II. La Melodía de Aura 2 - Obsidiana

Capítulo 63

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Sofía está recargada a un costado de la puerta de su habitación, me regala una tierna sonrisa.

—¿Bajamos? —pregunta.

Acepto la mano que me extiende al dirigirnos al elevador. Me ha enviado un mensaje cuando llevaba un rato durmiendo, me pidió que la viera en el pasillo porque algo sucedió. Debe ser algo bueno porque esa sonrisa no se borra de su rostro.

—¿Qué te pasó? —Sostiene mis muñecas, los moretones comienzan a dibujarse.

—Nada —Me cruzo de brazos—. Me lastimé con la maleta.

Ni idea de cómo podría hacerme eso con la maleta, So parece creerme. No he forcejeado como para rodearme las muñecas de manchas moradas, pero sí que tendré un par por la mañana.

La madrugada nos recibe con una brisa fresca. Me abrazo para controlar el pequeño temblor que me invade, es probable que sólo sienta frío porque estaba durmiendo en los brazos de Eric... Lo desperté antes de marcharme, se colocó el pantalón del pijama y me pidió que le enviara un mensaje al regresar para que me abriera la puerta. No le ha gustado la idea de despertar solo, le he prometido que no tardaría.

Unos pocos turistas están sentados en las bancas frente a la piscina conversando, nos saludan en sus idiomas natales, respondemos en español. Es agradable ese pequeño intercambio cultural.

Bajamos a la playa, caminamos hasta las sillas donde nos sentáramos el día anterior. El mar es de un color negro absoluto, me recuerda a los ojos de Eric. El agua golpea la arena con sus pequeñas olas, el viento revuelve nuestros cabellos, es una noche mágica en el caribe.

—Ya mañana regresamos —suspira So.

Me siento igual que ella al respecto, no sé si quiero regresar. Han pasado cosas indescriptibles aquí, en casa me espera la plática con Rosario.

—Fede llamó —dice de pronto—. Dice que sabe que no fuiste al bar, pero que no importa porque pasamos a las finales.

León debió aprovechar convivir más con su tío.

—¿Se quedaron mucho rato en La Musa?

—Un poco, nos fuimos después.

Eso explica que Bere no dijera nada cuando hicimos un poco de ruido, sólo un poco...

—¿Cedric estaba celoso?

Sofía se recoge el cabello en una coleta mientras entierra los pies en la arena blanca.

—Sí.

—Tendrá que acostumbrarse... ¡Puedo darle algunos consejos!

—No llamo la atención como Eric.