DISCOLORED ━━ richie tozier ✓

Capítulo 4.

Richie.

Todos se fueron de los barrens, y solo quedábamos Beverly & yo fumando unos cigarros que nos dió Dina.

Dina casi siempre lleva cigarros, me encanta.

Aún me parece raro que Bill y Stan no sean pareja, es como si todo lo que pasó en verano se hubiera olvidado.

Stan nunca me habló del tema, él lo veía normal.

Sin embargo, Bill se ponía incómodo.

Y Ben... Bueno, está claro que le sigue gustando Bev, pero a ella no sé que onda.

Entonces, me acordé de algo.

—Beverly.—la llamé.
Soltó humo.—Dime.
—Me.

Frunció el ceño.

Tiré el cigarro.—Digo, Eddie me dijo que Bill & tú os poníais incómodos al hablar a solas. ¿Por qué Bill está así desde el último día de verano?.
—Promete que no le dirás a nadie.—dijo tirando el cigarro.
—Lo prometo.
—Aquel día, cuando dejé a Ben en su casa, me encontré con Bill en su puerta, así que fui a despedirme otra vez de él.—habló.—Y no sé cómo, nos besamos, dos veces.

¿¡Qué?!.

—¿Me estás jodiendo?.—pregunté.
—No, no te estoy jodiendo.
—¿Y por eso Stan & Bill no han dado ningún paso y Bill se pone incómodo contigo?.
—Sí...
—¿Y qué habéis a hacer?.
—No sé.
—¿Qué sientes?.
—No sé.
—Menuda novela mexicana estáis montando.
—Lo sé, yo en realidad no quería contárselo a nadie.
—Bueno, te ayudaré en lo que sea.—dije.—Somos amigos.
—Gracias.

Nos abrazamos.

—Una cosa...—habló.—¿Qué decía Stan sobre qué solo pensabas en Dina?.
—Ah, es que nos... ¿Gustábamos? Bueno, nos confesamos aquel día.
—¿¡Qué?!.

Dina.

Iba de camino a casa junto a Bill.

Aún me parece raro lo de las miradas.

—Billy.—le llamé.
—¿S-sí?.
—¿Qué está pasando?.
—¿Con q-qué?.
—Con Stan y Beverly.

Tardó en responder.

—Con Stan n-no sé, pero co-con Be-Beverly... El úl-último día de verano nos be-besamos dos ve-veces.

Abrí los ojos como platos.

Bueno, yo no sé que sentía o que siente Stan, pero si lo sabía de Bill, Beverly & Ben.

Ahora es muy confuso.

—¿Te gusta Bev?.—pregunté.
—Cre-creo.
—Madre mía...
—Promete que no di-dirás a na-nadie, de pa-parte mía solo lo sa-sabéis tú y Eddie.
—Lo prometo.—sonreí.

↭

Ya era por la tarde, y yo estaba jugando a las cartas con mi abuelo.

Quiero ver ya a mi padre, pero desgraciadamente el horario de visita para menores es mañana.

—Y gané.—dijo mi abuelo alzando los brazos.
—¡Haces trampa! ¡No es normal que me ganes 7 veces seguidas!.—exclamé.
—Que seas penosa en este juego no es ninguna trampa.
—¿Me estás llamando penosa?.
—Uy, ya sonó el microondas.—dijo levantándose.
—¡Pero...!.—sonó el timbre.—Va, da igual.

Me levanté y fui hacía la puerta.

La abrí, era Richie.

—Tengo dos entradas para el cine.—habló.
—Ajá, ¿y?.
—¿No pillas indirectas?.
—Las pillaría si dijeras hola.
—Hola.—dijo.
—Pa ti mi cola.
—¿Te crees muy graciosa?.—sonrió.
—¿Y para qué película es?.
—¿Estás respondiendo mi pregunta con otra pregunta?.
—¡Lo acabas de hacer tú!.—exclamé.
—En fin...—se ajustó las gafas.

Jodidamente lindo.

—La peli es Frankenstein.—dijo.
—¡Yo la quería ver! ¡Espera!.
—¿O es manzana?.

Pasé del comentario y fui a mi cuarto, cogí dinero y le dije a mi abuelo que me iba.

Salí de casa.

—Emh, no he traído mi bicicleta, pensé en ir andando.—dijo.
—¿Acaso esto es una cita?.—reí.
—Sí.—sonrió.

¿Qué?.

Sentí mi rostro arder.

¿Qué mierda se hace en una cita? ¿O qué hago ahora? ¿Le hablo de tampones?.

—¿Y me ibas a llevar a una cita sin decirme antes que era una cita?.—cuestioné y empezamos a caminar hacía el cine.
—Sí, ¿algún problema?.
—¿Y si no quiero?.
—¿No quieres?.—sonrió burlón.
—Agh.—gruñí & rió.