Obsidiana es la segunda parte de "La Melodía de Aura", es necesario leer primero Preludio.
La Melodía de Aura es una historia llena de música, literatura, emociones a flor de piel y amores que jamás podrás olvidar. Si te interesa, debes empezar...
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No entiendo por qué me molesta que otras chicas miren a Eric, siempre sucedía con Dimas y me daba igual. Tal vez es porque no somos nada, no puedo actuar como una novia celosa. Como sea, me está crispando los nervios la tarada de la fila que no deja de girarse para sonreírle a Eric. Es una morena alta, más o menos de la misma edad que él. No me he fijado si corresponde las sonrisas porque si le veo hacerlo se acaba la cita en este momento.
A Eric le gustan mucho las mujeres...
Me toma por sorpresa sentir el cálido abrazo en el que me envuelve.... ¡Espero que esa tipa nos vea!
—Pareces a punto de atacarla...
Abro mucho los ojos y giro el rostro hacia él... ¡Esa es una cruel mentira!
—¡No es cierto!
—Lo es —ríe confiado, coloca un mechón de mi cabello detrás de la oreja—, pero no tienes que preocuparte.
—¿Por qué...?
—¿Quieres saber, Aura?
Sí, maldita sea.
Me paro de puntillas, sosteniéndome de su pecho, y dejo un beso en su barbilla. Eric se sorprende, pero responde con un beso en mi frente y vuelve a abrazarme. Recargo la cabeza en su pecho, el latido de su corazón contesta a la pregunta sin palabras, sólo con ese cálido boom, boom. No existe otro lugar en el mundo en el que quiera estar más que aquí, a una parte de mí le asusta mucho descubrirlo.
Nuestros asientos están arriba, él va detrás de mí con sus manos en mi cadera ayudando a que la falda no deje ver más de lo adecuado. Ahora sólo tengo que pasar varias horas a su lado, en medio de la oscuridad, sin morir de un infarto que no será causado por Pennywise.
Eric acomoda un par de mechones detrás de mi oreja y me atrae hacia su asiento, otro cálido abrazo. Beso las comisuras de sus labios al tiempo en que las luces se apagan, percibo su sonrisa tímida en mi boca. No me preocupa en lo más mínimo la película de terror que no me dejó dormir con la luz apagada por un mes, si no el controlarme a su lado ¡Eso es terror!
El estúpido payaso revive mis miedos infantiles, cubro mi cara en casi todas las partes donde asoma. Eric ríe bajito de mis reacciones, cobija mis miedos contra su cuerpo que vibra con esas risitas.
Al terminar la primera parte estoy segura de que no conseguiré dormir con la luz apagada o, de plano, dormir. Eric me ha abrazado en todas las partes donde me asusto. Intento parecer muy segura al mencionar las diferencias con la novela que, me sorprendo, también ha leído.
Eric es un chico lector, es demasiado para mi ingenuo corazón.
No reprimo los deseos de depositar otro beso cerca de sus labios, pero se mueve y termina en un roce demasiado íntimo.
