Putos tiempos

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Yo intenté hacer memoria. Manuel me miraba como esperando que cayera en algo.

-Tenemos que evitar que salga todo a la vez, porque si te solapas con Miriam es más irrelevante, pero esto no... Es como si Amaia y Alfred sacan disco a la vez. –Movió las manos haciendo ver que había una explosión. –Implosiona todo.

-¿Qué pasa que no puedo solaparme con Amaia y Alfred?

Manuel me miró como extrañado.

-Ana, ¿Lo del single de Mimi?

-¿Qué single? –Pregunté estupefacta.

-¿No te lo ha contado?


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-¿Mimi?

Entré en casa con un suspiro. Al final había pasado todo el día fuera y llegaba pasadas las 11 de la noche. Solté las llaves en la mesita de la entrada y colgué la chaqueta en el perchero de cualquier manera. Me adentré en el salón y tiré el bolso en el sofá. Mimo, que bebía agua en la cocina, salió a saludar.

-¿Dónde está mamá? –Pregunté acariciándolo.

Pasé por la habitación quitándome el jersey y oí la ducha y la música que venía del baño.

Me quité la ropa con apremio y me acerqué a la puerta intentando abrirla sin hacer demasiado ruido. Podía ver la silueta de Mimi moverse al ritmo de Camila Cabello mientras se enjabonaba el pelo. Aguanté la risa cuando la vi mover el culo contra la mampara.

Cerré cuidadosamente y abrí la puerta de la ducha rápidamente, abrazándola por la espalda antes de que casi fuera consciente de que estaba ahí.

-Ostia puta, Banana. –Exclamó y yo reí sobre su espalda. –Deja de hacer estas cosas, por favor.

-¿Te asusté? –Pregunté girándola en mis brazos y besando su cuello.

Ella cogió mi mano y la llevó a su pecho. Sus latidos iban rapidísimos.

-Eso es porque me acabas de ver después de todo el día. –Sonreí.

-Si sigues siendo así de silenciosa no podré verte más, me matarás de un infarto antes.

Reí contra su cuello y acaricié sus costados retirando el agua que caía de la ducha.

-Otras veces no te molesta que sea tan silenciosa... -Murmuré y subí mi cabeza a la vez que tiré de su cuello, para besarla en los labios. Ella me estrechó entre sus brazos y pegué un respingo al sentir su piel mojada contra la mía.

-Umm... -Murmuró. -¿Has venido a ducharte o a distraerme?

-Pensaba que podía hacer ambas cosas...

Mimi sonrió y, sin soltarme, nos movió hasta donde caía el chorro de agua. Besó mi cuello mientras el agua caía y sus manos acariciaban mis hombros. Me estremecí con esa sensación. El agua caliente, el cuerpo de Mimi y sus besos en mi cuello eran definitivamente una combinación que podría comprar para todas mis noches.

Se separó un poco de mi cuerpo y alcanzó un bote de la estantería, vertiendo un poco en su mano. Con sus dedos me hizo un gesto para que me diera la vuelta. Me apoyé en su pecho y dejé que sus manos acariciaran mi pelo.

-Has venido muy tarde. –Susurró.

-Ajá...

Ella rió y siguió con su masaje en mi cabeza.

-Qué nos gusta que nos soben eh.

Me giré un poco para mirarla.

-Si eres tú siempre. –Respondí.

Don't you worry about a thing -Warmi-Where stories live. Discover now