Epílogo

820 66 73
                                    

Otro año, esta vez Martinus cumple dieciocho y lo vamos a celebrar en casa porque en este año Martinus empezó a ser más y más popular cada día. No lo demos salir de casa sin que nos encontremos a un gran grupo de chicas queriendo tomarse fotos con él, no le molesta para nada pero hoy es un día especial que quería pasar tranquilo. El tiempo pasa muy rápido cuando estas con la persona que te hace feliz, parece que fue ayer el cumpleaños número diecisiete de Martinus. Detesto admitir que su carrera debilita nuestra relación gracias a todas las entrevistas, conciertos y el trabajo que debe hacer para crear nueva música; eso nos quita mucho tiempo, por eso siempre lo aprovechamos cuando está en casa.

-Huele bien -Martinus siempre se ponía cariñoso cuando olía la comida y hoy no era la excepción, rodó sus manos por mi cintura.

Estaba preparando un pastel por su cumpleaños, no tenía que hacer nada porque era su cumpleaños y le cumpliría cualquier deseo que quisiera.

-Claro es porque yo lo hice.

-Ya quiero comer ¿Cuánto falta?- tocó su estómago con sus manos haciéndome sentir mal porque se estaba muriendo de hambre.

-Falta diez minutos más, mejor ve a jugar- siempre pasaba en esos juegos que estaban de moda, era muy malo pero igual lo disfrutaba.

Ya el pastel listo le di los últimos toques y coloque las dieciocho velas. Aún no podía asimilar que Martinus era un adulto, nunca lo imaginé así; con su mandíbula tan marcada, sus pómulos tampoco se quedaban atrás, su nariz que era perfecta, sus lindas pecas que cubrían sus mejillas y la mayor parte de su nariz. Cada día se veía más guapo.

-Martinus puedes bajar, el pastel está listo- grite pero ya sabía la respuesta.

En veinte minutos bajo, estoy a punto de ganar- sólo porque es su cumpleaños.

Me preguntaba si Marcus también estaba celebrando su cumpleaños ahora mismo. Quizá sus padres ya cambiaron la forma que tenía de ver las cosas. Podemos ser una familia completa y muy feliz. Mis padres no quieren saber nada de mi pero esta bien. Después de una hora Martinus al fin bajo ¡Qué bien que apague las velas y no prendí todas! Se veía apenado pero no podía enojarme con ese lindo chico.

-¡Feliz cumpleaños!- grite haciendo sonreír. Prendí rápidamente las velas hasta que el quedó frente a el.

-Quiero una foto -tome mi celular para abrir la cama y poder guardar ese momento tan preciado que podremos contar a nuestros hijos si alguna vez los tenemos. -Sonríe y di patata- siempre sonreía al escuchar patata, no tenía sentido ni gracia pero para él si.

La foto fue demaciado perfecta, los contrastes que tenía la hacia ver muy bien. Yo tomé una rebanada un poco grande porque Martinus se comería todo el pastel. Era un glotón y yo también pero hoy era su día. Toda la tarde miramos el último capítulo de una temporada que estábamos viendo en ese mes. Martinus siempre se dormía y yo era la única que terminaba de ver las partes finales.
El timbre sonó, no quería ir a abrir, tal vez es alguna fan de Martinus quien descubrió en donde vivimos, esa historia me atteraba per o también podía ser algún vecino o amigo nuestro. Dejé a Martinus durmiendo, no necesitaba despertarlo. Abrí la puerta encontrando algo muy extraño ¿cómo llegó aquí? Tal vez se perdió o lo abandonaron. Era un cachorro, demaciado bonito que cargaba un lazo muy raro, se notaba en buena a condiciones así que nos anteriores hipótesis fueron descartadas.

-Pequeño ¿estas perdido?- me coloque en cuclillas para verlo más de cerca -Puedes pasar, no te haré daño.

El cachorro seguía mirándome y de pronto se dio la vuelta saliendo corriendo hacia la derecha, escuche a alguien quejarse. Salí cautelosamente esperando que no sea nada malo. Todo era extraño, muy extraño.

30 días junto a Martinus (Marcus Y Martinus)(Marcus And Martinus)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora