Capítulo 34

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Madeline

Unos veinte minutos después, Ginger se encuentra frente al espejo, acariciando suavemente las curvas que tanto resalta ese vestido que le pedí. Está simplemente preciosa. Es un vestido de novia sencillo en tono blanco suave, con escote en forma de corazón, cola de sirena y algunos toques de brillo por toda la tela. 

-Es mi vestido. - solloza, a la vez que sonríe.

Isabel le extiende la cola hacia atrás para que pueda verse mejor. 

-Son lágrimas de felicidad, ¿verdad? - me pregunta Johnny. 

-Por supuesto. - sonrío.

Noto cómo la mano de Johnny se ajusta a mi cintura. Y me tenso, sin querer. Él me mira. Sus ojos azules están muy cerca de mi rostro, al igual que sus labios. Esto no está bien. Sin embargo, no soy capaz de apartarme.

-Muchas gracias, Maddie. - susurra.

Lo miro, y una feliz sonrisa se dibuja sola en mis labios. El silencio reina por unos breves segundos. Es como si Isabel y Ginger hubiesen desaparecido. De pronto, Johnny parece tensarse, y su mano se aleja de mi cintura, quedándonos el uno al lado del otro. 

-¿A alguien le apetece ir a Joe's a celebrarlo? - suelto de repente. -Tienen una nueva tarta navideña de cerezas que me muero por probar. ¿Os apuntáis?

-Yo sí. - dice Johnny.

Ginger se quita los zapatos de tacón que le había prestado Isabel para que viera el resultado del look completo. Mi amiga le recoge la cola, y comienzan a desfilar hacia el probador. ¡Oh, no! Se escaquean del plan.

-Me encantaría acompañaros, pero tengo una cena con Oliver en un restaurante italiano.

-Y yo voy a ver películas navideñas toda la noche. 

Otro silencio se hace entre nosotros. Nos han dejado solos.

-Supongo que te veré allí esta noche. - concluyo.

-O podría pasar a recogerte e ir juntos. 

-No creo que sea una buena idea para mantener tu anonimato. - digo. -Ya sabes, nosotros yendo a una cita.

-He pensado en ello. - me mira. -No es una cita. Es una salida. - el término es un tanto extraño, y muy parecido a la palabra cita. -Solo dos personas caminando juntas hacia un lugar en el que van a hablar tomando algo también juntos.

Visto desde esa perspectiva... sigue siendo una cita. Sin embargo, el hecho de que él sepa que no puede haber nada entre nosotros más allá de una amistad me tranquiliza. 

-¿Una salida?

-Una salida. - sonríe, ampliamente. 

-Vale, pues pasa a recogerme dentro de dos horas. - dedico, y él asiente. -Nos vemos. 


CÁSATE CONMIGO EN NAVIDADWhere stories live. Discover now