Capítulo 37

22 2 1
                                    

Maddie

Brindamos con nuestros San Francisco recién traídos por el camarero. Antes de dar el primer sorbo, Johnny parece confuso mirando el bastón de caramelo que adorna la copa, y el escarchado que rodea el borde de esta. 

-¿Qué ocurre?

-No hay forma de beberse esto. - se ríe.

-Bueno, es esto... - señalo a una pareja en otra mesa que está compartiendo un San Fracisco en una copa gigate. -...o esa nube que cubre toda la copa. 

Él los mira, y devuelve su vista a su bebida.

-¡Me encanta la escarcha! - exclama.

-Sabía que dirías eso. - sonrío.

Un teléfono comienza a sonar antes de que podamos siquiera probar el San Francisco. Johnny desliza su mano por el bolsillo derecho de su pantalón de traje, y saca su móvil. Resopla, como si deseara ignorar a quien le está llamando.

-Lo siento, debo cogerlo. - se disculpa.

-No pasa nada. 

-Volveré enseguida. 

Antes de atender la llamada, se levanta de su asiento y se aleja hacia un rincón menos ruidoso. Hasta ahora no me había fijado en lo guapo que va esta noche. Se ha puesto una camisa azul, a juego con el color de sus ojos, y combinada con unos pantalones de traje negros, al igual que sus zapatos. 

Miro alrededor, distrayéndome un poco con las parejas y amigos que están sentados en las mesas contiguas. Y entonces lo veo. Va cogido de la mano de su novia, una chica bajita, rubia y de ojos marrones que va excesivamente abrigada.

-¿Ted? 

Él parece escucharme, y sus ojos recaen sobre mí.

-¿Maddie? 

Él se acerca a mí junto a la chica, y yo me levanto de mi asiento. Esta situación es tan incómoda. No sabe si estrecharme la mano, darme dos besos o un abrazo. Yo me acerco a él y le doy un amistoso abrazo. Ha pasado mucho tiempo desde nuestra ruptura, y quiero que sepa que no le guardo rencor. Aún así, nos separamos rápidamente.

-¡Wow! - me mira de arriba a abajo. -¡Estás genial!

Me fijo en su camiseta de color naranja, algo cubierta por su chaqueta de chándal marrón. Lleva unos deportivos que hacen juego con el color desgastado de sus vaqueros, los cuales lleva algo más abajo de lo normal, enseñando un poco los calzoncillos.

-Tú... parece que hayas regresado al instituto. - digo.

¡Oh, sí! - se ríe. -He visto que ahora los chicos se visten así. Parezco Ross, de Friends.

-¿El novio de Rachel? - inquiero algo molesta.

Recuerdo cuando veíamos Friends juntos. Ross y Rachel eran nuestros personajes preferidos. Él se ríe de mi comentario, al igual que su novia.

-Melody, ella es Maddie. - me presenta ante su novia. -Ya te he hablado de ella alguna vez.

-¡Por supuesto! Encantada de conocerte. - la chica me estrecha la mano amablemente. -Supongo que estáis sorprendidos de veros después de tantos años.

-No, la verdad es que no. - digo casi para mí misma.

Noto que Melody mira de un lado para otro, inquieta, como si estuviera buscando a alguien entre toda la gente del local. Y Ted también se ha dado cuenta.

-Déjalo, cariño. No está aquí. 

-¿A quién estáis buscando? - pregunto.

-A Johnny Blake. - responde Ted.

-Los padres de Ted dijero que estaba por la ciudad, ¿lo has visto? - interviene Melody.

-Alguna vez. - miento.

-Todas las mujeres de este lugar parecen enloquecer cuando él pasa por su lado. - observa.

Sonrío un poco. No me he fijado en el impacto de Johnny sobre la gente de Fool's Gold, pero las veces que he estado con él por la calle, la gente pasaba por al lado sin hacer ni el mínimo esfuerzo por hacerse notar ante él.

-La verdad es que sí. - digo. Gritan mucho.

Melody se ríe, mirando a Ted. A pasos agigantados y algo apresurado, Johnny llega hacia nosotros y se coloca a mi lado.

-Siento lo de antes. - me dice.

Ted y Melody se quedan mirándolo, al igual que si hubieran visto al mismísimo fantasma de Canterville. Johnny se da cuenta de su intromisión, y proceda a presentarse.

-Hola, soy Johnny Blake. 

Le ofrece su mano a Ted, y este la estrecha.

-Ted. - consigue articular. -Encantado.

Melody golpea suavemente el antebrazo de Ted. Supongo que la ha impactado ver a Johnny delante de ella.

-Y esta es mi novia, Melody. -la presenta Ted.

-Mi amor... - suelta ella. -Digo... hola, buenas noches.

-Hola a ti también. - sonríe Johnny.

Ella se echa a reír a carcajadas. Está nerviosa, y se nota en la forma en que sus piernas tiemblan.

-Bueno, Johnny, ¿qué te trae por esta ciudad? - le pregunta Ted.

-He venido para ayudar a organizar la boda de mi hermana. 

-Ah, supongo que estarás impaciente por volver a la civilización. - bromea.

-No tengo prisa. - responde Johnny, mirándome.

Sonrío ante las palabras de Johnny. Sé que, a pesar de ser una respuesta a la pregunta de Ted, es una respuesta para mí también. 

-Vamos, Ted, nuestra mesa ya está lista. - lo apremia Melody. -¿Ted?

-Ya vamos. - nos mira Ted. -Un placer veros  a los dos.

Los vemos alejarse hacia su mesa. Comienzo a pensar en todo lo que sufrí cuando Ted me dejó, y cómo ahora no he sentido nada al volver a verlo con otra chica diferente. Nos sentamos uno frente al otro, como estábamos antes de que la llamada nos interrumpiera.

-¿Ese el chico que te rompió el corazón? - pregunta Johnny. 

Lo miro confundida.

-¿Quién te ha contado eso? Yo nunca te he hablado de ello.

-Lo vi en un álbum de fotos cuando estuve en tu casa. - dice. -Tu madre lo describió con un adjetivo que no sería apropiado repetir, pero estoy de acuerdo con ella.

Envuelvo las manos en Johnny entre las mías, y lo miro a los ojos.

-Aprecio tu preocupación, pero estoy bien ahora. De verdad.

Él acerca su rostro al mío.

-Si te sirve de algo, yo creo que estás mejor que bien. De verdad.

Nos miramos a los ojos. De pronto, todo el bullicio que nos rodea se convierte en silencio, en paz. Y solo estamos él y yo. Nuestros rostros acortan la distancia que nos separa y, antes de darme cuenta, nuestros labios se rozan delicadamente. Y me aparto, arrepentida por no atreverme a dar ese paso todavía. Él se aparta, y me mira fijamente.

-No creo que pueda ser solo tu amigo, Maddie. Tampoco quiero ser solo eso.

-No creo que podamos ser algo más. - digo. -Ver a Ted me ha recordado qué pasa cuando dos personas tienen caminos diferentes en la vida.

-Mad... Maddie, piensas demasiado en las consecuencias.

-Uno de los dos debe hacerlo.



CÁSATE CONMIGO EN NAVIDADWhere stories live. Discover now