Capítulo 40

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4 de mayo, New York, 1959

Camila llegó a su casa y por fin sintió que se había sacado un peso enorme de encima. La advertencia que la señora Blanchett-Winslow le había dado provocó en ella un cúmulo de pensamientos, entre los cuales resonaba con fuerza el hecho de que Eva Green de Jauregui sospechaba de ella y tenía miedo que quizás la distracción que le había dado no hubiese servido del todo, sino que por el contrario, la hubiera confirmado. Decidió ignorar ese mal presentimiento por un rato y esbozó la mejor de sus sonrisas para que Lauren no notara lo tensa que se sentía. Había tenido que dejarla sola, ya que las chicas tenían que irse a sus respectivos trabajos y hubiese sido muy sospechoso si ella no iba al suyo, por lo que se apresuró en llegar a casa, ya que sabía que Lauren nunca había estado sola del todo y no sabía cómo podía reaccionar.

Cuando llegó, le sorprendió escuchar ruido en su departamento, aunque sonrió por dentro al caer en la cuenta de que se trataba de Lauren, quien estaba jugueteando con su tocadiscos, demostrando su fascinación por la música. Camila entendía a la perfección que esta provenía de su época oscura, ya que en la música encontró el lugar perfecto para escapar del sufrimiento que le causaba recordar todo el daño que le había provocado ese hombre. Todavía le daba rabia pensar en todo el dolor que la chica tuvo que soportar a lo largo de todos esos años. Al menos se sentía más tranquila al ver que Lauren por fin se estaba reponiendo de eso y estaba empezando a armar una vida nueva. Y se sentía feliz al ver que la estaba considerando dentro de esta.

Sacó las llaves de bolso y las giró en la cerradura, para así abrir la puerta. El departamento estaba luminoso y sonrió al ver a Lauren con un vestido de tirantes floreado bailando con los ojos cerrados, dejándose llevar por la música. Camila observaba embobada cómo su largo cabello castaño se movía de un lado a otro, al ritmo de sus caderas y de sus brazos. La sonrisa de la ojiverde era preciosa y la enfermera sabía que esta era capaz de iluminar el lugar más oscuro del mundo, casi como la estrella más brillante. Se apoyó en el dintel y escuchó atenta la letra de la canción, bastante pegajosa.

Stupid Cupid you're a real mean guy
I'd like to clip your wings so you can't fly
I'm in love and it's a crying shame
And I know that you're the one to blame
Hey hey, set me free
Stupid Cupid stop picking on me

I can't do my homework and I can't think straight
I meet her every morning 'bout half past eight
I'm acting like a lovesick fool
You've even got me carrying your books to school
Hey hey, set me free
Stupid Cupid stop picking on me

--- No sabía que te gustaba Connie Francis, Lolo.

Lauren se detuvo un segundo y sus mejillas se tornaron rojizas. Camila se acercó y siguió la letra de la canción, para que esta se sintiera en confianza.

You mixed me up for good right from the very start
Hey now, go play Robin Hood with somebody else's heart

You got me jumping like a crazy clown
And I don't feature what you're putting down
Well since I kissed her loving lips of wine
The thing that bothers me is that I like it fine
Hey hey, set me free
Stupid Cupid stop picking on me

You got me jumping like a crazy clown
And I don't feature what you're putting down
Well since I kissed his loving lips of wine
The thing that bothers me is that I like it fine
Hey hey, set me free
Stupid Cupid stop picking on me

--- Tú tampoco me lo habías dicho, Camz. Aunque es imposible que exista alguien a quién no le guste Connie Francis.

La enfermera se acercó y le dio un beso lento, tratando de transmitir aquel amor que se agolpaba en su pecho. Lauren depositó sus brazos alrededor de su cuello y apoyó la cabeza en su hombro. Si bien la chica era mucho más alta que ella, a Camila le gustaba que la abrazara de esa manera. Se sentaron en el sillón y escucharon a Connie Francis unos minutos más, antes de que Lauren abriera la boca y rompiera ese silencio:

Smoke Gets In Your EyesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora