Que difícil es decir te amo (Tristana X Teemo)

¿Que pasa con VeiLu?

Aquí tienen algo por lo que me insistieron, espero les guste, francamente no me importa.

Estos sucesos ocurren antes de los sucesos del capitulo anterior, pero desde el punto de vista de Lulú y Veigar en el lugar donde vive este.

-Jejejeje... esta pócima me permitirá aumentar mi poder de forma inmediata, y yo Veigar, el Maestro del Mal por fin dominaré el mundo!- El mencionado mago se encontraba muy concentrado mezclando cosas para hacer una pócima que supuesta-mente aumentaría su magia, pero lucia bastante volátil. -Ahora, mucho silencio... una pequeña gota de este liquido de alto poder y...-

-Vei! Vei! Mira lo que encontré en la ventana!- Lulú grito desde la habitación y pudo oírse una explosión en donde se encontraba Veigar, el mago había echado mas liquido de la cuenta a causa del susto que le causaron los gritos de Lulú, lo que causo que la pócima le explotara en toda la cara. Veigar se enfureció por esto y en medio de todo el humo causado por la pequeña explosión, fue caminando enojado y apretando los dientes hacia donde se encontraba el hada hechicera. Cuando Lulu lo vio, intento no reírse ante su pinta, ya que tenia la cara y parte del sombrero quemados. -Vei, creo que tu sombrero se quemó.-

-DIME PORQUE HICISTE ESO?!- Dijo o mejor dicho gritó Veigar furioso, el cual se quitó el sombrero y apagó una llamita que tenia en su mejilla usando sus dedos.

-Quiera mostrarte esto.- Ella le enseñó una mariposa que había atrapado en la ventana de la habitación. -¿No es bonita?-

Sin embargo, al pequeño maestro del mal le estaba saliendo humo por la cabeza y las orejas, como si de una tetera se tratase. Aunque estaba furioso por lo ocurrido, el sabia que no podía enojarse mucho con ella, después de todo él la amaba, o eso por lo menos tenia confirmado luego de la charla con el explorador hace unos cuantos capítulos.

-Vuelve a hacer eso... y me molestaré mucho!- Declaró el mago.

Lulú bajo la mirada. -Lo siento... prometo quedarme en ese rincón sin hacer ningún ruido.- Ella señaló un rincón vacio en la habitación y Veigar suspiró.

-Ay Lulú, no me gusta enojarme contigo, pero a veces parece que quieres sacarme de quicio.- Veigar sonaba un poco mas calmado que hace un rato.

-Es que... yo quiero hacerte reír o jugar contigo, pero siempre estas concentrado con tus hechizos o leyendo tomos de alquimia, me gustaría tener un tiempo de diversión contigo.- Dijo la hadita.

-¡¿Yo?! ¡¿Diversión?!- El solo pensar en su él y la palabra diversión usados en la misma oración le hizo sentir nauseas.  -¡¿Y porque no juegas con tu rata mágica?!- Veigar se refería a Pix.

-Vamos Veigi, debes de divertirte, no tienes porque ser toda la vida un gruñón aguafiestas diciendo.- Lulú se aclaro la garganta e imitó la voz de Veigar. -¡Voy a matarte!-

-¡Oye! ¡Yo no habló así!- Veigar infló las mejillas un poco ofendido por la imitación de la chica.

-Claro que si.- Lulú le tomo las manos. -Por fis Veigar, divirtámonos un ratito.- Ella le hizo una carita tierna. -¿Siiiiii?-

El mago desvió la mirada y murmuró a regañadientes. -Esta bien...-

-Yei!- El hada hechicera dio saltitos de felicidad.

-Espero no haber hecho algo tonto...- Pensó él

-¿Y que quieres hacer?- Preguntó Lulú. -Oh oh ya se, hay que hacer cupcakes.- Dijo ella sin siquiera darle tiempo a Veigar para responder.

-¿Que?... ¿Cosa?-

-Pastelitos, o si quieres también podemos dibujar...- Lulú siguió sugiriendo ideas para divertirse.