Capítulo 47

19 2 0
                                    

Johnny

Camino por la plaza del pueblo observando, a través del plástico transparente de la caja que llevo entre mis manos, cómo ha quedado la tarta de Oliver para su boda. He pasado a recogerla a la pastelería que me ha indicado él esta mañana. Necesito estar ocupado para no pensar en Maddie, ni en cómo disculparme con ella después de lo que sucedió. No sé qué decirle, o si servirá de algo hablar con ella. 

-¡Hey! - me saluda el padre de Maddie. -¡Aquí estás! - se acerca y mira la caja con la tarta. -¿Todo listo para la boda?

-Sí, esta es la tarta del novio para Oliver.

-¿De verdad? - se asoma para ver el corazón. -¿Es un corazón humano?

  La verdad es que hacer una tarta con la forma de un corazón parece sencillo, pero añadir los detalles que simulan que se trata de un corazón humano de verdad ha sido mucho más complejo.  

-Sí. - ambos nos reímos. -Es un chico muy ingenioso.

Llegamos a una zona donde hay diversos bancos.

-¿Te apetece que nos sentemos? - me pregunta.

Me cae muy bien el padre de Maddie. Es un hombre increíble. Sin embargo, temo que sentarme con él a hablar pueda empeorar las cosas entre ella y yo, si es que pueden ir a peor.

-Lo siento, no creo que...

Él me señala el banco que ha escogido, y me mira fijamente. Algo me dice que no me va a dejar escapar tan fácilmente. 

-Está bien. - digo, y me siento.

-Así me gusta.

Se sienta a mi lado, y deja la bolsa que llevaba su lado derecho. Coloco la tarta sobre mi regazo, y coloco cada uno de mis manos a un lado de la caja. Me sudan las manos a causa de los nervios.

-Verás, nunca he tenido un hijo, por lo que probablemente no sea muy bueno en esto - comienza a decir. -Sé que tu padre falleció, así que ¿me permites que te dé un pequeño consejo?

-No. - bromeo.

Ambos nos echamos a reír. Me pregunto si a mis padres les hubiera gustado la familia de Maddie. O Maddie. Y creo que sí, porque desde que llegué aquí nos han acogido a mí, a mi hermana y a Oliver como tres miembros más de su propia familia.

-Eres un tipo duro. - sonríe.

-Has hecho una buena introducción.

-¡Ya lo creo!

Se hace un ligero silencio, aunque no incómodo. Sé que quiere hablar conmigo sobre algún tema que le preocupa y, curiosamente, es el mismo que me mantuvo a mí en vela anoche.

-Escucha. - lo miro. -No tires la toalla con Maddie. Solo tiene miedo de que le vuelvan a romper el corazón. No puedes culparla.

-Ya has visto cuanto me importa, Jack. Pero si no confía en mí, ¿cómo vamos a hacer que funcione?

-Por lo que he oído, tú también debes trabajar en el tema de la confianza.

-Lo sé. -agacho la cabeza. -Iba a disculparme con Maddie cuando tuviese la oportunidad, pero ¿me creería? Ella piensa que salgo con otra mujer.

-Míralo desde la perspectiva de Maddie. - aconseja. -Verás, os habéis conocido aquí, en Fool's Gold, donde has sido un hombre normal y amable con ella. Y luego ha visto en televisión a Johnny Blake haciendo las cosas que hace Johnny Blake.

-No soy esa persona. Ya no quiero llevar esa vida. - digo. -Después de aquella cena en Los Ángeles tomé una decisión. Le dije a mi representante que es hora de hacer algunos cambios, de elegir mi propio camino.

-¿Y qué camino es ese?

-El que me ha llevado hasta aquí. - confieso, sin titubear. -Es la primera vez en toda mi vida que me he sentido feliz. No quiero perder esto. - continúo. -He ganado bastante dinero como para vivir sin preocupaciones. Podría comenzar a trabajar en lo que de verdad me apasiona.

-Parece que has encontrado eso a lo que llaman equilibrio.

-Sí. - suspiro. -Pero si Maddie no está conmigo entonces, ¿de qué sirve? No quiero estar aquí sin ella.

-Tengo una duda. - le presto atención. -¿Por qué no le dices todo esto a ella?

-Ni siquiera me atrevo a hablar con ella ahora mismo. 

Agachamos la cabeza. Todo eso es lo que llevo sintiendo por Maddie desde hace algún tiempo. Sin embargo, cada vez que la veo, o cada vez que he intentado sincerarme, las palabras no fluyen, o algo nos interrumpe.

-Un momento. - dice él, de repente. -Sé dónde puedes encontrarla y no tendrá escapatoria.

Lo miro y frunzo el ceño, sin comprender qué se le estará pasando por la cabeza.

-¡Yo os declaro marido y mujer! - exclama.

Comienzo a reírme. 

-Creo que has acelerado un poco los acontecimientos. - le propino una palmada amistosa en el hombro.

-Tú no, idiota. - se ríe. -Cuando Ginger y Oliver pasen por el altar, ¿al lado de quién va a estar durante toda la ceremonia?

¡Yo! ¡A mi lado! ¿Cómo no se me había ocurrido antes? Yo soy el padrino de Oliver, y ella es la dama de honor Ginger. Estaremos juntos en la iglesia, incluso tendremos que compartir mesa en el banquete de después.

-Eres bueno dando consejos de no-padre a no-hijo. - lo felicito.

-¿De verdad? - sonríe. -Quédate una temporada por aquí y te enseñaré a pescar y a partir leña.

-¿Sí? Me gustaría aprender. - digo.

-Y a mí enseñarte.

CÁSATE CONMIGO EN NAVIDADWhere stories live. Discover now