13- El susto de mi vida

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Eran las once de la mañana de un jueves rutinario de la escuela. Justo era mi cambio de materia, caminaba junto a Gloria hacia el salón D3 donde tomaríamos nuestra siguiente clase cuando vibró mi celular.
*Llamada entrante. Harrison.*
"Que extraño" pensé. Contesté la llamada.
-Hola Haz.
-Laura.
La forma en que pronunció mi nombre me sacó de onda. Sonaba agitado, nervioso, asustado, no lo se.
-Haz ¿Qué ocurre?
-Tom está en el hospital.
Se me salió el alma. ¿En el hospital? Oh, Dios, no por favor. Sin darme cuenta dejé de caminar. Mis piernas flaqueaban, las manos me sudaban, pude sentir como el color de mi rostro se iba poco a poco, como mis labios se separaban, como me temblaba la barbilla, como mi garganta se secaba, como el aire de mis pulmones se escapaba, como los músculos de mi abdomen y mis entrañas se hacían nudos.
-¿Qué?¿Por qué?¿Esta bien?¡Haz!¿Qué pasó?¿Tu?¿Tu estas bien?
Hablé demasiado rápido y luego fue como si todas las palabras se reusaran a salir de mi boca. Estaba realmente asustada. Los nervios me comían viva. Entré en pánico. La palabra hospital nunca me había aterrado tanto, nunca me había provocado tantas náuseas.
-Si, no...emm él...- se escuchaba tan mal como yo- se desmayó en plena grabación.- "Oh Dios mío"- El se veía mal ultimamente pero, pero el decía que estaba bien. Soy...soy ¡Soy un imbécil por haberle creído!
Se sentía culpable. "Pobrecito"
-Haz...
-Ahora mismo voy camino al hospital no me dejaron ir con él en la ambulancia.
-E-esta bien. Tranquilo ¿Si? Voy para allá.
-¿Qué?

Terminé la llamada. Mi corazón aun estaba muy acelerado. Al parpadear un par de lágrimas se escaparon de mis ojos. Las seque rápido con el dorso de mi muñeca.
-¿Qué tienes?¿Qué pasó?- me preguntó, realmente alarmada, mi amiga.
-Tengo que irme. Tom está mal.
Les había contado en la cafetería que había hecho buenos amigos, solo que nunca les conté a qué se dedicaban.
-Pero¿Vas a...
-Disculpame con la profa.
Me fui corriendo, casi volando.
Tenía que ir con él, tenía que ver a mi amigo, apoyarlo, ayudarlo. Salí lo más rápido que pude de la facultad y tomé un taxi al depa. Se me hacía tarde, no tenía tiempo de hacer una maleta ni de comentarle a mamá sobre esa emergencia. Me ponía aun más nerviosa el pensar co reaccionaría ¿Debía decirle? No. Seguramente me haría volver a vivir con ellos en casa, no es que no quisiera pero me gustaba mi independencia; además de que me pondría un GPS en el celular o algo así y me sacaría del programa de becas. Así es, por eso tengo dinero. Por eso podía ir a verlo y no iba a desperdiciar la oportunidad, menos si él estaba en el hospital.
Tomé mi cartera, mi tarjeta y mi pasaporte. Nada más. Volví a tomar un taxi para llegar al aeropuerto.
Decidí llamar a Gera. No contestó. Esperé un minuto. Nada, no contestó. Estaba trabajando pero ¿Qué le costaba contestar?
Entré al aeropuerto. Lo primero que hice fue ir al cajero, cambiar parte de mis billetes por dólares y correr a revisar los horarios de salidas de todas as aerolíneas. Después de ese mini maratón decidí que boleto compraría. Fui con la señorita y le pedí un boleto para el vuelo más cercano (salía en doce minutos). Me dijo que ella recomendaba el siguiente vuelo ¡Claro que no! Era demasiado tiempo. Compré el de doce minutos, que después se convirtieron en diez. Yo calculé que si me daba tiempo de abordar porque no llevaba equipaje, así que no tendría que ir a esa fila; solo a la de seguridad y la del pasaporte.
Mientras estaba formada llamé de nuevo a Gera.
-¿Qué pasa?
-¡Gera, al fin!
-¿Estas bien?
-Si...yo, este, pues...no, no se xomo decirte esto...
-Solo dilo.
-Estoy en el aeropuerto...
-¡¿Que tu qué?!
-Si. Tom esta mal, esta en el hospital, voy a verlo.
-Oye en serio espero que este bien pero no puedes simplemente...
-Si, si puedo- lo interrumpí- ya compré mi boleto, mi vuelo sale en nueve minutos. Solo necesito que me cubras ¿Okay?
-¿Que tu cubra?¿Estas loca?
-Vamos. Yo te cubrí cientos de veces, con esto la cuenta queda saldada.-estaba a punto de replicar cuando lo interrumpí- Cuando te peleaste con Juan. Cuando te perdiste en la ciudad. Cuando no fuimos por donde nos dijeron gracias a ti y tus atajos y nos asaltaron. Cuando no llegaste de la fiesta de Carlos. Cuando te fuiste "a comer" con Zoara y terminaste en Querétato y no volviste en tres días. ¡Cuando rompiste el jarrón Mimg súper caro de mamá y me quedé con la culpa!
-Eso fue hace años ¡Años!
-¡Fue la regañiza de mi vida! Pero ya da igual. Será borrón y cuenta nueva. ¿Me cubres?
Dudó antes de hablar de nuevo.
-Esta bien. A ver que invento. Pero llámame cuando llegues, cuando estés con ellos; quiero que me avises si algo pasa y en dónde te quedarás.
-Si si si, claro. Te amo.
Fin de la llamada. Todo estaba en orden. Corrí y abordé. Tomé mi asiento. Sería un vuelo "rápido" de cuatro horas cuarenta y cinco minutos. Por suerte era el vuelo más cercano en hora y ubicación. Harrison me había mandado la ubicación del  hospital en que habían internado a Tom. Él aun no tenía noticias, los doctores no le decían nada y comenzaba a desesperarse, igual que yo.

Se me hizo eterno el viaje. Las cuatro horas cuarenta y cinco minutos más largos de mi vida. Al aterrizar y abrir las puertas fui la primera en bajar del avión. Corrí hasta la salida y tomé el primer taxi que encontré. Le di el nombre del hospital al chofer, asintió y se puso en marcha. Estaba igual de nerviosa que cuando recibí la llamada de Harrison. Le mandé mensaje a Gera diciéndole que el vuelo había estado bien, que ya había aterrizado y que iba en camino al hospital. Solo respondió "Okay, cuidate" y "Saludos al chico".

Al llegar corrí a la entrada. Le avisé al ojiazul que ya había llegado. No se por que no le avisé antes. Me contestó al instante. Estaba en la habitación E6 en el area de Emergencias. Lo bueno: ya sabia en donde estaba. Lo malo: Emergencias se encontraba del otro lado del mendigo hospital. "Piernas no me fallen ahora" pensé y me eche a correr. Diablos, creo que mi cardio es de baja intensidad porque solo de subir la mitad de las escaleras ya me había agitado demasiado. Sentía una ligera y veronzosa capa de sudor en mi frente y mi respiración estaba acelerada.
Vi la plaquita de la primer puerta "E1" estaba escrito. Seguí corriendo hasta que encontré a Harrison en el pasillo. Lo abracé. Lucía mejor que como lo había escuchado pero aún así creo que ambos necesitábamos desahogarnos un poco con alguien.
-Ven conmigo, solo así te dejaran pasar a su habitación.
Asentí. Sin dudar abrí la puerta. Ahí estaba, en una de esas pequeñas e incómodas camillas de hospital. Nuestras miradas se encontraron. Una sensación de alivio me inundó hasta los cabellos. No se veía tan mal pero si algo desmejorado. Estaba un tanto pálido, sus labios no tenían ese color rosado de antes, tenía unas ligeras ojeras, parecía haber perdido un par de kilos y lucía bastante agotado; pero, encima de todo eso, seguía teniendo esa mirada encantadora. Suspiré. Fue un gran alivio verlo.
-¡Tom!- exclamé y me lancé a sus brazos. No tardó nada en corresponder.
-Laura ¿Pero que...que haces aquí?
En verdad estaba sorprendido.
Quité mis brazos de su espalda para poder poner nuestros rostros frente a frente y posar mis manos en su cuello rozando con mis dedos su mandíbula.
-Me diste el susto de mi vida.- dije y le di un beso en la mejilla.
-A todos.
Me percaté de que Jake tambien estaba ahí. Lo saludé con la cabeza. Me senté en la orilla de la cama.
-¿Pero qué te pasó?
-Nada realmente grave.- dijo una voz masculina y autoritaria detrás de mi.
Di la vuelta y me encontré con un señor alto y corpulento con algunas canas en el cabello y barba. Definitivamente era el doctor.
-Sólo sufrió un colapso.
-¿Un colapso?-dijimos al unísono Haz y yo.
-Si. Básicamente fue mucho para él. Demasiado estrés, demasiado trabajo, podría apostar a que no esta comiendo bien ni durmiendo ¿O si?
-Amm-carraspeó Tom- podría decirse que no.
-Pero estará bien ¿No?- pregunté esperando que la respuesta no fuera mala.
-Si claro que si.-me relajé un poco- Tiene que cuidar un poco más a su novio, señorita.- dijo el doctor mirándome de una forma intimidante. Pude sentir como el color rosado me pintaba las mejillas. Volteé a ver a Tom, quien tambien había dirigido su mirada hacia mi. Sonreía un poco tímido.- Ahora, dígame a detalle como es su rutina.

Cuando terminaron de hablar, después de muchos regaños y sugerencias, el doctor lo dio de alta; le recetó unas vitaminas que solo usaría durante el tiempo que duraran sus grabaciones. A mi me dio unas sugerencias también y una lista de alimentos que "mi novio" debía consumir.

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Taraaaaaan
¿Qué les pareció pequeñuelas?
Mil gracias por leer, votar y comentar. 😆🙊🙈💕
Las cosas se van a poner intensas próximamente.

Te atravesaste en mi camino. (Tom Holland)Where stories live. Discover now