Capítulo 43.

11.8K 631 48
                                    

43. Mi error. 

—Brad, ¡¿Qué diablos haces?! 

Harry acudió rápidamente a nosotros. Dio un golpe al hombre en el hombro y este fue víctima del empujón. Chocó contra la pared y el cuchillo se le cayó al suelo.

Brad rio maliciosamente.

—¿Estás bien? – Me preguntó Harry, mientras me desabrochaba.

—Sácame de aquí, por favor. – Le supliqué.

El chico asintió y terminó de desabrocharme la cuerda que tenía en las manos.

—No sabes quién es esa chica, ¿Verdad Stewart? – Preguntó Brad, insinuante.

El chico paró un segundo y miró al hombre de las cicatrices.

—No entiendo por qué a ella, Brad. ¿Por qué estás contra mí?

—No sé quién está contra ti. – Añadió Brad. – Si yo o la que consideras tu novia.

El chico frunció el ceño y yo aún estaba inmovilizada, intentando desatar las cuerdas de los pies.

—¿De qué diablos hablas? – Preguntó Harry.

—Sabías las reglas, Harry. Hicimos un acuerdo. Tú sabías que consecuencias tenías si contabas todo esto a alguien. ¡Juraste fidelidad!

—¡No le conté nada, Brad! – Exclamó.

Terminé de desatarme las cuerdas y al fin conseguí ponerme de pie. Mi cuerpo estaba débil, pero lo conseguí.

—Oh, vamos. Te vigilamos casi a todas horas, Harry. Ella misma se delató contándole a tu amigo Nick Hallman todo lo que sabía de nosotros. Le contó que trabajas para nosotros. ¡¿Acaso sabe ella a quién se lo ha contado?!

El hombre tragó saliva y de nuevo me miró.

—Seguro que sabe todo. – Añadió Brad. – Y no podemos correr ese riesgo, ¿Me oyes?

El gesto de Harry cambió. Me miró. Pero no como siempre lo hacía, sino decepcionado.

Juraría que sus ojos incluso se cristalizaron mientras tragaba saliva.

La risa de nuevo maliciosa de Brad inundó nuestros oídos.

—¿Eso es cierto, Abbie? – Me preguntó Harry.

Fruncí el ceño y miré hacia el suelo. El chico comprendió que era cierto. Su mandíbula se tensó y sus puños comenzaron a apretarse.

Sin embargo, se contuvo.

—Brad, no te servirá de nada si la haces daño. – Habló Harry.

—No estoy decepcionado con ella, Stewart. Lo estoy contigo. Pero sé que a ti no te importa morir, pero sí que te importa ella. Y, además, ya te dije antes que corremos mucho peligro si ella sabe todo.

—¡Maldita sea, Brad! – Exclamó Harry, levantándose. 

—¿Por qué te crees que dejé que volvieseis de Venecia? ¿Quién crees que mandó a aquel hombre a vuestra habitación para meteros miedo? ¡Quiero matarla, Stewart!

—¡No lo harás! Abbie no dirá nada.

—¿Y por qué se lo dijo a Nick?

Ambos me miraron, quizás pidiendo una explicación que no estaba preparada para decir.

—¿Ves? – De nuevo Brad. – No sé cómo confiaste en ella.

—Déjame encargarme de todo esto.

WHISPERSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora