Capítulo 25.

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Ya llegamos a su casa, así que paré y él se bajó.

—Oye, Didi.—habló haciendo que yo no me fuera.—Perdón por... Lo de hace una semana, enserio. Aunque yo tenía razón.

Fruncí el ceño.

—Amh, ¿razón con qué?.
—Con todo lo que digo desde que nací.—dijo con tono obvio.—Aunque me refería con lo de que no están desaparecidos, están muertos.

Recordé que nombró a mi abuela, y en verdad me dolió.

—Y nadie volverá allí para ma...—le interrumpí.
—Voy a volver a Neibolt Street, y voy a matar a ese payaso.—dije dolida.—Y ahora mismo solo Bill & Beverly tienen razón.
—Mierda, no quise decir eso... ¡Olvida todo lo que he dicho en este último año!.
—En ese caso... ¿Quién eres?.—pregunté.
—No tiene gracia.
—Sigo sin saber quién eres.

Me giré para irme, pero habló.

—¿No a significado nada para ti ese beso?.

Lo miré de reojo.

—¿Por qué crees que volví a besarte? ¿Para hacer un cliché?.

Y ahora si que me fui hacía casa.

Richie pov's.
—Stanley, tengo sueño y hambre.—le dije.

Me miró incrédulo.

—¿Te cuento mis sentimientos y mis problemas y me vienes con esas?.—preguntó.
—Acaso yo...—me señalé.—¿Te he preguntado qué te pasa?.
—Come mierda, Richie.
—No te quiero comer, Stan.

Rodó los ojos y se tumbó en su cama.

—¿Sabes? Con todo lo que me cuentas, creo que ya debes confesarte a Bill.—le dije.
—Claro que no, a él le gusta Beverly.
—¿Cómo lo sabes? Además, a ella le gusta Ben.
—Tampoco me quiero confesar por todo lo que nos está pasando a todos.
—Pues, caramba.

Me miró serio.

—¿Y tú?.
—¿Yo qué?.
—¿Cuándo te confesarás a Dina?.
—Joder Stanley, te he dicho que no me gusta.
—¡Cuando os peleásteis no parabas de hablarme de ella!.
—¿Yo? Seguro que fue tu imaginación.

No sé lo que siento, ¿vale?.

—¿Y cuándo no sabías lo que era el amor y contaste lo que te pasaba con ella y describiste la jodida definición de que te gusta?.
—No me acuerdo de eso.—mentí.
—Richard... ¿Qué pasó en mi baño?.
—Cuando fui hace unos minutos tuve diarrea, lo siento.
—¿Qué? ¡No!.—puso una mueca de asco.—Me refiero a esta mañana con Dina.
—Ah, nos besamos.

Se incorporó.

—¿¡Y lo dices así sin más?! ¿Acaso sentiste algo?.
Sonreí.—Fue la mejor sensación de toda mi estúpida vida.
—Está claro, te súper gusta, mueres por...—le tiré un cojín en la cara haciendo que se callase.

Dina pov's.
Vi que Bill tenía un dibujo de Beverly en un cajón.

—Esto me hace sospechar tus sentimientos.—le dije.

Le enseñé el dibujo.

—¡Gu-guarda e-eso!.
—Está bonito.—dijo Beverly.—¿Pero por qué tiene una mancha roja en medio?.
—Es agua que ca-cayó del te-techo el di-día que me en-encontré a Ge-georgie en el so-sótano.
—Oh.—dijimos Bev & yo.
—No pi-piensen mal, es que se me da bi-bien dibu-bujar ro-rostros de chi-chicas.—sacó otro dibujo.—Tambi-bién te di-dibuje, Dina.

Miré el dibujo.

Incluso podría decir que me hizo más linda.

—¡Está precioso, me encanta!.—exclamé.
—Dibujas muy bien, Bill.—le dijo Bev.
—Gra-gracias chi-chicas.

Miré el cajón con disimulo, divisando un intento de dibujo al rostro de Stan.

Sonreí internamente.

—Voy a casa de Ben, adiós chicos.—me despedí.
—Ten cuidado.—me dijo Bev.

Asentí y salí de casa de Bill.

Mientras llegaba a casa de Ben, miré por todas partes para no encontrarme a Henry & sus secuaces.

Y con éxito, llamé a casa de Ben.

Me abrió su primo.

Se apartó de la puerta, pasando de mi, y pasé adentro pasando yo de él.

Saludé a la señora Hanscom y fui al cuarto de Ben.

—Hey, Benny.—cerré la puerta.
Cerró un libro.—Hola, Didi.
—¿Estás mejor?.
—Sí, gracias a Beverly mis heridas se están curando.—sonrió.—¿Y tú?.
—Sí, yo no me hice nada.
—Pero te sangraba el labio y ahora lo tienes un poco morado.

Me toqué los labios y recordé el beso.

—Ah, no es na-nada.
—¿Te has sonrojado​?.
—¡Claro que no!.—exclamé acostándome en su cama.
Rió.—¿Pasó algo que no sé?.
—Puede...
—Si quieres, cuéntame.—dijo poniéndose más cerca mía con la silla.
—Pues... En el baño de Stan, Richie y yo nos besamos.—dije rápidamente.—¡Dos veces!.

Abrió los ojos como platos.

—¡Oh dios, mi primer beso de verdad fue en el baño de Stanley!.—exclamé, dándome cuenta.
—¿Primer beso de verdad?.
—Sí, en teoría mi primer beso fue en infantil con un niño que no sé si sigue vivo.
Puso una pockerface.—Y... ¿Le das más importancia al sitio que a quién besas?.
—Eh, sí.
—¿Y ya está? Es decir, ¿qué onda con el beso?.

Digamos que sentí mil cucarachas en mi estómago.

Esperen, eso suena asqueroso.

Mejor, mil ornitorrincos.

...Olvídenlo, soy penosa con lo romántico.

Y no estoy enfadada con él.

Hablé, llegando a una conclusión.

—Tengo un proceso bioquímico en el hipotálamo debido a la segregación de dopamina.
—¿Qué?.
—Que me gusta Richie.

Ben sonrió, cosa que también hice.

¿Sabíais que los ornitorrincos sudan leche?.






















¿Sabíais que los ornitorrincos sudan leche?

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SE NOTA, SE SIENTE, EL FINAL ESTÁ PRESENTE.

Pero tengo sorpresitas(?

Pero tengo sorpresitas(?

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