Capítulo 31

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Johnny

-¡How, how how! - exclamo.

La verdad es que estoy irreconocible con el traje de Santa Claus, y es mucho mas cómodo que cualquier prende de ropa que haya diseñado el equipo de vestuario para mis películas.

-¡Feliz Navidad! - deseo a los niños que dan saltitos a mi alrededor.

-¡How, how, how! - los abrazo uno a uno mientras me dirijo al trono que está en el centro de la plaza. -¡Feliz Navidad! ¡Feliz Navidad!

Maddie está sentada en una silla a mi lado, con un enorme saco delante de ella, preparada para recoger todos las cartas que los niños quieran enviarle a Santa Claus, y darles una pequeña chocolatina. Nada más verme, dibuja una sonrisa en su blanquecino rostro, que poco a poco se transforma en una divertida carcajada. 

Los niños pasan de uno en uno. Algunos me piden peluches para ellos y sus hermanos pequeños, coche de carreras, libros, muñecas... Y yo les prometo que les traeré tantas cosas como quepan en mi trineo en Nochebuena. El último niño sube las escaleras y camina hacia mí. Me recuerda mucho a mí cuando era pequeño. Su cabello es rubio claro, tiene los ojos azules, y es bastante alto para su edad. Le doy la camino, y le ayudo a sentarse en mi regazos, tal y como he hecho con todos mis anteriores invitados.

-¿Cómo te llamas?

-Brody. - dice él.

-Brody. - repito. -¿Y qué te gustaría que te trajera Santa Claus por Navidad?

-Me gustaría que mi padre volviese.

-¿Dónde está?

Brody baja un poco la mirada.

-Él está en el cielo.

Asiento, sabiendo lo que debe estar sintiendo. Recuerdo que la Navidad era la época más dura del año. Las cenas en familia siempre tenían dos grandes ausentes. Yo, al tener dieciocho años era el encargado, como hermano mayor, de hacer que Ginger no notase esa ausencia tanto. A veces tenía la esperanza de que el timbre sonara, y fuesen ellos. Sin embargo, eso era imposible.

-Lo siento mucho, Brody. Desearía con todas mis fuerzas poder hacer que tu padre volviera. - lo consuelo. -¿Hablas con él por las noches antes de ir a dormir?

El pequeño asiente, mirándome a los ojos.

-Nunca dejes de hacer eso, ¿vale? Porque yo sé que él puede escucharte. - lo animo. -Mientras sigas hablando con él, siempre estará contigo.

-Gracias, Santa. - me da un caluroso abrazo.

-Gracias a ti. - le acaricio su flequillo. -Feliz Navidad, Brody.

-Feliz Navidad, Santa.

Miro a Maddie en ese momento. Sé que lo ha escuchado todo debido a la poca distancia que nos separa. Veo cómo se enjuga una lágrima con la manga de su abrigo rojo. La verdad es que esa breve conversación ha sido muy conmovedora para mí.

CÁSATE CONMIGO EN NAVIDADWhere stories live. Discover now