Capítulo 24

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Madeline

La calle principal que lleva hasta la plaza se encuentra abarrotada de gente, iluminada por las luces y demás adornos navideños que se han terminado de colgar esta mañana. Hoy da comienzo la Navidad de verdad aquí en Fool's Gold con el encendido del árbol de la ciudad. 

-¿Johnny no va a unirse a nosotras esta noche? - pregunta mi amiga

-Lo invité, pero no creo. 

-Pareces más feliz desde que él está aquí.

-¡Yo también me he dado cuenta! - exclama mi madre.

-Está bien, os pediría que dejarais vuestras conjeturas para otro momento. - les pido.

Isabel mira hacia un lado, suspirando una vez más.

-Es una de las noche más románticas del año. - fija su mirada atentamente en una pareja. -Oh, esa pareja acaba de comprometerse. Voy a asegurarme de que ella se compre su vestido de novia en nuestra tienda.

-¡A por ellos! - la animo

Isabel cruza la calle a paso apresurado, y se presenta amablemente a una pareja ilusionada. El chico rodea por la cintura a su prometida, que le enseña su recién puesto anillo a mi amiga.

-¿No es ese Johnny?

La voz de mi madre me distrae de esa estampa. Miro al frente, y veo a un hombre alto y musculoso, de cabello rubio, que se encuentra de espaldas mirando en diferentes direcciones, como si esperase a alguien.

-Parece algo perdido. ¿Estará buscando a Ginger y su prometido?

-No creo, me dijo que pasarían la noche en casa. - niego.

-Bueno, pues si está solo voy a preguntarle si quiere unirse a nosotras.

-Mamá, quizá no...

Trato de detenerla cogiéndola del brazo, pero se escapa. Para la edad que tiene, mi madre es demasiado escurridiza cuando se lo propone.

-¡Johnny! - lo llama. -¡Johnny, aquí querido!

Él consigue vernos entre todas la multitud que se cruza entre nosotros.

-¡Hey! - se acerca. 

-¡Hey, Johnny! - lo saludo mi padre con un termo de café en la mano. -¿Te apetece un poco?

-No, gracias. - dice, sonriendo. -Estoy bien.

-Esto no tiene nada que ver con la planificación de la boda, así que no te veas obligado a aceptar venir con nosotros.

-Oh, no me siento obligado, a menos que no quieras que vaya.

-No, yo... - suspiro. -Me parece bien.

-¡Buenas noches a todos! - comienza a decir una fuerte voz femenina.

Nos damos media vuelta, y alzamos nuestras miradas para ver a la alcaldesa, subida en el escenario, y sosteniendo un micrófono. Johnny se cuela entre la gente hasta llegar a situarse a mi lado.

-¡Bienvenidos al sexagésimo séptimo encendido del Árbol navideño de Fool's Gold! - presenta. -Qué noche más bonita hace para iluminar este precioso árbol. ¡¿Estáis preparados?!

-¡Sí! - gritamos todos.

-¡Pues allá vamos! - la alcaldesa saca del bolsillo de su chaqueta un pequeño mando. -¡Cinco! ¡Cuatro! ¡Tres! ¡Dos! ¡Uno! ¡Luces! - presiona el botón.

Al instante, todo el árbol se convierte en una brillante masa verde claro cubierta de luces de todos los colores. Hay varias estrellas blancas colgadas del árbol, bolas que han decorado los niños del colegio, y paquetes de regalo que se entregarán en Nochebuenas a los niños que se encuentran ingresados en el hospital. Me siento inmóvil debido al espectáculo que presencio entre tantos aplausos hasta que noto que la mano de Johnny se entrelaza con la mía. Su rostro se acerca cada vez más al mío. Y no soy capaz de hacer nada para evitarlo. Los flashes de las cámaras nos interrumpen.

-Disculpad, nada de fotografías en este momento. - regaña.

Me doy cuenta de que la gente que presiona el botón de la cámara no son paparazzis, sino vecinos y turistas. Así como sé que tampoco quieren una fotografía de Johnny, sino del árbol recién iluminado. Me cruzo de brazos, y sonrío.

-¿Qué ocurre? Solo quiero proteger nuestra intimidad.

-No nos estaban fotografiando a nosotros. - señalo al árbol.

Johnny suspira, seguramente sintiéndose un estúpido.

-¿Podemos hacer que nada de esto ha ocurrido?

-No, ha sido demasiado divertido. - me río.

-Eso me temía.




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