DISCOLORED ━━ richie tozier ✓

Capítulo 34.

Richie.

¿No os parece raro?.

Ya sabéis, me refiero al sentimiento de que te gusta alguien.

Creí que era sida, o una especie de ébola.

Si antes del verano me hubieran dicho que quedaría pillado por la decolorada, me hubiera reído hasta cagarme encima.

Pero Mike tiene razón, tengo que ver mis actitudes tóxicas y hacer lo posible para cambiarlas.

No sabía que era celoso hasta ayer.

Llegué a la escuela, donde estaba mi club -menos Mike- en la puerta hablando.

—Hola, gente guapa.... Y Stan.—saludé.

Stan rodó los ojos.

—Hola, Richie.—saludaron a coro.
—Hey, ¿qué hace un mudo bailando?.—pregunté.
—Se me olvidaban tus chistes malos...—susurró Dina.
—¡Una mudanza!.—exclamé.

Beverly reprimió una risa y los demás rodaron los ojos con diversión. Bueno, menos Dina.

—Hey, Didi.—la llamé.

Empecé a hacerla cosquillas por la barriga, y ella empezó a reír como un pingüino teniendo sexo.

Dejé de hacerlas cosquillas y me reí.

Me pegó.

—Que agresiva.—le dije.
—No vuelvas a hacer eso.—dijo acariciándose la barriga.
—¿El qué?.

Volví a hacerlo.

—¡Para!.—dijo riendo y alejándose.

Los demás nos miraban raro.

—I-irse a un hotel.—oí a Bill.
—Que cursis... Pero son tan goals.—dijo Eddie.

Abracé a Dina y ella me abrazó más fuerte (aww).

Tengo miedo de lo que voy a hacer dentro de poco.

No cambien de canal.

↭

Estábamos en la cafetería almorzando -bueno, terminamos hace rato-, así que ahora Dina y Bev nos hablaban de la regla.

En sí parece un tema asqueroso, pero es normal en las mujeres, no sé porqué es un tema tabú si es bastante normal.

—Que un ovario se suicide cada mes no es tan milagro de la vida, Bill.—le dijo Dina.
—Lo peor es cuando vas a comprar tampones y compresas, ¿qué marca eliges? ¿de qué color? ¿con alas o sin alas? ¿olor a nubes o a caca?.—dijo Bev.

Reímos.

—También he oído a los hombres decir "las mujeres aguantan la regla, pero nosotros las aguantamos a ellas cuando la tienen".—dijo Eddie.—Osea, que machista.
—Sí, nosotras somos como somos las veinticuatro horas del día y no sólo por el hecho de tener la regla.—dijo Dina.

Asentí.

—Por lo qué sé, vosotras aguantáis cólicos, dolores de barriga, fiebre, hinchazón, vómitos, angustia, subidas de tensión, bajos de bien estar...—decía Stan.
—¿Y nosotros nos quejamos de algo que vosotras debéis quejarse? Yo no aguantaría, me iría a tomar por culo.—dije.

Rieron.

—Yo de pequeña veía a mi abuela ponerse la compresa y quería imitarla, así que cogí una y...—habló Dina.—Me la puse, pero al revés.
—Ay dios...—Bev reprimió una risa de dolor.
—Me dolió el coño cuando me la quité.
—¿Te pusiste la parte que pegaba en tus partes?.—preguntó Ben y ella asintió.—Ay, dios, eso lleva pegamento.