La misteriosa conquistadora de laberintos |Magi|

XXXV: Relieve

...

Morgiana tragó en seco, con el puño encogido. Seguía con aquella taza de té entre sus manos, sin casi haber probado un sorbo más tras haber estado escuchando atentamente lo que ese misterioso rubio le contaba de su amiga. 

Y jamás se lo podía haber imaginado ella sola. 

Yunan siempre se mantuvo con una expresión; Melancólica y nostálgica. A veces, muy dulce de recordar los momentos de hace años cuando ella aparecía. 

Y eso, que no lo había contado todo. Había escatimado en detalles. 

— Alexia...— Pronunció la pelirroja, sin saber muy bien qué decir. Fue casi un suspiro. Toda esa historia la había dejado sin habla— ¿No la echas de menos? Después de todo, habéis pasado mucho tiempo juntos. 

El chico sonrió con ternura y sinceridad. 

— Sí, lo hago. Pero estoy seguro de que nuestros caminos se volverán a encontrar tarde o temprano.

— Ha pasado por mucho. Todo eso de su familia y pueblo...— Suspiró la contraria.

— Ciertamente...Pero es más fuerte de lo que crees. 

— De eso ya me he dado cuenta, no nos cabe duda...Pero confiamos todos en ella— Afirmó ella con total sinceridad—. Incluso después de saber la verdad de lo que hizo cuando Sinbad-san lo descubrió...No pareció importarle. 

También, a la peleona no le importó.

Con una mirada más seria y reservada, el mago entornó los ojos. 

— El magi de Kou se lo dijo...— Explicó la joven al sentir que debía seguir, al notar el silencio tenso de la sala— Creí que Sinbad-san se lo tomaría más en serio debido a su posición, pero no fue así...Quizá porque le gusta, supongo. 

El de la trenza frunció débilmente el ceño, casi inadvertido. 

— ¿Sinbad se ha interesado tanto en ella? 

— ¡Oh!— Dijo algo despistada. Toda ingenua en lo que decía, sin saber los efectos que podía causar— ¡Sí! Eso parecía...Hasta la besó. 

La de rojo se llevó la mano al mentón, pensando en todo aquello. 

Para ella, Morgiana, un beso tendría que significar algo así...Especial y bastante personal. Ella pensaba que lo haría por eso. 

En realidad, siempre lo había pensado. 

Una sonrisa para nada pura se asomó en el rostro del rubio. Sin embargo, parecía todo lo contrario; Cándida y amable. 

Pero no era así, en el fondo.

La muchacha lo miró sin saber qué ocurría, desorientada con la situación. 

— Así que la beso, eh... 

Ella asintió, simple.

— Pero Alexia lo tiró al mar por eso. Casi se ahoga, tuvieron que hasta ayudarle a subir. 

Ahora, Yunan rió con suavidad, dejando el té en la mesa. 

— Podía haberme imaginado que Sin se sentiría atraído hacia ella...— Murmuró, con un gesto de serenidad y sigilo— Morgiana— Le sonrió, totalmente cordial y dulce—. Si ves que alguna vez intenta acercarse a ella, procura evitarlo. ¿Sí? 

— ¿Eh...? ¿Por qué?

Él ladeó el cuello, quieto.

— Por diversas razones...