II. La Melodía de Aura 2 - Obsidiana

Capítulo 36

☆★☆

Valeria impone respeto sin importar su baja estatura como la mía. Tal vez es la posición en la que se sienta, con la espalda erguida, y prestando total atención a la alumna que canta frente a ella. La joven no pasará de los quince años, pero tiene una voz capaz de erizar a cualquiera. No me han visto, soy una espectadora anónima. Permanezco recargada en la entrada al salón de clases.

Henrik debería pedirle a esa niña que cante con ellos, no a mí.

—Muy bien —felicita Valeria—. Yo creo que estás lista para el festival.

—¿Sí? ¿No se nota que me estoy ahogando?

Valeria niega despacio.

—No, no te ahogas —La tranquiliza con una sonrisa.

—Ya no tanto... —admite la chica—. Gracias por escucharme.

—Cuando quieras. Si te sientes insegura puedes llamarme y revisamos una vez más.

La maestra se levanta del asiento, el vestido lleno de coloridos bordados con fondo negro se agita. Se despiden con un abrazo, es cuando se percatan de mi presencia.

—Hola —saluda—. ¿Tienes mucho rato esperando?

La chica pasa a mi costado, intercambiamos una sonrisa cuando abandona el salón.

—No. Lo suficiente para considerar llamarle a Henrik y decirle que esta niña es lo que busca.

Valeria ríe, me pide que pase en lo que va por agua. El salón está casi vacío a excepción de unas sillas negras acomodadas de forma circular. Me arrepiento de no preguntarle si hay café porque tengo mucho sueño. Me levanté temprano a escribir un pequeño cuento, fue uno de esos momentos de inspiración. Eric se despertó alterado al no encontrarme a su lado, tuve que correr hacia la cama para tranquilizarlo. No sé qué ha pasado por su cabeza, al verme se relajó y evitó hablar sobre su reacción. Quiso saber sobre lo que escribí, pero es algo privado. No sé si esta vez permita que alguien lea ese cuento. Es la historia de una niña que le teme a su sombra, es la primera vez que dejo tanto de mí en lo que escribo.

Le he visto rasurarse la barba, temí que se cortara cada dos segundos, al final le hice reír por mis reacciones exageradas. Se cambió de ropa porque, bueno, la anterior sufrió un accidente. Me ayudó a cambiar sábanas y meterlas a la ropa sucia. Avisó a Henrik mientras yo preparaba algo para desayunar, el rubio gritó tan fuerte que pareció que estaba a mi lado en la cocina.

Las cosas están complicadas para Henrik, ha pedido demasiadas horas libres en su trabajo y ya no puede hacerlo seguido. Además, Sofía tiene que cumplir en la oficina hasta las cuatro o cinco de la tarde como mínimo. Por lo que ensayarán desde esa hora hasta que tengan que tocar en el bar a las diez de la noche. Eric y Valeria acordaron que ella me ayudaría con unas clases intensivas y básicas de canto por las mañanas, por la tarde ensayaré un rato con Henrik y luego iré al bar.

No sé a qué hora escribiré, tengo que encontrar tiempo porque es lo que me mantiene entera. Si dejo de escribir, las cosas van mal.

—¿Tienes la canción?

Me sobresalto al escuchar a Valeria.

—Sí.

—Quiero escucharla —me dice al entregarme un vaso de agua—. Me dijo Eric que serás segunda voz.

—En una canción, sí.

Reproduzco el archivo de música que llevo en el celular. Valeria presta muchísima atención casi con el aparato pegado a la oreja.

—Él canta bien —opina—. Como Eric.

Hago un gesto afirmativo con la cabeza.

—Bien —suspira—. No sé si se pueda hacer mucho en tan poco tiempo, pero te ayudaré lo mejor que pueda ¿Sí?

—Gracias.

—Comencemos por el diafragma... ¿Sabes lo que es?

Me arroja una mirada impaciente.

—Sí...

—Perfecto. Empezaremos con unos ejercicios de respiración...

Estoy nerviosa. Soy de nuevo esa niña pequeña que temía hacer demasiado ruido en la mesa, mamá solía decirme que era muy torpe para mantenerme en silencio. La misma chica aterrada frente al salón de clases, la que teme escuchar sus risas burlescas sin hacer otra cosa que mirarlos.

Tengo mucho miedo. 

☆★☆

Nota:

Capítulo muy corto, pero en un rato subiré otro 💜😌.