Día 6

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Camine por los alrededores tratando de abrir cada ventana pero no fue posible, trate de abrir la puerta y también estaba con seguro. Resignada a que no podía hacer nada más volví a mi habitación planeando otra forma de entrar pero no se me ocurrió ninguna.

(...)

El auto ya había llegado, lo que me hizo sonreí al instante. Me levanté con el mejor ánimo que podía desear, vería a Martinus el día de hoy. Por suerte mamá y papá habían salido a su trabajo. Todo seguía muy bien guardado para la sorpresa que le daría a Martinus.

Lo esperé unos minutos pero no salió y comencé a caminar, no quería llegar tarde.

Y como los anteriores días volvió a llegar tarde.

—Tarde de nuevo —lo miré cuando se sentó junto a mi.

—Hola —sonrió, sus mejillas estaban rojas. Debió haber corrido— anoche llegue tarde y me quedé dormido.

—Te esperé todo el día de ayer.

—¡Que linda! —mis mejillas ardieron— espero ya no ir más allá para pasar mas con tiempo con mis amigos.

—Te tengo una... —la profesora interrumpió.

Los dos la miramos de inmediato y se veía enojada.

—Veo que su platica es mas interesante que mi clase ¿por qué no la comparten a todos? —volví a sonrojarme. No quería decir sobre la sorpresa que le daría hoy en la tarde.

—Maestra —se levantó Martinus muy convenció, hablaría—. sólo le contaba de las veces que mi madre visita este instituto.

Como si hubiera visto un fantasma la maestra se puso pálida.

—Esta bien tome asiento pero ya no hable más en mi clase con su amiga— y siguió con la clase.

La carta la tenía dentro de me mochila pero preferí no entregarla en la clase. No quería que nadie la viera y empezarán rumores.

"Tengo una sorpresa para ti esta tarde"

Se lo escribí en un papel y lo lancé sobre su pupitre. Volteó a mirarme sin entender.

—Abrelo.

Lo leyó y lo único que pude ver en sus ojos es que suplicaba saber de que se trataba. Negué con mi cabeza.

El receso comenzó y Martinus no salio con sus amigos. Lo hizo conmigo.

—Me vas a decir ¿cierto? —preguntó de una forma muy tierna que era muy tentadora.

—Claro —sonreí y él hizo lo mismo— que no —salí corriendo.

—¡Eso! —lo escuché gritar— es mejor que corras.

No lo miré, sólo seguí corriendo pero como lo supuse, Martinus era más rápido que yo.

—Te atrape y no voy a soltarte hasta que me digas —Me tenía abrazada por detrás. No se lo diría y en verdad no me molestaba para nada lo que estaba haciendo.

—No te lo voy a decir, no importa que hagas —seguimos peleando mientras caminábamos. Captamos la atención de muchos pero en ese momento no me importó. No pude decir nada más porque empezó a hacer cosquillas.

—¡Para! Ya no puedo mas —No me escuchaba y lo único que se me vino a la mente fue abrazarlo para luego quedar sobre él. Lo logré—. Te dije que paras —una pequeña venganza era lo que tenía en mente.

—Quería que me digas la... —ahora era yo quien lo estaba torturando. Rió y río, fue hermoso verlo así, su sonrisa era perfecta.

—No amigo mío, eso no pasará.

30 días junto a Martinus (Marcus Y Martinus)(Marcus And Martinus)Where stories live. Discover now