La familia de Tristana

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Tristana y Teemo caminaron por las atestadas calles de la ciudad de Bandle, y el explorador se sentía algo inseguro sobre todo el asunto, había visto partes de la ciudad que nunca antes había podido observar, y lugares por los cuales le gustaría haber pasado, aunque eso no le quitaba de la mente los nervios que sentía cuando Tristana le había dicho que lo llevaría para que conociera a su familia. No es que estuviera pensando de la manera incorrecta, pero ¿No es algo precipitado que una amiga te presente a sus padres? Al menos eso es lo que el explorador pensaba. Caminaron por un rato hasta que encontraron un autobús que estaba a punto de partir y se subieron.

-Oye Trist, ¿Dónde me habías dicho que vivían tus padres?- Pregunto Teemo mientras ambos se sentaban juntos.

-Mis padres viven en una pequeña granja en las afueras de la ciudad ¿Sabes Teemo? Creo que es justo lo que tú necesitas.- Ella lo miró.

-No necesito nada Tristana.- Respondió Teemo devolviéndole la mirada.

-Lo dudo mucho…- Ella sonrió y miro las manos de Teemo, misteriosamente su amigo no llevaba puestos los guantes como solía hacerlo, por lo que sin pensarlo dos veces ella tomo una de sus manos. El explorador sintió el calor de la mano de su amiga y empezó a sentir que el corazón le estaba latiendo como loco. En ese momento en miro como ambas manos seguían unidas y se entrelazaron. Por su parte Tristana se sentía igual, aunque su corazón estaba algo confundido ¿Realmente ella se estaba enamorando de su mejor amigo? Se quedó con los pensamientos hasta que bajaron del autobús.

Los yordles caminaron por casi una hora hasta que avistaron una pequeña casa rodeada de cultivos y pequeñas huertas. En un pequeño cerco, había unas latas oxidadas, algunas estaban en el suelo y otras en el cerco, pero algo de lo que Teemo se dio cuenta es de que cada una de las latas tenía al menos un agujero de bala. El explorador sonrió ya que se imaginó a Tristana de pequeña disparándole a las latas. Luego de un rato llegaron al porche de la casa.

-Hogar dulce hogar.- Tristana fue a la puerta y rápidamente dio unos golpes.

La puerta fue abierta por una yordle anciana, que usaba un bastón para caminar y apenas podía ver. -Eh… ¿Quién anda ahí?-

-… Abuela?- Dijo Tristana. -¿Dónde están mi mamá y mi papá?-

-Tristana?- La anciana pareció entrar en un estado de euforia. -Oh Dios mio… Liliana! ¡Tu hija está en casa! Y trajo a un hombre con ella!- La abuela gritó hacia el interior de la casa. A continuación, una yordle muy similar a Tristana apareció, tenía el mismo pelaje purpura, el mismo cabello blanco como la nieve y los mismos ojos marrones.

-Hija!- Dijo Liliana al ver a su hija.

-Mamá.- Tristana respondió con alegría y abrazó a su madre. Teemo observó la escena con una sonrisa, ya que le causaba ternura. Cuando la artillera se separó del abrazo, miró a su amigo y luego a su madre. -Eh… mamá… él es Teemo.-

-Un placer señora.- Teemo extendió su mano y la madre de Tristana la estrechó con alegría.

-El placer es todo mio… adelante, pasen pasen.- Dijo Liliana con una gran sonrisa. -Supongo que hay mucho de que hablar, no he visto a mi Tristana desde que era una jovencita revoltosa…-

CONTINUARA... (jejeje que malo soy)

Que difícil es decir te amo (Tristana X Teemo)Where stories live. Discover now