Agachó su mirada.

— Y, por más que he tratado, el Jaemin idiota sigue ahí, lastimando personas —levantó su rostro y quedé fría al ver las lágrimas que escurrían de sus ojos.

— Nana... —susurre acercándome a él—...no llores.

Algo dudosa llevé mis manos a su rostro y sequé las lágrimas con mis pulgares.

— Por mi culpa la sigues pasando mal —habló con algo de dificultad tratando de calmar sus lágrimas.

— Sabes como nos ponemos de estúpidas las mujeres cuando nos enamoramos, mi ilusión hacia Mark debía acabar algún día, era obvio que él jamás correspondería mis sentimientos —traté de calmarlo—. No debiste decirlo pero ya está hecho, ya deja de culparte.

Sequé las últimas lágrimas recibiendo una sonrisa por su parte.

— No eres una estúpida —rió.

— Oh sí, sí lo soy. —afirmé riendo— Siempre me enamoro que quien no debo y, aunque sé que no seré correspondida me dejo llevar.

— Yo no tengo una buena explicación para disculpar lo que hice —agachó de nuevo su mirada.

— Ya dejalo así, te digo que hablar del tema no me ayuda a superarlo —hablé tomando su barbilla y levantando su mirada—. Yo debería seguir molesta contigo, exigiendote una explicación y haciéndote sentir mal, pero, siendo sinceros, actualmente eres la única persona a la cual puedo llamar un amigo.

Parpadeo muchas veces y luego sonrió. Tomé su cachete y pellizque fuertemente este provocando un quejido por su parte.

— Ya, sigue descansando —empuje su frente y me levanté, caminé de nuevo al escritorio y seguí con mis deberes.

Jaemin no hablaba, pero bien que seguía despierto, podía sentir su mirada en mi nuca; no me molestaba, pero inquietaba lo que pudiera estar pensando.

— Quiero mis peluches —exclamó. Me giré a verlo y reí un poco frente a la expresión que poseía.

— ¿Donde están? —pregunté.

Débilmente levantó su mano y me señaló una puerta.

Me paré y avancé hasta aquella habitación. Al abrir me encontré con un armario, que a diferencia del mío, era literalmente toda una habitación.

Lo único que pude detectar como peluches en aquel sitio, eran el unicornio y el conejo que gané para Jaemin aquella vez que salimos.

Me dolió la espalda de todo lo que me tuve que estirar para bajarlos de la alta repisa en la que se encontraban.

— Toma —le lancé los peluches.

Estaba empezando a pensar que Jaemin sufría de múltiples personalidades. Se veía tan tierno abrazando esos peluches que casi apreto sus cachetes hasta hacerlo llorar.

— Ahora sígueme leyendo —se hizo a un lado en la cama—, por favor.

Quiero golpearte la cara Na Jaemin.

— Claro, joven Na —respondí burlonamente.

Su sonrisa se borró de golpe.

— No me digas así —se quejó señalandome mientras me acercaba a él.

— Como usted diga joven Na —me seguí burlando.

Me lanzó una almohada y tuve una reacción muy tardía, así que fui impactada por el objeto.

Agrande mis ojos y lo mire amenazante. El respondió sacándome la lengua de forma burlona.

Recogí la almohada del suelo y sin pensarlo mucho me tiré sobre él golpeandolo con esta misma.

— ¡Ah! ¿¡Por qué tienes que ser tan violenta!? —se quejaba mientras nos forcejeabamos.

Debido a que él se encontraba enfermo, yo tenía un poco de ventaja en fuerza.

Lo empuje, pero al hacerlo con tanta fuerza me resbale, provocando que cayera sobre él. Jaemin reía como loco pero yo me sentía muy nerviosa al estar demasiado cerca de él. Desde esta perspectiva, sus mejillas sonrosadas y su cabello revuelto lo hacían ver más que atractivo.

— ¿Vas a quedarte ahí o... —salté al darme cuenta que mi mirada se encontraba fija en él. No terminó de hablar y yo ya estaba lejos de él.

Sonrió y se volvió a acomodar en la cama.

Me quedé quieta por unos momentos. Jaemin señaló su mesa de noche haciéndome recordar que debía leerle.
 
Reaccioné y tomé el libro.

— Échate y abrigate —indicó al ver que solo me quedaba sentada al borde de la cama.

Asentí, algo dudosa, y me acomodé al lado de él.

Me tendió las cobijas y luego de asegurarse que estaba bien cubierta, apoyó su cabeza en mi hombro y envolvió su brazo en el mío.

Abrí el libro y empecé a leer otra historia.

Jaemin pedía que me detuviese en las paginas donde habían dibujos, los miraba detalladamente y sonreía. También me hacía preguntas tontas cómo: ¿Por qué el conejo tenía una corbata? O ¿Cómo es que a la princesa le gustan las flores blancas y no las rojas?. Me terminé cansando tras su insistencia y le inventaba cualquier cosa; me daba mucha gracia al oír que quedaba satisfecho con mi explicación.

Actualización porque Sí

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Actualización porque Sí.

💕💕💕

¿Cómo están?

Bueno, quería actualizar mis otras historias antes pero esta era la única de la que ya tenía escrito capítulo, so...

Aquí se los dejo.✨

Espero que tengan un lindo día.
🌈🌿💛

¡Mucho amor a tod@s!
⭐⭐⭐⭐

PD: perdón por los capítulos kk. :'v

MY FAVORITE BAD BOY | Na Jaemin |Where stories live. Discover now