DISCOLORED ━━ richie tozier ✓

Capítulo 6.

Después de conocer bien a Mike (y el a nosotros) salimos de los barrens para dar un paseo.

—Chicos...—dijo Mike.
—¿Sí?.
—Cuando Henry me estaba golpeando en los barrens... Vi como un payaso horrible entre los arbustos, pero desapareció... ¿Aquí hay algún circo?.—confesó.
—El circo de la vida, no mames.—dijo Richie.

Compartimos miradas, y Bill asintió.

—Te-tenemos que con-contarte algo.—le dijo Bill.

[…]

Después de explicarle todo lo que pasa, lo que sabemos y lo que nos pasó... El quedó re ¿¿:D??

—La verdad es que mi abuelo* dice que Derry es un lugar maligno, que aquí pasan cosas malas.—contó Mike.
—Lo sabemos.—dijo Bev.
—¿Y ahora qué hacemos?.—preguntó Eddie.
—Podemos ir a la biblioteca a reunir más información, así podríamos saber donde pueden estar los desaparecidos.—dijo Ben, asentimos y nos pusimos en camino.
—¿Es enserio? ¿Vamos a ir a una jodida biblioteca para no hablar?.—dijo Richie.

Los demás caminaban por delante, y hablaban entre ellos.

—Así te callas y paso el mejor momento de mi vida.—dije.

Se puso a mi lado y me rodeó con el brazo.

—Oh, vamos, sabes que me amas.—me dijo.

Rodee los ojos.

—El día en que esa cosa pase, te golpearé.—le dije.

No dijo nada, pero tampoco se quitó.

Lo aparté, y me sonrió burlonamente.

Al llegar a la biblioteca, vimos que no había nadie, así que nos sentamos en una mesa circular.

Obviamente, cogimos todos los libros de Derry & empezamos a leerlos.

—¡Me aburro!.—exclamó Richie 5 minutos después.

La bibliotecaria susurró un "shhh".

—Aquí no hay nada de las desapariciones.—dijo Mike.
—Eso solo están en los periódicos.—dijo Ben.
—¿Alguien va ha por ellos y así vamos más rápido?.—preguntó Eddie.
—¡Yo! ¿Pero dónde están?.—dijo Richie.
—En el sótano, pero no sé en que caja.—dije.
—Genial...—ironizó.—¿Alguien me acompaña?.
—¿Tienes miedo?.—preguntó Bev burlona.
—¡No!. Dina, acompáñame.
—¿Qué? ¿Por qué yo?.—dije dejando de leer.
—Di-dina, por-porfavor.—me dijo Bill.
—Agh, está bien.—dije levantándome y Richie me siguió.

Oí que Ben me susurró "cuidado".

Ah, ya sé.

Bajamos al sótano.

—¿No te da miedo?.—me preguntó Richie burlón.
—Que a ti te de miedo no significa que a mi también me de.—dije sin mirarle.
—¡No me da miedo!.—exclamó.
—Ajá.

Empecé a revisar cajas, y solo había enciclopedias o libros descartados.

Encontré una caja de periódicos pero solo eran de deportes.

—¿Encuentras algo?.—le pregunté.
—Solo una lagartija.—dijo cogiéndola de la cola y enseñándomela.
—Déjala.

La acercó a mi.

—Ni la acerques.—dije alejándome.
—Oh, ¿te da miedo?.
—No, me da asco.

La puso a un milímetro de mi nariz y cerré los ojos con fuerza.

QUITA ESA COSA DE MI JODIDA CARA.

Abrí los ojos.

Me encontré la cara de Richie a centímetros de la mía.