Capítulo 29

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This world is a cruel place,

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This world is a cruel place,

and we're here only to lose

So before life tears us apart,

let death bless me with you

Join Me In Death — HIM

☆★☆

Sofía ya no se encuentra en la habitación cuando termino de tomar una ducha. Me ha contado que Cedric y ella se han dormido en el sofá. Parece algo insignificante, pero So suele despertarse asustada por las madrugadas. Cedric la calmó al recordarle quién era y que no le haría daño, casi ha llorado al contármelo. El chico se ha quedado porque a Sofía le asusta dormir sola en la casa, me siento muy mal por dejarla. Después de todo, ni ha sido tan significativo lo que compartiera con Eric.

Sofía ha pensado en todo, me trajo hasta crema para quitarme el maquillaje. Me gustaría verme al espejo y pensar que soy hermosa, en verdad. No digo que sea horrible, pero sé que no entro en la línea de belleza de Ángela. Soy demasiado baja y delgada, no tengo muchas curvas. Mi piel es de un tomo moreno claro común, mi cabello es simple, no tengo un grandioso sentido del humor y, en resumen, soy bastante irrelevante. Nadie giraría dos veces en mi dirección. Todo lo que soy está en mis escritos, esa es mi esencia. Mi cuerpo o mi rostro son sólo la careta al mundo porque la verdad está en lo que sangro en mis letras.

Guardo mi ropa en la mochila, que está al lado de donde he dejado el libro al entrar al baño... Pero el libro no está.

¡Sofía!

Salgo de la habitación a grandes pasos, cierro con un portazo sin proponérmelo. En el estudio me miran con una risita divertida, no puedo compartir esa misma alegría. El libro está en manos de Eric, así que Sofía de bebió entregárselo y, por lo tanto, sabe que he visto la fotografía.

Evito la mirada oscura que me sigue hasta el amplio sofá-cama donde está sentada Sofía y Cedric. Henrik está frente a la computadora con Gabriel a un lado. Eric está recargado en la pared al costado de una gran fotografía que captura mi atención un instante. Los ojos del chico que aparece retratado me parecen conocidos, por un segundo he creído que era la intensa mirada de Dimas... ¡pero Eric jamás tendría una fotografía de Dimas en su estudio! Además, esos son ojos de un tono verde grisáceo, aunque comparten una similitud escalofriante con los de Dimas.

—¿Ya sufriste el efecto Valo? —Berenice se deja caer a mi lado con un vaso lleno de refresco y hielo y añade—: Esa fotografía la ha hecho Eric.

—¿Sí?

No quiero mirarlo, tampoco me interesa lo que ha hecho o no.

—¿Cuál? —pregunta Henrik y se gira en la silla con rueditas—. Ah, sí. Cuando trabajó en prensa en la Ciudad de México.

II. La Melodía de Aura 2 - ObsidianaWhere stories live. Discover now