Ayuda inesperada

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Lo que era una linda noche en las afueras del Instituto se había convertido en una noche oscura y con algunas nubes negras en el horizonte. Tristana estaba sentada en los jardines mientras miraba las estrellas, al mismo tiempo que se preguntaba si la noche podría haber acabado de otra forma. Para ella su visita en el banquete fue un completo desastre, obviamente Rumble buscaría una forma de tomar la ofensiva hacia a los humanos, los cuales, según él, "necesitaban" caridad. Claramente el mecánico hizo una escena escandalosa en medio del banquete y como Tristana lo estaba acompañando, tendría que irse también. Le dolía la cola ya que estuvo sentada por casi una hora y estaba segura de que su vestido se estaba empezando a encoger. Al menos fue capaz de donar algo antes de que Shyvana la acompañara hasta la salida. Rumble había sido echado hace ya varios minutos, y el mecánico estaba bastante enfadado a causa de que la "petición de la Ciudad de Bandle no fue escuchada" y ahora la artillera estaba sentada sola, mirando al cielo.

Una estrella fugaz pasó en medio del cielo nocturno y Tristana se animó al instante cuando la vio. -Que debería desear...- Ella musitó voz alta. -Bueno, ya soy una Artillera de Bandle, así que eso está tachado de la lista. Ya soy una campeona en la Liga de Leyendas, vale. Tengo amigos... los amigos más complicados de todo el mundo, así que creo que mi deseo será por...-

Teemo se quedó mirando el mapa en el que había estado trabajando por un buen rato, los detalles estaban finamente dibujados, las rutas y caminos eran claros, y el resultado era un mapa finamente creado. El explorador analizó su obra una última vez, pero la arrugó y a la lanzó al piso, junto a una pila de papeles similares.

-No es lo bastante bueno.- Pensó Teemo antes de sacar otro papel en blanco. Sin embargo, se detuvo al ver que la carta que había llegado hoy de Irene todavía no había sido abierta. El explorador tomó la carta y la miró por un momento en silencio. Estuvo a punto de abrir la carta cuando unos golpes furiosos se escucharon. Temeroso de que su puerta se rompiera por tales golpes, Teemo dejo la carta en la mesa y fue rápidamente a abrir la puerta. Allí, de pie, estaba el atormentado yordle que siempre hacia su vida un infierno.

-Enano!- Dijo Veigar con su voz chillona. -Necesito... tu ayuda.- Luego de eso el silencio invadió la habitación, Teemo no le creía del todo, pero Veigar no mostraba señales de estar tramando algo malvado. Su cuerpo estaba inmóvil y no la misma emoción a diferencia de cuando tenía pensada alguna artimaña malévola bajo la manga, pero, aun así, Teemo sabía que debía ser cuidadoso con él.

-¿Con que?- Respondió Teemo rápidamente.

-Con...- Veigar levantó las manos de forma dramática, pero luego las dejo caer soltando un suspiro. -No sé qué hacer.- La respuesta de Veigar fue bastante calmada, algo que sorprendió al explorador.

-Parece ser muy grave si vienes a pedirme ayuda... vale... supongo que tendremos que hablar a calzón quitado.-

-No te burles de mí, si quisiera podría aniquilarte con un chasquido de mis dedos. Pero volviendo al tema, es esa... insufrible Lulu...- Veigar continuó. -Ella no me dejará!-

-Pero ella no parece estar molestándote en este momento.- Dijo Teemo al ver que el Hada Hechicera estaba ausente en estos momentos.

-No físicamente, mentalmente!- Eso pillo a Teemo con la guardia baja. -Siempre que ella está cerca de mi no la puedo soportar! Pero cuando ella esta lejos no puedo soportar estar sin ella y odio esta sensación! Ayúdame a deshacerme de esto!-

-Uh... Veigar, lo que tu estas sintiendo es afecto, no tengo medicinas ni hierbas para eso.-

-No, pero tu reprimes ese sentimiento!- Veigar volvió a pillar a Teemo con la guardia baja. -Oh sí, es cierto, no te hagas el tonto. Te veo todos los días, escondido detrás de esa sonrisa falsa, deseando el consuelo de Tristana. Puedo verlo todo Teemo, pero tú te las arreglas para reprimir esa sensación que en estos momentos a mí me está quemando por dentro!- Veigar tomo a Teemo por su bufanda. -Dime como deshacerme de esto!-

-Oye! Suéltame la bufanda!- Teemo luchó un poco con el agarre del mago.

-¡Dímelo ahora!-

-¡No puedes!- Eso hizo que Veigar soltara al explorador.

-¿Qué?- Veigar sacudió la cabeza incrédulo y Teemo se levantó rápidamente del suelo.

-Los sentimientos, el querer, el... deseo de ser amado por ella; no puede irse. No cuando ella es demasiado especial, no cuando has estado solo por tanto tiempo, no puedo deshacerme de esa sensación, lo mejor que hago es reprimirla, y eso me deja queriendo aún más que ayer.- Teemo se detuvo por un momento pero Veigar todavía estaba callado. -Tú tienes algo que yo no tengo Veigar, ese brillo en los ojos de Lulu cuando ella te ve, esa sonrisa que ella solo tiene cuando está cerca de ti, tú tienes una oportunidad con ella. No tengo idea de porque tú, pero tú la haces feliz y ella puede hacerte feliz si tú se lo permitieras.- El explorador volvió a detenerse y suspiró amargamente. -Yo no puedo hacer feliz a Tristana, y yo se eso, así que si realmente quieres reprimir esta sensación, si realmente quieres pudrirte en tu propia miseria por el resto de tu vida, solo continua de esa forma, pero no tiene por qué ser así Veigar.- El mago y el explorador se quedaron en silencio por un momento; Teemo estaba resoplando, recuperando el aire de a poco luego de haber terminado de hablar. Veigar entrecerró sus ojos, los cuales aún brillaban, pero estaba claro de que le estaba dando la razón a las palabras de Teemo.

-¿Estas triste verdad?- Por tercera vez en el día, Veigar había pillado a Teemo con la guardia baja. -¿Quién eres tú para declararle tu indignidad a una mujer? ¡Dices que no puedes hacerla feliz, pero ni siquiera sabes porque, solo eres un cobarde! ¡Escondiéndote de algo de lo que ni siquiera estás seguro! Vine aquí buscando tu ayuda, pero parece que eres tú quien necesita mi ayuda!-

-Veigar no, mi vida personal es algo que yo debo manejar.-

-Patético!- Declaró el mago. -La única cosa que te impide tener a Tristana es tu propia incompetencia! Decir algo más sería darte mucho crédito, ahora ve a buscar a tu chica, mientras tanto... yo debo encontrar a la mía.-

Teemo miro a Veigar y pensó que nunca diría esto. -Tienes razón Veigar, gracias.-

-Considéralo un favor.- Sin decir más Veigar se fue. Luego de que el mago se había alejado, Teemo se retiró de su habitación, con un nuevo objetivo en su mente.

-Puedo hacerlo... solo tengo que decírselo!-

Que difícil es decir te amo (Tristana X Teemo)Where stories live. Discover now