C A P Í T U L O 6

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—¿No hablas en serio o sí? ¿Venimos a un café sólo para que te abra la puerta?

—A mí no. Es un café muy popular, le tendrás que abrir la puerta a cada persona que quiera entrar. En resumen, el café ahora tiene un portero y no le tendrá que pagar.

[...]

Después de una hora y media abriendo y cerrando puertas me dijo que parase.

—Abrir la puerta es un hábito atractivo para una dama y envidiable para otro hombre. Tendrás que abrirles la puerta también a tus suegros cada que vayan a entrar a un lugar juntos, incluso la puerta del auto. Una cosa, no vayas a hacer una estupidez como abrirle la puerta cuando alguno vaya al baño, ahí no es necesaria la caballerosidad.

—Sí, sí, entiendo. ¿También hago lo de ayudarle con la silla?

—Sí, se me estaba pasando eso. Ahí sólo tendrás que hacerlo con Amy, con tus suegros no es necesario. —Asentí.

—¿Algo más? No sé, ¿llevo flores?

—No, aún no. Primero, no es la ocasión, es una cena en la que van a tratar un tema serio. Y dos, eres tan idiota que existe la posibilidad de que le lleves flores amarillas o blancas.

—¿Qué tiene de malo?

—No hay problema si es que son de su agrado. Pero las de color amarillo se suelen dar a los enfermos. Y las blancas se asocian más a un funeral.

—Una última pregunta.

—¿Qué?

—¿Quién te enseñó esto?

—Lo leí en internet antes de que llegaras.

Pff. Todo un profesional.

[...]

Amy.

—Yo creo que con ese está bien. —Opiné señalando el vestido.

—¿Segura? Se trata de una cena en un lugar lujoso. Podemos ver otra tienda si quieres. —Sugirió Rouge mientras que Blaze, cansada ya de tantas bolsas, rogó en murmuros porque ya fuese momento de irnos.

—¡No! Eh... No, jeje. Me gustó este. —Respondí con urgencia. La gata suspiró aliviada tirando las bolsas que no llevaríamos.

—Si tú lo dices. Aún no me dices con quién irás a cenar, pilla. —Rouge me dio un codazo.

—Eh...

Él le dijo a sus amigos. ¿Por qué yo no?

—Es algo complicado de explicar.

—¿Has estado saliendo con alguien sin decírmelo?

—No, no... O bueno, sí. Pero de un modo más complejo...

—No pasará con que me digas quién es, queri-.

—Tengo esposo.

Ella sólo rió y en una fracción de segundo me miró estupefacta.

—Pff. Casi caigo, jajá. ¿Qué pasó? ¿Vendrá Tommy Thunder acaso? ¿Algún actor o cantante que sea tu amor platónico?

—Rouge, hablo en serio. Me casé.

—Ya, claro.

—Rouge, creo que dice la verdad. —Aportó Blaze.

—¿Le vas a creer con esa actuación tan sencilla? Está bromeando.

—No, le creo porque últimamente se la pasa pensando y más alejada. ¿Es eso? ¿O en realidad estás jugando?

—Sonará algo descabellado, pero me casé estando ebria.

Casados Por AccidenteWhere stories live. Discover now