19-Sabadín de carne asada

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Después de parar para hacer las compras necesarias regresamos a la camioneta.
-Oigan ¿A dónde vamos?- pregunté desde el asiento trasero.
-A la casa de Jacob- dijo un poco burlón el ojiazul al volante.
-Si pero ¿Hasta Hawai?
-Jaja no, Jake esta rentando un departamento cerca de aquí.
-Ah. Prende la radio.-le dije.
-Con la condición de que no cantes.-advirtió Thomas.
-Es como decirle al agua que no moje.
Rodó los ojos y encendió la radio. Sonó una canción de Adele, una de mis cantantes favoritas; era como una obligación cantar.
-¿En qué quedamos?
-Lo siento pero es i-ne-vi-ta-ble.
Sonrió de lado, le subió a la música y no tardaron mucho en unir sus voces con la mía.

Llegamos a casa de Jake y bajamos todas las cosas. Supongo que escuchó cuando bajamos del elevador porque ni siquiera habíamos tocado la puerta cuando ésta se abrió.
-Hola, chicos.
Nos saludó Jake y nos hizo pasar. Su departamento era muy bonito también solo que lucía diferente, como más tranquilo o de una persona adulta,y no de unos chicos que juegan a estrellarse huevos.
El vivía en el penthouse. Me guió hasta su terraza. Era muy bonito. Se veía la ciudad desde ahí arriba; tenía decoraciones que aparentaban ser un pequeño pero acogedor jardín en las alturas, tres silloncitos bancos individuales de color blanco y, la verdad no se que era, como una especie de mecedora con forma de medio círculo; y un asador junto a una pequeña mesa y sus respectivas sillas.
Sacamos la carne, cuchillos, pinzas, un tazón, un refractario para poner la comida, una hielera y unas cuantas cosillas más.
Agarré el tequila y los limones y los mezclé en el tazón. Sentí la mirada confundida de nuestro anfitrión.
-¿Qué?- le pregunté.
-¿Qué haces, niña?
-Marinar la carne.-ninguno de los tres se veía muy convencido.-Miren y aprendan.
La carne asada era la única comida que realmente me quedaba buena y no necesitaba seguir una reseta para prepararla bien.
Mientras yo marinaba puse a los chicos a picar algunas cosas y partir la carne en trozos pequeños para que fuera más fácil de servir y de cocer. Una hora después ya estaba todo listo, solo faltaba preparar una buena salsa, obviamente era mi tarea hacerla y no es por presumir pero quedó muy muy buena.

Tom calentaba las tortillas en la estufa cuando yo entraba a la cocina y Jake metía una silla que estaba de más en la terraza. Jacob chocó con la mesa y empujó por la espalda a Thomas con las patas de la silla. El empujón hizo que el castaño se fuera hacia adelante y recargara su peso en su mano, por encima del comal.
-¡Ahh!-emitió demostrando el dolor causado por la quemadura mientras alejaba y sacudía su mano.
-¡Tom!-me alarmé y caminé hacia él.
-Perdóname, perdóname, no quise...-Jacob también se alarmó.
-No, estoy bien, estoy bien, no te preocupes.
-Déjame ver.-le dije.
Lo tomé de la mano para ver la herida. No se veía tan mal pero yo ya me había quemado así y sabía como dolía.
-Estoy bien.
Harrison entró a la cocina.
-¿Qué pasó?
-Nada grave.-contesté-Terminen de sacar esto.
-Claro.
-Y tú- me dirigí a Tom- ven conmigo.
Lo tomé de la muñeca.
-¿Y el baño?
-Ahí.-me respondió y señaló una puerta con su otra mano.
Entramos y le dije que se sentara en la taza. Lo hizo. Busqué en el gabinete que había arriba del lavabo y tomé la pasta de dientes. Volteé hacia él y me incliné para estar a su nivel. Puse un poco de pasta en mi dedo y la esparcí a lo largo del suyo y una parte de su palma. Se notaba la relajación en su rostro.
-Ohh, se siente bien.-dijo pasando saliva.
-Lo se.
-Gracias.-dijo y una sonrisa de las suyas, de las que son tiernas y sexys a la vez, apareció en su rostro.
-¡Ya está!-gritó Haz desde la terraza.
-Vamos.

Después de una charla súper duradera llena de chistes, intercambio de experiencias, anécdotas divertidas y demasiadas ocurrencias (como nuestra competencia de eruptos); oscureció. Seguíamos afuera y el sol prácticamente había desaparecido pero aún no hacía frío, además de que le habíamos quitado la parrilla al asador y le habíamos echado más carbón, creando una mini fogatita para nosotros cuatro.
Sabía que no era mi casa, mis muebles, mis amigos habituales, ni siquiera mi país; pero el ambiente que teníamos era acogedor, brindaba una sensación de confianza, seguridad y cariño. Era perfecto.

Creo que comí mucho, de por si no soy de las chicas que solo comen ensaladas y medias porciones. Me dio una especie de "mal del puerco" aplazado; además de que no había dormido muy bien que digamos porque más de una vez me desperté con el corazón agitado y con la suculenta imagen de Thomas stripper Holland en mi mente. Es vergonzoso pero no podía, no puedo, quitarmelo de la cabeza.

Sentí que alguien pasaba sus dedos por mi cabello cerca de mi frente. Se sentía bien pero me hizo despertar.
Tom estaba hincado al lado de mi.
Las estrellas brillaban más que antes, lo que significaba que ya era más tarde. "Me quedé dormida" pensé "Que vergüenza".
Corrían un airecito fresco pero no me pegaba directamente porque estaba envuelta en la chaqueta del castaño. "Pobrecito, siempre que sale conmigo debe pasar frío."
-Hola, bella durmiente.
-Hola.-contesté un poco apenada- Estoy segura de que alguno de ustedes se quitó los zapatos y por eso me dio un ataque de sueño.
Rieron.
-De hecho fuiste tu.
-¿Qué?- bajé mi mirada a mis pies, aun tenía los tenis del ojiazul puestos. Ellos seguían riendo. Había caído en la trampa de Holland.
-Es hora de irnos.-me dijo.
-¿A qué hora sale tu vuelo?- preguntó el hawaiano.
-A las diez de la mañana.
-¿Sabes? Se te extraña cuando no estas aquí.
-Aww yo también extraño sus locuras.
-¿Nuestras locuras? ¿De quién fue la idea de jugar con huevos?- dijo "ofendido" Harrison.
-Tuya.-dije riendo.
-Creo que Jerry descansa cuando no estas con él.- dijo burlón Tom.
-¿Quién es Jerry?- preguntó Jake.
-Mi hermano.
-Ah, creí que era tu novio.
-Yo también creí eso al principio.- confesó Thomas.
-Seguro tus padres también descansan de ti...-comentó Haz- por eso te dejaron venir hasta acá.
-Sii.
Diablos, me tomó desprevenida y no supe disimular mi respuesta.
-Espera-dijo riendo el ojiazul- ¿No te dieron permiso?
-Digamos que...no les comenté.
-¿No saben que estas aquí?
-Nop.- confesé mordiéndome el labio- Gera esta cubriéndome.
Haz aún se reía de mi osadía, esta sorprendido sin duda alguna.
-Van a decir que soy una mala influencia para ti.-dijo también sorprendido Tom.
-No creo.- "Tal vez".
-Hablando de ellos, mañana tienes que ir a verlos.
-Si, patrón.
Me levanté de mi cómodo asiento al igual que ellos.  Me dirigí hacia Jacob. Antes de que pudiera decir algo extendió sus brazos y claro que le di un abrazo.
-Mucho cuidado.
-Claro.
-Oye, no tengo tu número ni nada.
-Yo te lo paso.- dijo Thomas.
-Si, y luego me mandas mensaje.-le dije al hawaiano.
-Muy bien.
Ellos también se despidieron de su amigo y subimos a la camioneta.




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Pronto se vienen las tensiones y confeciones.
😨😏

Te atravesaste en mi camino. (Tom Holland)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora