Capitulo 41

1.4K 132 37
                                    

Narra Demi•

-¿Como está?, ¿está bien?, ¿puedo pasar a verla?- pregunté rápidamente cuando estuve frente al doctor, el suspiro y sus ojos se clavaron en los míos dándome a conocer que nada andaba bien -¡¿Como se encuentra ella?, ¿donde esta?!- grite -dígame que está bien por favor- el negó y mis ojos se cristalizaron nuevamente seguido de sentir la presencia de mi familia a mi lado

-Lo lamento- mi respiración empezó a acelerarse -el impacto que recibió fue muy fuerte, hicimos lo posible por salvarla pero ella no lo consiguió- informó el doctor de manera profesional 

-¿Qué?- empece a dar pasos hacia atrás -eso no puede ser cierto- negué -___ es fuerte, ella, ella está bien- observé al doctor rogando en silencio que me dijera que era una broma pero el solo negó

-Ella falleció- concluyó el doctor y lo vi alejarse.

Dos palabras, dos jodidas y dolorosas palabras, dos palabras que consiguen romper mi corazón.

De repente empecé a sentir que no podía mantenerme de pie, quise gritar y culpar a Dios por llevársela pero las palabras no salían de mi boca, no era capaz de emitir algún sonido, solo pude estallar en sollozos cayendo sobre el suelo rogando a todo ser o fuerza de la tierra que me dijera que esto era mentira, que ella estaba con vida, rogando despertar y tenerla a mi lado. Las lágrimas me nublaron la vista

-No puede ser cierto, tú no puedes estar....- no pude finalizar porque el dolor recorrió cada parte de mi cuerpo

Cada latido de mi corazón me hacía sentir como si este se quebrara en trozos muy pequeños, el estomago se me contraía como si quisiera vomitar, sentí ganas de huir, de correr, de ser otra persona, de no volver a despertar.

«Nunca he creído en los milagros pero creo que tú eres el que más he anhelado en la vida».

Para mi ella también es un milagro pero no lo sabía, ya no lo sabría, ya no volvería a escuchar su risa, no volvería a ver sus mejillas sonrojadas, no volvería a ver sus hermosos ojos, no volvería a besarla, no volvería a abrazarla, no volvería a decirle que la quiero, no volvería a escuchar su voz, no volvería a sentirme en casa porque ella no volvería a abrazarme, ella no estaría para subir mi ánimo, no estaría para hacerme reír, no estaría, ella ya no estaría en mi vida, se fue, para siempre.

____ llegó a mi vida de aquella manera que llegan las grandes y maravillosas cosas en momentos inesperados, llegó brindándome fuerza, brindándome más valentía para seguir, llegó a hacerme feliz, para completarme pero se a ido, se a ido de la misma manera que llegó a mi vida, con un impacto inimaginable que logra quebrar cada aspecto de mi ser, ella llegó uniendo y encajando cada pieza rota de mi cuerpo pero así como llego se a ido, así como me armo se a ido destruyendo todo a su paso, partiendo cada trozo hasta volverlo polvo.

¿Que iba a ser yo con esto?

¿Cómo seguiría sin ella?

Me prometí mantenerme fuerte por ella, para levantarnos a las dos pero... ¿ahora como me levantó yo cuando no tengo la fuerza?

¿Cómo sigo luego de haber conocido el cielo junto a ella? ¿Cómo aguantare el infierno en el que me ha dejado ella con esta tristeza?

-Demi- escuché la voz de mi madre distorsionada. No me di cuenta de que estaba a mi lado hasta que puso una mano en mi hombro -Demi, escúchame. Tienes que respirar, ¿vale?-

El pánico invadía mis venas, mi respiración se volvía costosa impidiéndome hacer caso. Los ataques de pánico cesaron en el momento que la vi a ella en aquel centro de rehabilitación, por ella mi ansiedad se detuvo, por ella pude salir antes de rehabilitación, ella causó un cambio en mi, pero ahora, ahora volví a la misma mierda.

Intente coger aire pero no era capaz. Estaba sintiendo un ataque de ansiedad y luego de tanto tiempo en que no me sucedía esto solo logró que me sintiera más nerviosa. Mi madre me tomo de la barbilla obligándome a mirarla a los ojos.

-Respira conmigo Demi, hagámoslo juntas como antes ¿recuerdas?- traté de abrir mi boca para tomar aire pero aquel no llegaba a mis pulmones, sujete mis piernas con fuerza clavando mis uñas en ellas -vamos cariño, vamos a hacer esto juntas, respira conmigo-cerré mis ojos tratando de centrarme en controlar mi respiración pero entonces la vi a ella, a ___ llorando y aquello causó que me sintiera peor

Lágrimas rodaban por mi mejilla como si estuviesen en una carrera, cada una de ellas descendía con una gran rapidez y nuevas lágrimas las reemplazaban

Uno, dos, tres, cuatro...

Cinco, seis, siete, ocho...

-Vamos Demi tienes que conseguirlo- escuché la voz de mi madre

Nueve, diez, once, doce...

-No puedo mamá- tosí -ella... ella me dejó-

-Si puedes cariño, claro que puedes, inténtalo- me susurro mi madre

Trece, catorce, quince...

Poco a poco y con ayuda de las palabras de mamá pude regular la respiración y los latidos de mi corazón empezaban a regresar a su ritmo habitual, aunque todo lo demás seguía igual, las lágrimas en mis ojos, ese dolor intenso en mi pecho, el mareo y lo peor, las ganas de autolesionarme.

-Lo siento tanto- me abrazo con fuerza Dallas cuando logré levantarme del suelo -lo siento mucho-

-No quiero aceptar que se fue- sollocé ocultando mi rostro sobre su pecho -no puede haberse ido, no quiero que lo haga. La necesito aquí, conmigo, a mi lado- tras unos segundos me separé de Dallas observando a Maddie quien corrió hacia a mi abrazándome con fuerza y escondiendo su cabeza sobre mi estómago

-Es mi culpa- susurro ella y sentí miles de punzadas en mi pecho -yo causé esto- cerré mis ojos con fuerza sintiendo un horrible dolor ante sus palabras, ella no tenía la culpa, nadie tenía la culpa, nadie sabría que esto sucedería, en todo caso el único culpable de todo esto es y siempre será el maldito de Josh

-No puedes culparte, nada de esto es tu culpa- susurre abriendo lentamente mis ojos observando cómo mi madre y Dallas lloraban

-Sus padres no tardan el llegar- dijo mi padre a mi lado poniendo una de sus manos en mi hombro -puedes pasar a verla antes de que lleguen- asentí retirando mis lágrimas y Maddie se separó para ir corriendo a abrazar a mamá

Me dirigí a donde me indicó mi padre y al entrar sentí un nudo en mi garganta, cerré la puerta y empecé a acercarme a ___, su cuerpo, el que se encontraba sobre una camilla era tapado por una sábana blanca, mi piel se estremeció y sentí que podía quedarme sin mi corazón al sentir un extraño y cada vez más grande dolor.

Levanté lentamente la sabana con lo ojos cerrados dándome tiempo para enfrentar lo que vería.


Help Me - Demi Lovato y Tú Where stories live. Discover now