayor. ¡Eso es! —Felicité.— La Mayor.

Amy siguió con el ritmo hasta al fin dominarlo sin problema alguno. Le sonreí y comencé a tararear la letra. Mi guitarra le seguía a la suya en los coroa de la canción.

Casados Por AccidenteWhere stories live. Discover now