Don't you worry about a thing -Warmi-

Puto Calvo

Solté el móvil enfadada encima de la mesa y miré el té que Mimi me había preparado. Di un sorbo, pensando en que hacer respecto a las críticas y mi móvil vibró.Vibró una vez, y otra, y otra.

Y luego sonó.

Y cuando vi en la pantalla "Jadel" se me apretó el estómago.

No sabía qué hacer. Si cogerlo, no cogerlo... Inconscientemente miré por la ventana a ver si veía a Mimi.

El teléfono dejó de sonar pero empezó a vibrar insistentemente.

Esperé a que parara y lo desbloqueé. Tenía 4 whatsapps nuevos. Todos de Jadel.

No piensas venir a x tus cosas?

Tngo un par de cosas q igual kieres ver

Se que estas leyendo coje el puto telefono

De repente toda la seguridad que tenía, se me esfumó por completo. Me sentía como vigilada, como intimidada. Como si de repente él pudiera saber dónde estaba, aquí, en el piso de Mimi, tirada en el sofá.

Pensar en eso me hizo tener un poco de miedo real.

Mimi abrió la puerta de casa escandalosamente.

-¡Banana! He traído la ostia de cosas. Los putos chinos ven OT y he tenido que hacerme una foto con... ¿Qué te pasa?

Mimi soltó las bolsas en la mesa de la entrada y se acercó al sofá, quitándose la chaqueta en el proceso.

-¿Ana? ¿Qué pasa?

Yo le tendí el móvil, con el whatsapp abierto, para que leyera. Me temblaban las manos y ella las mantuvo cogidas mientras leía. Bufó y puso los ojos en blanco.

-Bueno... –Dijo soltando el teléfono.

-Mimi, no sé qué quiere, pero...

-Ana. –Me cogió de las mejillas. –No te preocupes. Es normal. Él está dolido y si puede putearte, lo va hacer.

Yo intenté contener el nudo de mi garganta.

-Pero para eso estoy yo aquí. –Me abrazó. –Yo, y Ricky, y Cepeda, y todos nosotros. Y no vamos a dejar ni que te diga ninguna tontería ni que haga ninguna tontería.

-Yo pensé que... -Tragué saliva. –Que él se comportaría de otra manera. –Negué con la cabeza. –Ya sé que tiene que ser jodido, pero no puedo comprender como después de tantos años... Me trata así.

Mimi me abrazó más fuerte y besó mi cabeza con cariño.

-¿Qué quieres hacer?

-No lo sé. –Negué. –Sólo quiero estar tranquila, que acabe todo esto y encontrar un sitio donde quedarme y...

-Ana. –Me interrumpió y subió mi mentón para que la mirara. –Relájate.

Yo suspiré y asentí.

-Yo sé que... Joder, que acabas de salir y todo eso, pero tú sabes que te puedes quedar aquí el tiempo que haga falta. La semana que viene tenemos que volver a Barcelona, y seguro que te llueven ofertas para hacer muchísimas cosas...

Yo reí con sorna.

-No sé de qué te ríes... Ya me darás la razón. –Besó mis labios brevemente. -Lo que quiero decir es que no vas a tener tiempo de buscar nada, quédate tranquila con eso. ¿Sí?

Asentí suspirando.

-Y ahora. –Dijo cogiéndome las manos y tirando de ellas para levantarme. –Vamos a cenar y vamos a llamar a Luis.