Capítulo 22: "Astrid y sus dudas en un año".

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Hola, como están. La razón por la que actualizo hoy es porque tuve algunos cambios con mis horarios, y se me hace más fácil publicar un nuevo capítulo los lunes, ahora sí, ya pueden leer.

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Capítulo 22: "Astrid y sus dudas en un año".
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Dolor, ¿que significa esa palabra?, podía referirse a malestar físico, pero, ¿también podía usarse para los sentimientos?. La gente solía usarlo para eso, podías decir que sentiste dolor cuando murió un ser querido, cuando murió tu mascota, cuando tu pareja se separó de ti, pero aún así, ¿está el término bien empleado?, ¿realmente se le puede llamar dolor a ese sentimiento?, si tal vez sí. Astrid así lo creía, para ella esa definición si estaba acertada, ella misma lo estaba experimentando, los dos tipos, dolor del cuerpo y dolor sentimental. Su cuerpo estaba sumamente cansado, lleno de heridas y moretones, se notaba que había estado en problemas, así lo decía su ropa desgarrada. Pero además de eso, su mente estaba muy confusa, llena de dudas, dudas que esperaba quitar de su vida.
El camino al pueblo ya conocido por ella se estaba haciendo muy pesado, sabía la dirección, pero lo que no sabía era cuanto tiempo más podría resistir, sus piernas le fallaban cada vez más, y el dolor físico se iba incrementando con cada paso que daba. Pero aún siguió, no se rindió, no se resignó a quedarse tirada en un bosque solitario, continuaría hasta que finalmente no pudiera dar ni un solo paso más. Siguió sin parar, metro tras metro, creyendo realmente que ese dolor la haría más fuerte, y cuando estaba a punto de abandonar toda esperanza, ésta renació frente a sus ojos. Se encontraba en una colina, y más allá, cuesta abajo, se podía ver ese pintoresco pueblo al que se dirigía, aún se veía muy pequeño, estaba lejos, pero llegaría a cómo diera lugar. El tiempo siguió corriendo, cómo debía ser, y luego de un rato mas, y de comenzar a dejar un hilo de sangre en el suelo por donde pasaba, llegó a su destino. Ese lugar, el único lugar que realmente recordaba, pasó por la entrada, encaminándose a la calle principal, pero el gusto no le duró mucho, pues comenzó a desplomarse hacía el suelo, eso era todo, hasta allí habían llegado sus fuerzas. Se preparó para recibir el impacto, el fuerte golpe que seguramente se llevaría, si no fuera porque unos fuertes brazos la sujetaron, impidiendo su caída.

- Señorita, ¿se encuentra bien? - preguntó un preocupado hombre, seguramente un habitante del pueblo, quién la había sujetado para que no cayera.

- Sí...podrías llevarme... - intentó hablar débilmente.

- Te llevaré a la clínica del pueblo - dijo el hombre, sujetándola de la cintura y pasando uno de los brazos de ella por detrás de su cuello, para que así pudiera recargar todo su peso en él.

- No...llevame con la alcaldesa... -.

- ¿La alcaldesa?, ¡que cosas dices!, lo importante es ir a atenderte - le dijo el hombre - sólo mirate, hasta estás dejando sangre en el suelo, no puedo creer que alguien te hiciera esto -.

- No...yo me metí...en una pelea -.

- ¿Una pelea?, no me imagino a una chica como tú metiéndose en peleas - alagó.

- Si te contara - le dijo Astrid tratando de usar sarcasmo - pero de verdad...te pido que me lleves...con la alcaldesa - pidió.

- ¿Pero porqué?, es más importante atenderte - le sugirió.

- Voy a estar bien...me recuperaré...de verdad - siguió pidiendo.

- Esta bien - el hombre finalmente accedió a su súplica - te llevaré con la alcaldesa, pero si te pasa algo que conste que fue tu decisión - le aclaró.

El Ojo Del DragónWhere stories live. Discover now