Se notaba que era la primera vez que revelaba tanto, que me dejaba ver lo herido que realmente estaba por dentro. Una cicatriz que jamas podría sanar... O eso pensaba antes él.

—Entiende —Su mano acarició mi rostro con cuidado —Yo te dejé morir ese dia —Y ahí estaba su verdadero motivo —No quiero ser el que te arrebate la vida otra vez... No merezco siquiera tu perdón.

Atrapé su mano en mi mejilla y la presione suavemente. Lo que decía realmente dolía, en especial por que yo sabia que la única culpable aquí de esa tragedia había sido yo.

—Yo te amo —Susurré frotando su mano —La única manera de la que puedes lastimarme es alejandote.

—Es por tu bien, Mari —Sentía como temblaba, realmente temblaba con miedo  —Deberías odiarme.

Se había abierto por completo a mi, me estaba dejando ver las heridas que se había estado lamiendo por años, heridas que había intentando sanar con mujeres, alcohol y soledad.

—Yo debería odiarme —Susurré con la voz quebrada —Por lo que te hice... Lo que te obligué a convertirte.

Negó con la cabeza y separo su mano para abrir la puerta.

—El único culpable aquí soy yo —Empujó la puerta del conductor y se bajó.

Rápidamente imité su acción y lo detuve justo antes de que se alejara.

—Lo lamento —Me sonrió con tristeza y acarició mi mejilla nuevamente.

—Las cosas no van a cambiar —Explicó —Solo te lo cuento para que entiendas el porqué de todo, ¿Si?

Me acerqué un poco y sujeté su camisa, tire suavemente hacía delante pero no se movió.

—No lo hagas mas difícil —Rogó apartando un mechón de mi frente —Por favor...

Lo mire con intensidad y el soltó una risa antes de apartar la mirada.

—Si no me besas quiere decir que no me quieres —Murmuré atrapando su mirada.

—Entonces no te quiero —Su respuesta sonaba falsa y forzada.

—Entonces mañana me iré... —Sus cejas se volvieron a juntar con disgusto, las manos acariciaron mis dos mejillas con suavidad —Te entiendo... Realmente lo hago pero tambien necesito que tu me entiendas a mi —Hinché el pecho con esfuerzo, intentaba evitar el dolor que comenzaba a quemarme —Yo no puedo seguir viviendo aquí como si nada. No luego de todo lo que sucedió.

—Pero podríamos volver a ser como an... —Su voz fue enmudeciendo mientras me observaba negar con la cabeza.

—Hay cosas que nunca podrían volver a ser como antes —Apretó la boca en una fina linea.

—¿Por qué es tan difícil? —Preguntó riendo sin gracia alguna —¿Por qué no me odiaste desde un principio? Eso nos hubiera ahorrado tantas cosas...

—Adrien —Apreté mi mano contra su mejilla, él permitió que lo acariciase con lentitud —Nos podríamos ahorrar muchas otras cosas peores si solo me dejaras ser... Si permitieras que esto suceda —Agregué haciendo énfasis.

Giró su rostro hasta mi mano y besó mi palma antes de volverla a dejar donde estaba. Conocía esa triste mirada reflejada en sus ojos... Ya me imaginaba que venía.

—¿Sabes que yo no soy bueno para ti? —Preguntó mientras soltaba un suspiro —Ni nunca lo seré... —Lo interrumpí antes de que acabase.

—No me importa —Repliqué con tal firmeza que sus ojos se agrandaron por la sorpresa —Si a ti nunca te importó lo que yo pensaba entonces ahora yo seré la que no te escuche. No voy a dejar que hagas esto.

Vaya, no podía estar mas sorprendida que él pero mis palabras habían surgido desde el fondo de mi ser, eran tan blancas y reales que cualquiera podría ver que no era una sugerencia sino mas bien una amenaza.

—¿Me permites terminar? —Sugirió con una risa.

—Si vas a decirme que n... —Su mano atrapó mi mentón y lo elevó.

—Decía —Continuó como si nunca hubiese hablado —No soy bueno para ti, ni nunca lo seré —Repitió con cuidado —Pero...

Una luz en la oscuridad. Asi se había sentido esa ultima palabra, tan corta e insípida pero cargada de esperanza y alegría.

—¿Pero? —Murmuré casi sin aliento, notando como su sonrisa se ensanchaba aun más.

—Pero si puedes aceptar lo poco que tengo para darte... Entonces yo podría... —Ni esperé a que termine de hablar, me lance de lleno y pegué mis labios a los suyos.

Sus manos se movieron hasta mi cintura y se inclinó un poco para facilitarme el beso.
Definitivamente era todo lo opuesto a lo que había sido el beso de la semana pasada, este era mas suave y dulce que cualquier otro con el que me hubiera encontrado en sus labios.

—Deberías hacer eso mas seguido —Susurró con su frente pegada a la mia en cuanto nos separamos.

—Definitivamente... —Agregué separando los párpados para poder observarlo aunque sea por un solo segundo antes de que él abriera sus ojos.

Lamentablemente en cuanto lo observe me encontré con la imponente cercanía de su mirada, azul contra verde. Cada detalle de esos preciosos ojos estaban tan cerca de mi que me arrebataban el aliento con tal facilidad.

—Deberíamos ir a dormir... Ya es tarde —Dijo sin apartarse ni un solo milímetro, sin siquiera parpadear.

Tragué pesadamente, no quería separarme, no cuando la amenaza de que él volviera a ser el mismo en la mañana estaba tan presente en mi pecho.
Él noto ese miedo y depositó un corto beso contra mis labios, pero solo sirvió para aferrarme mas a su ropa.

—Todo estará bien —Esperó a que dijera algo pero simplemente cerré los párpados, dejando que la sensación de su respiración me hiciera cosquillas en la mejilla.

—Solo dejame unos minutos mas —Pedí con la voz temblorosa —Dejame asimilar que esto es real.

Tocó nuevamente mi rostro con cariño, una mano tan grande y fuerte como la era la suya, y sin embargo con la habilidad de dar las caricias mas dulces y cuidadosas. Trazó un recorrido a lo largo de mi mejilla hasta llegar al mentón para tirar de él despacio y recortar la diminuta distancia entre nuestras bocas.
Un beso lento y profundo, eso era, pero mucho menos inocente que el anterior con la intensión de elevarme la temperatura a la par que mis latidos.
Entrelacé mis dedos detrás de su nuca y dejé que él recorriera el largo de mis caderas antes de sentir como me alzaba y me depositaba sobre el capó del coche.
Con una mano apretada el mi cintura y la otra presionada sobre la helada superficie metálica, se inclinó sobre mi aumentando la presión del beso, entrelazando su lengua con la mia.
Cada vez que nos apartábamos para recuperar el aliento el beso que le seguía resultaba ser mas duro y potente que el anterior, cada vez se volvía mas necesitado como si fuera necesario darlos todos y cada uno en este momento, como si fuesen todos los que evitamos a lo largo de nuestras vidas.
De pronto sus manos me empujaron hacia él y noté la ausencia del coche debajo de mi, no tarde nada en enredar mis piernas a su alrededor.

—Si seguimos aquí acabaremos congelados —Rió contra mis labios.

Una amplia sonrisa se dibujo en mi rostro antes de volver a plantarle un beso mientras dejaba que me llevase a la casa nuevamente.






Holis chicxs, si que pasó un largo rato desde la última vez que actualicé aquí :v (Lo peor es que este capítulo y el que sigue los tenía listos desde hace como un mes pero no los publicaba para no quedarme sin nada, cómo está pasando now) Bueeno, volviendo al tema.

Ya expliqué en Súplicas Mudas que tengo algunos problemitas zentimenthalez, si por un hombrezuelo  que sospecho que no quiere darme bola porque le gustó a su estúpido amigo >:v
iaiaia, no ventilo más mi laif, voy a intentar de empezar a actualizar más seguido de nuevo así no quedamos en el olvido.

Bye, nos leemos cuando podamos 😘

El Despertar - AdrinetteWhere stories live. Discover now