Puta liada

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Amaia subía y bajaba las cejas con misterio. El momento estaba siendo tan raro que me sentía violenta. Después de un minuto en silencio, estallé.

-¡Joder Amaia, vas a cagar o qué coño!

Tocaron a la puerta con un ritmo específico.

-¡Ah! ¡Me voy a cagar! –Y salió por la puerta dejándola entreabierta.

-Qué cojones... -Susurré para mi.

-Mira que te dijeron que no dijeras palabrotas... 




-¡Roi!

Me lancé a sus brazos antes que hubiera terminado de cerrar la puerta. No podía creérmelo. Me anclé a su cuello y lo abracé con todas mis fuerzas.

-¿Qué haces aquí? –La voz se me estaba rompiendo de la emoción.

-¡Shhh! ¡Que es secreto! –Dijo riendo.

Sonrió y me acarició la mejilla. Yo no podía evitar que se me humedecieran los ojos.

-Roi, te he echado tanto de menos... -Dije abrazándolo de nuevo.

-Lo sé, no podéis vivir sin mi.

Palmeé su brazo.

-¡Eres idiota!

Él me miró sonriendo y me acarició el pelo.

-Estás más guapa...

-Calla ya. –Negué con la cabeza. -¿Qué haces aquí?

-No puedo quedarme mucho... -Dijo. -Teníamos que ensayar para la gala del lunes, las canciones de Eurovisión. Y teníamos que venir aquí a vestuario.

-¿Nadie sabe que estás aquí? –Pregunté.

-Sólo Amaia. Bueno, y tú. –Rió.

-¿Y el resto?

-Agoney le dijo a Amaia a la hora a la que estaríamos aquí y quedé en subir a esa hora aquí. Sabíamos que estabais en el parque y no había directo.

Yo intenté secarme las lágrimas sin éxito. Roi me abrazó de nuevo y rió.

-Eres una llorona.

-Te echaba de menos, gilipollas.

-Y yo a vosotros. –Suspiró. –Estoy deseando que salgáis... Todos los estamos deseando.

-Hablas como si fuera una cárcel.

-No joder... Pero oye, ¡fuera se está de puta madre eh!

La pregunta me quemaba en los labios y casi no podía ni aguantarme.

-¿Están todos?

-Todos no. –Dijo Roi. –Algunos no han podido venir.

-Ah. –Dije solamente.

Mi cara de decepción no pasó inadvertida para Roi. Si Mimi hubiera venido seguro que se las habría ingeniado para subir aunque fuera un segundo o hacerme llegar algo o...

-Eh... -Llamó mi atención Roi. -¿Qué piensa esa cabecita?

-Nada... -Negué sonriendo.

-Ya... -Me miró fijamente. –Ya tendréis tiempo de hablar mucho fuera, Ana. Ahora disfruta de lo que queda.

-Pero ella no...

-No, esta noche no.

Bajé la cabeza algo triste.

-Jo. –Dije bajito.

-Todo está bien... -Dijo Roi besándome la cabeza.

-Roi... Lo de los micros...

Don't you worry about a thing -Warmi-Where stories live. Discover now