--- Eso es verdad, amiga. Tú me ayudaste a mí cuando estuve sin trabajo, y lo mínimo que podría hacer es devolverte la mano. --- aseguró Dinah en lo que tomaba la mano de Camila, pensando que así la calmaría, pero no funcionó de mucho.

--- Chicas, no me importa quedarme sin trabajo. --- Sus amigas fruncieron el entrecejo sin entender mucho y eso frustraba en demasía a la joven enfermera. --- Lo que pasa es que esta chica no se quiere ir. Y yo lo veo contraproducente para su tratamiento, ya que está adaptándose por fin a la vida de una persona común y corriente. Tú, Normani, me entenderás. Y bueno --- Empezó a juguetear con sus dedos, en lo que pronunciaba cada palabra a continuación:--- , puede que le haya dicho a esta chica que puede quedarse unos días en nuestra casa, hasta que se estabilicen las cosas y yo lograra convencer a su familia de que el viaje no sería bueno para ella. Sólo unos días.

Sus dos amigas abrieron la boca cuando les dijo eso, y Camila ya estaba a punto de vomitar de los nervios. Si sus cálculos habían sido correctos, Lauren estaría llegando a su casa en menos de una hora, y no había pensado en la posibilidad de que sus amigas le dijeran que no podía quedarse la chica con ellas.

La primera en hablar fue Normani, quien también se puso de pie y empezó a caminar de un lado a otro, en lo que se frotaba la frente con fuerza, señal inequívoca de que estaba ingresando al no tan deseado estado de histeria.

--- Recapítulemos: una chica mentalmente inestable que está a tu cuidado se irá a Italia con una de sus tutoras legales y tú pretendes impedirlo permitiendo que se quede en nuestra casa hasta que, en tus palabras, se estabilicen las cosas, ¿cierto? --- le preguntó a Camila clavando sus ojos oscuros en ella, a lo que esta se limitó a asentir. Normani levantó la vista al cielo y se detuvo para decir:--- No sé qué demonios ha pasado con la Camila que conozco, pero no es la persona que tengo frente a mí.

--- ¿Cómo?

--- Camila, por Dios, sabes lo delicado que es todo esto. Esa chica está bajo el cuidado de su familia y al final del día son ellos quienes deciden por ella. Tú eres simplemente su enfermera y su médico es el único que puede decidir si es oportuno o no esto del viaje. Y para que estén planificando uno de esas proporciones, lo más probable es que le hayan dicho que sí. Además, si con la persona que vive aquí dices que se lleva pésimamente, es lógico que se vaya con su abuela, que le proporcionará más estabilidad y menos discusiones. Tú, si te metes de por medio, te arriesgas a que te quiten tu licencia, por lo que no podrías ejercer formalmente nunca más y de paso a ser acusada de secuestro, ya que, a pesar de ser mayor de edad, la chica sigue bajo la tutela de su tía. No puedes arriesgarte de esa manera, Camila. Te aseguro que la cárcel no es un lecho de rosas.

--- Normani, nosotras juramos ayudar a nuestros pacientes a sanar. Y sé que será peor si se va del país. No me importa si pierdo la licencia o no. Mientras ella esté bien, no importa lo demás. Sé que también las arriesgo a ustedes, pero si llegan a descubrirme, seré yo quien asuma toda la culpa. Pero, por favor ayúdenme a impedir que se vaya de aquí.

Dinah se había mantenido en silencio todo ese tiempo. Observó a Camila un buen rato, analizando sus gestos y cómo movía su cuerpo cuando hablaba de su paciente y una pequeña duda se asentó en su mente. A fin de cuentas era actriz, y su trabajo se medía en cómo lograba manejar el lenguaje corporal, entenderlo y hacer uso de ese entendimiento. Camila hablaba como una mujer enamorada; de esas que estaban dispuestas a todo por la persona que aman. Y algo en su interior le decía que ese amor no estaba dirigido hacia el pobrecillo de Daniel. Clavó su mirada en los ojos de su amiga y pudo ver cómo las dos se dieron cuenta que conocían la verdadera intención detrás de esa imperiosa necesidad de que la chica Jauregui no se fuera a Italia. Y, para tranquilidad de la joven enfermera, Dinah simplemente sonrió. En el poco tiempo que llevaba en el teatro había visto de todo junto a Jackie Nicholson, así que decidió aplicar el consejo de su director: abre tu mente y expande tus sentidos.

--- Creo que ya no podemos hacer nada, Mani. Nuestra querida Camilita ya decidió esto mucho antes y creo que nuestro deber como sus amigas es apoyarla. Lo que no sé es cómo nos acomodaremos aquí, aunque creo que en recepción vi una cama de campaña que dejaron olvidada los vecinos del piso de abajo. Podríamos pedirla prestada y así dormiría en tu habitación, Camila. Al menos hasta que todo se calme. Y tú podrás hablar con la señora Eva y arreglar ese asunto. El señor Nicholson siempre dice que Eva Green de Jauregui es el ser más amable y comprensivo del mundo, tanto que no sabe cómo son amigos.

En el rostro de Camila se dibujó una mueca, ya que no sabía muy bien si la señora Green de Jauregui sería igual de comprensiva con ellas. Miró a Normani, en búsqueda de su aprobación y esta se limitó a encojerse de hombros, para luego decir:

--- Si no queda de otra...

Y con eso el corazón de Camila por fin se calmó. Las abrazó a las dos y agradeció al Cielo tener amigas que la ayudaran de esa forma. En un dos por tres bajaron a recepción, le pidieron la cama prestada al recepcionista y la acomodaron en la habitación de Camila. El espacio se redujo lo suyo, pero a la enfermera Cabello no le importaba en lo más mínimo. Aunque estuviera durmiendo en una choza y directo al suelo estaría feliz de hacerlo con Lauren. Sonrió al pensar en ello y luego se sentaron las tres en la sala de estar en silencio, en lo que esperaban a que la nueva inquilina hiciera su arribo. No pasó más de media hora cuando el sonido de unos nudillos al golpear la puerta se hicieron presentes. Camila se puso de pie de un salto y abrió la puerta sin siquiera mirar por la mirilla.

Los ojos esmeralda de Lauren, su cabello peinado suelto, una maleta de mano y una sonrisa que iluminaría el lugar más oscuro se encontraban frente a ella. Camila dejó de respirar en ese instante, y a duras penas logró mascullar lo que dijo a continuación:

--- Bienvenida a casa, señorita Jauregui.

Smoke Gets In Your EyesWhere stories live. Discover now