Puta cena

7.7K 316 198
                                    


Y es que ya no puedo aguantármelo más, igual debería callarme pero es que... Cuando estoy a medio milisegundo de correrme, se lo suelto.

-He visto tus fotos. –Gimo intentando seguir hablando. –He visto tus fotos desnuda, las he visto.

Y me corro clavando mis uñas en sus espalda, suspirando sobre sus labios y sonriendo, más feliz que nunca.

---

Respiré a bocanadas, sorbiendo el aire que salía de los labios de Mimi, y hundí mis manos en su espalda, apretándola contra mi, todavía notando los espasmos. Ella debió apagar el vibrador, porque no oía más que nuestras respiraciones agitadas y el ruido residual de la calle que se colaba por la ventana entreabierta. Abrí los ojos para mirarla y la encontré con su mirada fija en mi, y la boca abierta.

-¿Qué has visto qué? –Musitó.

Jadeé con liberación y humedecí mis labios para hablar, tenía la garganta seca.

-Tus fotos. –Dije recuperando el aliento. –Joder, y el vídeo, me cago en la puta, Mimi.

-¿Qué vídeo que...? –Parecía perdida.

-Lo siento. –Dije y la agarré de la nuca, evitando que se separase de mi. –No podía con la curiosidad. He cotilleado las carpetas que copió Cepeda, y es verdad, hay fotos tuyas bailando. –Asentí. –Y un vídeo. –Bufé. –Qué vídeo, Mimi.

Ella estaba como aturdida, no sé si se lo estaba tomando del todo bien.

-¿Qué sale en el vídeo? –Preguntó con un hilo de voz.

-Estás haciendo un... -Carraspeé. –Un striptease.

Ella pareció recordar entonces el vídeo del que hablaba, y dejó caer su frente contra mi hombro, suspirando.

-¿Qué pasa?

-Qué vergüenza. –Musitó.

-¿Vergüenza? –Pregunté casi escandalizada. –Mi amor, no he estado más caliente con una cosa así en mi vida.

-Ya te he visto, ya. –Dijo sin despegar su boca de mi cuello, evitando mirarme.

-No tienes por qué sentirte mal, no pasa nada. –La intenté levantar de donde estaba, pero no quería mirarme. –Cariño, la que tendría que morirse de vergüenza soy yo, que mira cómo me has encontrado. –Medio reí.

-No me siento muy orgullosa de esa actuación en particular. –Musitó.

-¿Por qué?

Levantó su cara entonces y me miró un poco incómoda.

-Tuve que beberme hasta el agua de los floreros para hacer eso sin pensar lo que estaba haciendo realmente. –Suspiró. –Digamos que fue un caso excepcional y para un público excepcional. –Movió su cabeza negativamente. –Cosas del negocio.

Torcí mi boca, algo contrariada.

-¿Te lo pidió tu padre? –Ella asintió.- Pero tú no querías... -Entendí.

-Era trabajo, al fin y al cabo. Pero no me sentí especialmente cómoda despelotándome para un grupo de señores trajeados.

-Pero sólo fue... eso... ¿no? –Pregunté casi con miedo.

-Claro que fue sólo eso, Ana. –Su rostro se ensombreció. –Pero no es mi actuación favorita. Y pensar que queda constancia de ella por ahí no me hace especial ilusión. –Bajó la cabeza.

-Eh. –La agarré de la cara e hice que me mirara. –Ahora lo tenemos nosotras, y te aseguro que nos vamos a ocupar de que eso no salga a la luz, ¿vale?

Don't you worry about a thing -Warmi-Onde histórias criam vida. Descubra agora