Capítulo 38

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3 de mayo, New York, 1959

Lauren llevaba un buen rato sentada en el pequeño sillón de la sala de estar del departamento, sin saber qué hacer. Frente a ella estaba sentada una de las amigas de Camila, quien no le quitaba la vista de encima. Normalmente le habría contestado de la forma más grosera que se le hubiera venido a la mente, pero la chica era bastante alta y la había recibido en su casa, así que se mordió la lengua y se fijó en la decoración del departamento. Los sillones eran pequeños, pero mullidos. Había un teléfono a un lado y en una mesita tenían un gramófono, en el que habían estado escuchando a The Platters. Lauren había alcanzado a guardar uno de sus vinilos favoritos, así que al menos tenía donde reproducirlo. La ventana que tenía en frente le proporcionaba una vista privilegiada de la ciudad, algo que no tenía en el calmado barrio donde vivía su tía. Pensar en ella le produjo escalofríos, ya que últimamente impredecible era la palabra que la definía a la perfección, por lo que no tenía la menor idea de qué estaría dispuesta a hacer con Camila y con ella cuando se enterara de que se había escapado de la casa. Aunque su abuela no caía tan fácil en las redes de Eva Green de Jauregui, Lauren sabía que su tía podía ser persuasiva y arreglárselas para obtener lo que ella quisiera. Más de una vez la había visto en acción para saber que sus tácticas eran más que efectivas.

--- ¿Qué tal el departamento, Lauren? --- preguntó la amiga de Camila al cabo de un rato, lo cual agradeció, ya que estaba empezando a ponerse nerviosa. --- Es un poco pequeño, pero tratamos que sea acogedor. Perdón por no haberme presentado antes. Soy Dinah Jane Hansen, amiga de Camila.

--- Está perfecto, Dinah. --- respondió Lauren en lo que sonreía. Quizás lo intensa la había llevado a formarse una imagen errónea de la chica. --- Te aseguro que el tamaño no determina para nada si un lugar es un hogar o no. La casa en la que vivía era enorme, pero no me sentía muy bien que digamos en ella. Siempre estaba sola. Incluso cuando vivía en New Orleans pasaba eso. Aunque tía Eva trataba de ir seguido a hacerme compañía.

Decir eso produjo malestar en ella. A veces se preguntaba en qué momento esa linda relación entre Eva Green de Jauregui y ella se había ido al tacho de la basura. Los mejores recuerdos de su infancia se debían a su tía, quien la cuidaba y la mimaba más que su propia madre. Sabía cuando tenía que llamarle la atención y cuando consentirla. De pequeña siempre quiso que su tía fuera su madre y su pecho crecía de orgullo cuando algunos amigos de su tía en New Orleans le decían eso. Tras la muerte de sus padres, la culpabilidad la inundó con fuerza, ya que nunca supo valorar del todo lo que ellos hicieron por ella. Se sentía la peor de las hijas. En parte por eso se alejó de su tía.

--- Jackie Nicholson siempre habla de ella. Quiere pedirle que la ayude a organizar la fiesta para celebrar la nueva obra que va a estrenar. La de año nuevo la organizó ella y tiene un gusto excelente. Si hubieras visto la decoración, la selección de licores, la comida... ¡La música! Habrías quedado extasiada con todo eso.

--- Sí. --- replicó Lauren un tanto ida. --- Mi tía disfruta de eso. Se mueve como pez en el agua. --- Luego volvió a aterrizar en el mundo real y le preguntó intrigada:--- ¿Tú eres la amiga actriz de Camz?

--- Sí, la misma. --- respondió un poco sonrojada. --- Esta será la primera obra de primera categoría en la que participaré. Estoy contando los días para que se estrene.

--- Seguro lo haces excelente. --- dijo Lauren con una sonrisa cálida en lo que le palmeaba la rodilla a la chica. --- Jackie es un tanto estrafalario, pero es un muy buen actor y director. Se te abrirán las puertas del mundo con esa obra. Además, si sabes relacionarte bien en esas fiestas que da, en menos de uno u dos años estarás actuando en Hollywood. Muchas de las estrellas actuales del cine le deben su puesto a ese hombre.

Smoke Gets In Your EyesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora