Día 14

869 59 17
                                    

Noté como la perilla estaba girandose y lo único que se me ocurrió en ese momento fue ponerme en cuclillas junto a su cama.

—¿Qué pasa? —se acercó a mi.

—Es que... —No tengo ni la menor idea de que decir.

—¿Estas bien? —miro mis piernas y se sonrojo— Espera.

No dije nada, solo mire lo que estaba haciendo. Buscaba ropa para mi.

—Lo siento —me extendió un short.

No le dije nada y se volteó. Me puse de pie para colocarme ese short. Me quedo un poco flojo así que mi mano no se movería de ahí para que no se cayera.

—Come —se sentó sobre su cama y tomo el café en sus manos. No lo noté pero se ve tan bien con el cabello mojado y despeinado. Imite su acción y tome un sándwich.

Ninguno volvió a hablar, eso era incómodo para mi. Comimos en silencio hasta terminar y poner las tazas sobre la bandeja.

—Creo que debo irme, adiós —gire para tomar mi mochila y la ropa que estaba en el piso.

—¿No quieres quedarte un poco mas? —su voz seguía sería. No quería estar junto a él, me sentía incómoda.

—Debo irme.

Volví a sentarme para colocarme los zapatos hasta que sentí sus brazos rodeando mi cintura y su cabeza sobre mi hombro.

—No me dejes.

Sentí un nudo en mi garganta, quería besarlo pero no sería lo correcto.

—Te quiero mucho.

Respire ondo ante sus palabras. No podía pelear con Martinus.

—También te quiero... —acaricie su cabeza con mi mano hasta poder verlo. Sus ojos estaban rojos y a punto de cristalizarse— y también lo siento.

Gire para abrazarlo pero Martinus junto sus labios con los míos como si era lo que más necesitara en ese instante. Un beso desesperado que duro varios segundos hasta que me abrazo.

—No sabes cuanto te quiero —habló cerca de mi cuello logrando que me estremesca por su aliento.

—Tu tampoco lo sabes.

—Se que yo te quiero más —empezó a besar mi cuello sin parar, estoy segura de que eso dejaría marca.

—Pruébalo —paro para decirlo y volvió a succionar mi piel haciéndome jadear.

Mi respiración era irregular gracias a él— ¿Cómo?

—No lo se.

Eso no me decía nada. No tenía ni la menor idea de que hacer.

—Espero que no me hayas dejado marca —lo miré esperando que conecte sus ojos con los míos.

—Espero que si —sonrió— ¿te digo algo? —susurró. Asentí— cuando te vi sólo con mi sudadera quedé muy... —Lo interrumpi.

—Creo que se a que te refieres.

—Debo decirlo, eres muy guapa —me tomo de la cintura haciendo que me recueste junto a él— me gustan tus piernas pero mucho más el encaje que traes.

¡Joder! Pensé que no lo vio.

—Creí que miraste —sonreí apenada.

—¿Te digo un secreto? —asentí— te di esa sudadera porque sabía que no te cubriría por completo —empezó a reír.

—¡Morboso! —le di un golpe a su pecho.

—Pero soy tu novio —puso su mano sobre la tela del short que traía.

30 días junto a Martinus (Marcus Y Martinus)(Marcus And Martinus)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora