Despedida de soltero.

Capítulo 7: Conociendo a los empleados 3.

Kenny sonrió y miró a Token y Clyde.

- ¡Hey chicos! ¡Ya vengo!

- ¡Bueno! -Dijeron ambos.

Cuando Kenny se fue, Token y Clyde empezaron a bailar más pegados. Incluso Token lo agarró de la cintura. Clyde tenía una mirada seductora.

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Kyle y Stan seguían en el bar.

- ¡No te daré más alcohol! -Decía Kyle riendo.

- ¿¿Por qué?? -Decía Stan-. Vamos, no seas malo.

- Ya bebiste demasiado.

En esos momentos Kenny pasó por atrás de Kyle.

- Bueno, veo que se están conociendo -sonrió Kenny.

- Hola Kenny -dijo Kyle sonriendo.

- ¡Kenny! ¡Amigo! -Dijo Stan riendo eufórico.

- ¿Cuánto tomó? -Le preguntó Kenny a Kyle.

- Demasiado -dijo Kyle-. Ya le dije que pare.

- ¡Es que tus tragos son tan ricos Kyle! -Dijo Stan mientras se tambaleaba.

- Si no le alcanza el dinero, luego me avisas -le susurró Kenny a Kyle.

- Bien -contestó.

- Bueno chicos, los dejo que se sigan conociendo -dijo Kenny guiñando un ojo.

- ¡Oh, no, Kenny! -Dijo Stan señalándolo-. No es lo que piensas...

- ¿Qué? Yo no dije nada.

Kyle y Kenny rieron. Cuando Kenny se fue, Kyle miró Stan.

- Veo que son muy buenos amigos -le dijo sonriendo.

- ¡Los mejores! -Rió Stan muy borracho.

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En un cuarto, detrás del bar, se encontraba Butters sentado en el borde de una cama. Terminaba de ponerse sus medias de red.

- ¡Butters espero que salgas en 5 minutos! -Le gritaron.

- ¡Ya voy! -Dijo Butters.

Se quedó en silencio unos segundos y empezó a llorar. Trataba de secarse rápido las lágrimas para que no se salga su maquillaje. Por la puerta entró un empleado rubio, de pelo lacio hasta los hombros, disfrazado de ángel.

- ¿Butters? -Dijo Pip- ¿Te encuentras bien?

- No Pip -dijo Butters-. No estoy preparado para esto.

- Lo sé, pero piensa -dijo sentándose a su lado-. Es mejor que estar en la calle.

- ¡Sí! ¡Ya sé! -Butters abrazó a Pip- ¡Extraño mi casa!

- Yo también suelo extrañarla -dijo Pip-. Extraño Inglaterra en general.

- ¿Por qué tuvimos que nacer así Pip? -Le decía Butters con los ojos llorosos- ¿Por qué no podemos ser normales?

- Tranquilo amigo, ya te dije, vamos a salir de esto. Encontraremos un lugar, con personas que nos quieran y nos acepten como somos.

- ¡Quisiera que esas personas fueran mis padres! -Butters abrazo aún más a Pip.

- Tranquilo Butters, todo saldrá bien. Ya verás.

- ¡Butters! -Le volvieron a gritar- ¡Si no sales te voy a buscar!

- ¡Ya voy! -Gritó Butters y luego miró a Pip- ¿Se me corrió mucho el maquillaje?

- No, estás perfecto.

- Gracias -Butters suspiró-. Deséame suerte.

- ¡Suerte! Igual, yo salgo contigo Butters -dijo Pip-. Tengo que limpiar las mesas.

- Oh, bueno...

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Kenny entró a un despacho que se encontraba detrás del bar del cabaret. Había un escritorio en donde se encontraba un hombre de 25 años. Bastante gordo, de pelo castaño.

- Mi cliente favorito -Dijo Eric Cartman parándose y abrazando a Kenny.

- ¡Hola Eric! -Dijo Kenny sonriendo-. Así que ¿Un chico nuevo? ¿Me echó el ojo?

- No, pero ya te lo va a echar -rió Cartman-. Ya debería estar saliendo.

Butters apareció junto con Pip en el despacho de Cartman.

- ¡Por fin! -Dijo Cartman.

- Hola Kenny -dijo Pip.

- ¡Hey Pip! A ti si que hace tiempo no te veía.

- Es verdad -Pip rodeo a Butters con los brazos y le susurró "Tranquilo, todo saldrá bien"-. Me voy a limpiar mesas, nos vemos.

- ¡Muy bien! ¡Trabaja, que para algo te pago! -Dijo Cartman, luego Pip salió-. Y mientras tanto... -Cartman rodeo a Butters con los brazos-. Kenny ella es Majorine.

- Ho-hola -dijo Butters con voz temerosa.

- Hola -le sonrió Kenny-. Te ves muy bien.

- Gra-gracias -respondió.

- Bueno -dijo Cartman sacando unas llaves de su bolsillo-. Habitación 5, es toda suya.

- Gracias Eric -dijo Kenny yendo hacia el cuarto.

Butters salió detrás de él, pero antes de irse, Cartman lo paró unos segundos y le susurró:

- No la cagues, idiota.