Aún con la boca abierta y con pasos torpes, la seguí.

— Adelante —indicó amablemente luego de que las puertas se abrieran.

Agradecí con una reverencia.

Me sentía tan ordinaria. Hasta el maldito suelo era más fino que yo.

— Por aquí por favor. —me guió hasta el pie de unas escaleras — La tercera puerta a mano derecha. Siéntase como en su casa.

Volví a agradecer con una reverencia y empecé a subir lentamente las finas escaleras de madera bien cuidada y brillante.

Cuando encontré la puerta indicada me quedé un largo rato observando el elegante tallado en esta misma. Luego, giré la perilla suavemente, evitando hacer algún ruido.

Todo el espacio tenía el olor al perfume que utilizaba Jaemin. Debo resumir todo lo que había ahí como todo lo que tendría la habitación de alguien de la realeza.

Al fondo, una amplia cama, y en el centro de esta un bulto envuelto en sábanas.

Vi ahí mi oportunidad de oro.

Dejé mis cosas en el suelo con el cuidado de no producir ningún ruido. Avancé encontrándome en el camino una preciosa almohada.

— ¡Buen día Jaemin! —grité antes de darle dos buenos almohadasos.

— ¡Ah! ¡___, estoy enfermo! —se quejó.

No pude evitar reír por su aspecto. Despeinado, algo sonrojado y, bueno, tal vez solo se veía adorable.

Me quitó la almohada y tiró esta lejos de mi alcance.

Reí.

Me senté al borde de su cama y coloqué mi mano en su frente para sentir su temperatura.

— Estás ardiendo —frunci mi entrecejo al sentir la alta temperatura.

Asintió haciendo una cara de bebé.

Corrí hasta donde dejé mis cosas y saqué de esta la vianda que mamá me dio con la sopa.

— Toma —le extendí el aún humeante alimento.

Su rostro se volvió sonriente y con movimientos lentos se sentó en su cama.

— ¡Qué delicioso! —exclamó al llevar la primera cucharada de sopa a su boca.

Siempre que Jaehyun o yo nos resfriabamos, mamá preparaba eso e inmediatamente empezabamos a recomponernos.

— Jaemin, —hablé mientras observaba mejor el ambiente— tu habitación es del tamaño de mi casa.

— Ah, no digas eso. —se quejó frunciendo su entrecejo— Esta es una casa muy grande, pero muy vacía y solitaria.

Oí en sus palabras algo de resentimiento.

Y entonces se me ocurrió:

— ¿Y tu mamá? —pregunté.

Bajó su mirada y dejó la cuchara un momento.

— Ella nunca está —respondió.

No debí preguntar. Era más que obvio. Su mamá y su papá, jamás están.

Un silencio invadió el lugar.

— ¿Tú la preparaste? —preguntó.

— Ahm. Mamá me dijo que me quedara con los créditos pero no, no te voy a mentir, si eso lo hubiera preparado yo, entonces ahora estarías muriendo envenenado. —reí haciendo que él también lo hiciera.

Jaemin seguía comiendo a gusto y yo decidí explorar un poco aquella amplia habitación.

Todos los muebles eran de madera, y todo se veía muy limpio. Me topé con un alto estante de libros, muchos libros. Yo personalmente no soy gran fanática de leer, pero lo hago de vez en cuanto, quién lee mucho en casa es papá y Jaehyun.

Entre todos aquellos libros había uno el que se veía más gordo y viejo.

— "Cuentos viejos para almas jóvenes" —susurré el título.

Lo abrí encontrándome con una dedicatoria en la primera hoja.

"Para nuestro único amor, Jaeminie, papá y mamá prometen leerte una y otra vez estas historias en las cálidas noches de verano. Te amamos".

— Ese verano nunca llegó —habló Jaemin desde la cama.

Tomé el libro y me acerqué de nuevo a él.

— ¿Quisieras que te lo lea mientras descansas un poco? —sonreí agitando el libro en mis manos.

Asintió y palmeo el espacio libre a lado de su cama.

Rodee la cama y me senté en el sitio indicado. A penas me acomodé, Jaemin colocó una almohada en mis piernas y recostó su cabeza allí.

Abrí el libro y la narración empezaba con una historia titulada "La sepultura de el lobo".

— Existió una vez un lobo muy rico pero muy avaro... —comencé.

Las historias iban acompañadas todas de lindos dibujos. Eran unos cuentos para niños. Y, al niño que tenía recostado sobre mis piernas, parecía agradarle mucho las historia, ya que reía en algunas partes de la lectura que sinceramente a mí no me causaban ninguna gracia.

Jaemin no demoró mucho en quedarse dormido. En cuanto me percaté de que ya no me oía, dejé de leer y abandoné el libro en la mesa de noche al pie de la cama.

Sus mejillas rosaditas, combinadas con su castaño cabello, le daban un toque especial. Empecé a acariciar su cabellera -algo que llevaba queriendo hacer hace mucho-, corroborando la suave textura de esta.

Luego de un rato dejé de hacerlo, mi mano ya se sentía satisfecha, pero al parecer, alguien no lo estaba del todo.

— No te detengas —buscó a tientas mi mano y al hallarla la volvió a colocar sobre su cabello—. Si quieres que me sane entonces tienes que darme mimos.

Hola bb's✨❤️❤️❤️✨

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Hola bb's
✨❤️❤️❤️✨

Quise hacer la maratón para ahora pero solo me alcanzó a un capítulo. :/

Espero poder hacerla para la siguiente.
:D

Capítulo por Comeback
¡¡¡¡!!!!

Estoy gritando.

AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA

Me morí.

Las amo.

Tengan un lindo día.

⭐❤️✨⭐❤️✨⭐❤️✨⭐❤️✨⭐❤️✨⭐❤️✨⭐❤️✨⭐❤️✨⭐❤️✨⭐❤️✨⭐❤️✨⭐❤️✨⭐❤️✨⭐❤️

MY FAVORITE BAD BOY | Na Jaemin |Where stories live. Discover now