—¡Ya quisieras! —Tenía tantas ganas de irme a mi habitación y patear cualquier cosa que, hasta me daba ganas de llorar, pero no pensaba irme y dejar que pensara que ella me ganó —¡No tienes una idea de todo lo que viví, no sabes lo difícil que era ser Ladybug! Asi que no me digas que soy una niña si apenas conoces la mitad de lo que soy.

—¿Y como demonios esperas que yo supiera quien eras?¿Es que alguna vez pensaste en decirme que eras Ladybug? —Puse los ojos en blanco, era tan evidente que intentaba cambiar el rumbo de la conversación —¿O solo te reías de mi mientras yo intentaba entrevistarte?

—¿Reírme?¿Acaso olvidas las veces que salve tu trasero por meterte donde no debías?¡¿O tampoco recuerdas todas las entrevistas privadas que te di para tu maldito blog?!

Se llevó una mano al pecho con indignación y vi como una de sus venas se marcaba en su cuello con furia.

—¡Claro y yo nunca hice nada por ti!¿Verdad? —Gritó con sarcasmo —¿Nunca seguí tus inútiles y patéticos planes para ayudarte a conquistar a Adrien? Y no hablemos de quien te consolaba cuando fallabas.

Abrí la boca para gritarle algo pero mi mente estaba en blanco, ni una sola idea o pensamiento se me cruzo. Pero no iba a dejar que ella me dejase parada como una idiota.

—¡Eres una idiota! —Exclamé hartada, con las lagrimas quemándome los ojos —¡Siempre hice cualquier cosa por ti, hubiera puesto mis manos al fuego por salvarte, y tu solo vas y me traicionas! —Dije con la voz temblorosa, luchaba con mantener la postura frente a ella.

—Deja de decir eso... —La interrumpí antes de que pudiese continuar con sus estupidas excusas.

—Y no solo me traicionaste a mi —Negué con la cabeza lentamente —Tambien esta el pobre ingenuo de Nino, quien probablemente nunca dudo de ti. Seguramente te aprovechaste de eso, al ver que él no sospecharía jamas de algo como una infidelidad probablemente que te lanzaste de cabeza a Adrien —Reí sin gracia alguna solo para no llorar —Y él, luego de saberlo, te perdonó de todas formas... Eso si que debió ser un logro para ti.

Esperé a que explotara, que se me lanzara encima y me diera puñetazos hasta dejarme inconsciente por lo que acabe de decir, pero en cambio hizo algo muchísimo peor que eso, ella comenzó a llorar.

«Esta vez me pase de la raya »Pensé mientras apretujaba los puños tanto hasta que me comenzaron a doler.

No era una lagrimita de cocodrilo, forzada o un llanto común, a Alya las lágrimas le corrían una tras otra sin descanso desde sus ojos y balbuceaba cosas que no lograba comprender, lo único que modulo con casi normalidad fue "Soy una perra" y "No merezco a Nino".
Luego de oír un poco mas de su divagación de tristeza y sus sollozos acabé uniéndome a ella. Comencé a llorar y a divagar babosadas mientras que ella hacia  exactamente lo mismo. Eramos dos idiotas diciendo cosas inentendibles y llorando como dos idiotas.

—Te dije que terminarían así —Ambas volteamos ante el susurro, casi divertido, de Adrien.

Para sorpresa de ambas Nino se encontraba a su lado, los dos asomando sus cabezas desde el marco de la puerta, con la misma expresión de diversión y a la vez ternura reflejada en su rostro.

—¡¿Y tú que miras, idiota?! —Le grito al pobre rubio provocando que estos dos huyeran como niños que acababan de ser descubiertos.

Luego de eso nos quedamos en completo silencio, sin saber si los dos hombres siguieran escuchando detrás de las paredes como dos ancianas chismosas. Pasaron varios minutos hasta que una hablo por fin, rompiendo el tenso silencio que nos rodeaba.

—Marinette, yo realmente me arrepiento de lo que sucedió —Murmuro, aun con la voz temblorosa por el llanto —Ya me bastaba con solo ver a Adrien para recordar lo estúpida y egoísta que fui en ese momento... Ahora verte a ti también lo empeora —Paso con desgano una mano por debajo de su nariz para evitar que esta goteara —Siempre había pensado que si tú supieras de esto acabarías odiándome... Y no estaba equivocada.

El Despertar - AdrinetteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora