40- La fotografía (parte 2)

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Era de esperarse que la comida fuera extravagante, lujosa, caprichosa, exótica...y asombrosamente marítima.
A casi nadie le gusta el pescado oloroso pero da la casualidad de que yo era la única que no podía probar un solo bocado sin vomitarlo todo.
A pesar de que Tom trató de persuadirme yo estaba convencida de que ese era un plan malvado contra mi.

El evento fue estilo buffet con mínimo 15 variedades de platillos que involucraban pescado, pulpo, camarones, langosta y caviar.

Estaba en la mesa de los postres, ya que era lo único que pensaba comer ese día, sirviéndome mi tercera copa de fresas con crema cuando sentí unas manos firmes tomarme de la cintura. Voltee para encontrarme con los exquisitos labios de Tom. Amaba besarlo, nunca me cansaría de hacerlo, pero me ponía algo nerviosa hacerlo frente a la familia y, sobretodo, frente a mis padres.
-¿Y eso?- volví a girarme hacia la mesa para seguir sirviéndome.
-Ese idiota estaba mirándote el trasero.
-¿Qué?
Voltee hacia donde disimuladamente Thomas había señalado con su barbilla y en cuanto Arturo se percató de que lo mirábamos cambió la dirección de sus ojos.
"Que asco." Pensé y por primera vez me compadecí de mi prima.

Volvía a mi asiento cuando escuché un carro aparcar. Creí que ya estábamos todos. Tachaba nombres de la lista mental que había hecho para tratar de adivinar quién era el invitado faltante pero me detuve al escuchar una risa proveniente del recién llegado. Lo reconocí en seguida, sin embargo, me parecía imposible que estuviera ahí.
Giré y, como una niña chiquita, corrí a abrazar a mi hermano mientras Zo activaba la alarma de su auto.
-¡No puedo creer que estés aquí!
-Nunca te habría dejado sola en una fiesta familiar...-me deprendí de Gera y salude a la chica para empezar a caminar hacia la mesa- aún que ahora veo que no lo estás.- dijo saludando a Tom a lo lejos.

Alrededor de una hora después, cuando ya todos habían acabado de comer y probar cada postre de las mesas, alguien tuvo la maravillosa idea de tomar una foto panorámica para "inmortalizar el recuerdo de esa memorable ocasión".
"Grandísima tontería" ¿Alguna vez les han tomado una foto grupal con sus compañeros de la escuela? ¿Recuerdan lo frustrante y desesperante que era la maestra? ¿Recuerdan los gritos de órdenes para acomodarlos y que lograrán salir todos en el cuadro? Bueno, multipliquen eso por mil y más o menos podrán imaginar por lo que estábamos pasando. Éramos muchas personas, con distintas estaturas y "ángulos". Pusieron bancos, unos se subieron en pequeñas cajas, otros tuvieron que hincarse y arrodillarse para hacer espacio para los demás y, aún así, no salía bien.

Como media hora después logramos, al fin, tener las posiciones perfectas y ya solo faltaba ajustar el temporalizador.
-Hija, ve por mis gafas de sol.- ordenó mi tía lanzándome las llaves de su auto.
-¿Disculpe?
"No te enojes".
-Con el sol de frente mis ojos van a salir entrecerrados en la foto. Y necesito mis lentes.
-¿Y no puede ir usted a buscarlos?
-No.-lo dijo con un tono de obviedad que me sacaba de quicio- Corre, no tenemos todo el día.
"Recuerda que Tom te está viendo" "Cuenta hasta diez" me repetía.
Empecé a caminar hacia el estacionamiento.
-Mi carro está en la cochera, en la parte de atrás de la casa, así que tienes que buscar esas llaves también.
Cambié la dirección de mis pasos sin contestar nada más.
"Tranquila, tranquila." "Cuenta hasta cien".
-¡Laura!
¿¡En serio!? No iba ni a medio camino cuando me volvió a gritar. Me detuve en seco y esperé a que me alcanzara sin voltear a verla.
"Tranquila" "Cuenta hasta mil".
-Oye...estás enojada.
-Noooo, yo nunca podría enojarme con ustedes.-contesté con un tono empapado de sarcasmo.
-Sé que tal vez no es la manera correcta de hacerlo pero...nos preocupamos por ti y todo esto lo hacemos por tu bien, no queremos que crezcas y te estanques o seas una conformista.-ladeó un poco la cabeza y algo me dijo que ese comentario se refería a mi prima y el saco de basura que tenía como novio.
-¿Qué?
-El mundo y la vida pueden ser difíciles pero si estás preparada no es nada que no puedas controlar.
"Wow, eso no me lo esperaba". Nunca creí escuchar palabras semejantes a esas salir de la boca de alguna de mis tías y menos que fueran dirigidas a mi. Toda mi vida pensé que me odiaban por no ser como ellas querían, por pensar diferente, por no ser tan fina, porque mi cabello no era muy bonito, porque era muy tonta y me podían lastimar, porque era vulnerable ante ellas, por mi forma de vestir; por cualquier motivo menos por "mi bien". Estaba en shock. Mi cabeza era un lío, trataba de procesar la información que mis oídos habían recibido y contestar de una manera coherente y sin balbuceos pero no salía nada de mi, apenas si podía respirar con normalidad.
-O-okay.- fue lo único que pude decir.
Mi tía me dirigió la sonrisa más amable y sincera que jamás le hubiera visto, giró sobre sus tacones, se arregló el cabello y caminó de regreso a donde estaban todos esperando por la foto. Yo también me di la vuelta y con las piernas temblorosas caminé para buscar las llaves. Una vez que las encontré fui a la cochera y me puse a buscar los lentes por todo el auto. Debajo, en la guantera, colgados, tirados, en los asientos de atrás, hasta en la cajuela busqué pero no encontré nada. Apenada y derrotada caminé de regreso al patio para decirle a mi tía que no los había podido encontrar, que tal vez los había dejado en su casa; cuando la ví. Sonreía para la cámara, igual que todos , con sus dichosas gafas de sol puestas. Nadie me veía, todos sonreían con la vista al aparato. Solamente Thomas y mi hermano parecían estar buscándome con sus miradas disimuladas hacia todas partes. El juego de llaves se resbaló de mis dedos y cayó al pasto pues mi cerebro ya no le daba ninguna clase de orden a mi cuerpo, mi cerebro solo pensaba en la palabra HIPOCRESÍA y la repetía una y otra vez. ¿Cómo pude ser tan tonta? ¿Cómo pude caer en esa trampa? ¿Por qué creí que me decía esas cosas de corazón? ¿Como no capté que solo estaba fingiendo quererme como siempre? Y lo peor de todo ¿Por qué me estaba afectando tanto?
Tom al fin me encontró y no sólo él me miró sino que ahora todos tenían los ojos puestos en mi.
La vergüenza y el coraje me provocaron unas ganas incontrolables de llorar así que apreté los puños tanto como pude y corrí dentro de la casa. No quería que me vieran llorar, nunca me había gustado, y menos en esos momentos porque seguramente muchos pensarían que me dolía no haber salido en la maldita fotografía y no era así, es más la foto me importaba un cacahuate; lo que realmente me dolía y molestaba era la crueldad de mi tía por haberse dado el lujo una vez más de jugar con mis sentimientos, y estaba molesta también conmigo misma por haberle creído, por haber creído esas palabras, por sentir que les importaba cuando no era así, y por ser tan débil como para llorar ante tal estupidez.

Te atravesaste en mi camino. (Tom Holland)Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang