Capítulo 5

32 2 0
                                    

Madeline

-¡Ginger! - la saludo justo cuando salgo de la tienda.

-¡Hey! - exclama. -Iba a tomar un café antes de nuestra cita.

-Yo iba a hacer lo mismo antes de abrir la tienda. - sonrío. 

Me fijo en la decoración navideña que inunda todo el pueblo.

-No hay nada mejor que Fool's Gold para pasar las navidades. - observo.

Ginger también parece hipnotizada por el efecto navideño que producen los adornos y las guirnaldas colgadas en las fachadas.

-Hey, ¿va a venir alguien más? - pregunto. -¿Tu madre o algún otro familiar?

-No, estaremos solas tú y yo.

-Bien, comencemos a hablar del vestido que quieres. Dijiste que nada demasiado llamativo.

-Ni pomposo, ni muy brillante.

Suelto una carcajada al escucharla.

-Quieres algo sencillo, elegante, y...

-¡Una casita de chocolate! - exclama.

-¿Qué? - pregunto, confusa.

Ginger señala hacia delante. Justo a unos metros de nosotras se encuentra un bonito puesto en el que se venden chocolatinas navideñas. Hay galletas con forma de muñeco, Santa Claus de chocolate, casitas... Recuerdo que ese era mi puesto navideño favorito cuando era pequeña, ya que podías decorar tus golosinas con pepitas de chocolate, lacasitos, fresas o más nata.

-Oh, no sabía que lo habían puesto ya. - sonrío. -Vamos.

Nos acercamos, y una mujer algo rellenita de unos cincuenta años sale a recibirnos.

-¡Hey, Shelby! - saludo.

-¡Hey! 

-Esta es Ginger. - la señalo. -Se va a casar aquí en dos semanas.

-Oh, genial. - se alegra. -¿Queréis ayudarme a decorar esta casita?

-Oh, Shelby, no sé si Ginger tiene tiempo.

-Oh, tengo tiempo. - me mira. -¡Esto es impresionante!

-Está bien.

Ginge coge un pequeño cuenco en el que hay lacasitos de todos los colores, y comienza  ponerlos en las cenefas de las ventanitas mientras que yo cojo un bote en el que hay purpurina comestible para decorar el tejado simulando las tejas. 

-Bueno, ¿qué tal si me cuentas lo que habéis planeado de momento? ¿Dónde va a ser la ceremonia? ¿Os casaréis por la iglesia o por el ayuntamiento?

-No hemos pensado en nada de eso todavía.

La respuesta me deja pretificada, al igual que a Shelby, quien está escuchando la conversación aunque intente fingir que está ocupada con otras tareas. 

-Vale. - es lo único que soy capaz de articular. -¿Cuántas damas de honor has elegido?

-Mmm... ¿Ninguna? - Ginger deja el cuenco en la mesa, nerviosa. -Todo ha sucedido tan rápido que no queríamos que nadie se sintiera obligado a cambiar sus planes navideños por nosotros.

-Ni siquiera sabes en qué tono de blanco quieres el vestido, ¿verdad?

-¿Es que hay más tonos de blanco?

¡Madre mía! Esto huele a desastre lo mires por donde lo mires. Al menos tiene una idea clara de lo que quiere para su vestido, pero todo lo demás está aún sin planificar. La carcajada de Shelby me devuelve a la realidad.

-¡Wow! Me parece que te has puesto el anillo demasiado pronto, querida. -bromea Shelby.

Lanzó a Shelby una mirada para reprenderla. 

-Creo que sí. - dice Ginger, algo deprimida.

-Hey, ¿por qué no la ayudas a planear la boda? - me pregunta.

-¿Estás de broma?

-¿Por qué no? Eres inteligente, tienes buen gusto, y eres la que más sabe de bodas en esta ciudad.

-Espera, creía que eras una organizadora de bodas. - interrumpe Ginger. 

-No, lo siento. - digo. -Solo vendo vestidos de novia.

-Pero podrías ayudarme, ¿no?

-Por supuesto que podría. - se ríe Shelby.

Estoy sí que es un compromiso. Es verdad que entiendo bastante sobre cómo planificar una boda, no solo porque me dedique a vender vestidos, sino porque he leído libros sobre ello. Sin embargo, ¿y si no lo hago bien? ¿y si convierto el mejor día de su vida en un desastre? 

-La verdad es que he pensado en ello como una forma de expandir mi negocio, pero es un salto enorme pasar de vender vestidos a planear la boda completa.

-Pero no tengo a nadie más aquí que pueda ayudarme.

-Pobrecita. - trata de ablandarme Shelby.

-Supongo que podremos casarnos un día cualquiera en el ayuntamiento. - murmura Ginger con la cabeza baja. -No será la boda de mis sueños.

-¿Qué será de ella? - vuelve a decir Shelby.

-¡Está bien! - exclamo. -No dejaré que eso ocurra.

-No sucederá si me ayudas.

Nunca he aceptado algo así. Pero es verdad que ninguna novia se merece renunciar a la boda de sus sueños porque no tiene tiempo ni ayuda para organizarla. Además, el servicio de planificación de una boda sería más caro, por lo que podríamos mantener la tienda abierta más tiempo o incluso saldar alguna deuda.

-Voy a consultarlo con Isabelle.

Saco el móvil del bolsillo de mi abrigo, y tecleo rápidamente la propuesta que tengo entre manos. Su respuesta no tarda en llegar:

HAZLO!!!!!!!

-¿Qué te ha respondido? - pregunta Ginger impaciente.

-Cree que es una idea genial. - contesto sin apenas entusiasmo. -Pero mira Ginger, estás depositando demasiada confianza en mi, y no quiero decepcionarte.

-Y no lo harás. 

-¿Eres consciente de que nos acabamos de conocer?

-Tengo un buen presentimiento, y mis presentimientos nunca se equivocan.

-Apuesto a que no. - interrumpe de nuevo Shelby.

-Bien, pues manos a la obra. - muestro una sonrisa fingida.

CÁSATE CONMIGO EN NAVIDADWhere stories live. Discover now