XVII: Silencio

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...


— ¡Sí, Mor-san!—Exclamaba Aladdin, con una sonrisa en el rostro— ¡Tú eres nuestras alas! 

Morgiana, quien estaba más que contenta de escuchar al magi y al rubio decir que era gran parte de la fuerza que ellos albergaban, sonrió con algo de timidez. 

Le alegraba muchísimo oír aquellas palabras, sobretodo de ellos dos. De las personas que la habían liberado de la horrible esclavitud y habían hecho que abriese los ojos hacia una nueva perspectiva. 

— Por cierto, ¿Dónde está Alexia-san?—Preguntó el de ojos azules. Los otros dos chicos se miraron mutuamente, igual de interrogativos. 

— Es la quinta vez que te levanto esta mañana, Alexia—Escucharon decir por detrás de ellos. Ahí tenían la respuesta; Al momento pusieron su atención en aquella persona, que venía hacia ellos con un rostro molesto—. ¡No digas tonterías!

— Pero si es verdad...—Murmuró ella, somnolienta— Te vi la cara, a mí no me mientes. Siempre consigo averiguarlo todo.

— No hace falta que lo jures, sé que eres capaz.

El grupo de tres miraron interesados y curiosos cómo Ja'far llevaba a rastras a Alexia, casi en contra de su voluntad. 

O, más bien, ella hacía fuerza para que al albino le fuese más difícil llevarla. 

Aquellos dos no hacían más que discutir sobre algo, pero no estaba claro de qué ya que parecían divagar entre diferentes temas. En vista a la fanalis, parecía que se llevaban muy bien, pero poniéndonos en la piel de Alibaba...

Él en realidad todavía no entendía cuál era la relación entre esos dos porque, principalmente, a Alexia no le importaba ayudarlo con sus tareas siempre y cuando le diera un melocotón, pero también discutían de vez en cuando a causa de las cosas que hacía y decía la de ojos dorados para molestar.

Pero tanto para Alibaba como para Aladdin y Morgiana, Alexia ya era una amiga desde el principio. 

Y aunque en el fondo nadie supiera cuáles eran las intenciones de ella, él creía firmemente que era recíproco. 

La azabache saludó con su mano a los tres chicos que se posaban ahora delante de ella una vez el de pecas la había soltado, desinteresada.

Posteriormente, volvió a mirar a Ja'far con una expresión mordaz, algo que hizo a éste desconfiar. 

— Tranquilo, no haré nada malo. 

Todos la observaron, sin creerla; No era para nada verdad. 

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...

— Alexia, ¿Puedo preguntarte una cosa?— Dijo el príncipe, casi como un susurro. La nombrada abrió un ojo como interrogación, tumbada en el suelo. 

— La acabas de hacer...  —Canturreó.

Alibaba se rascó la nuca, un tanto nervioso. Y ésto, lo vio ella al instante.

— Dime, ¿Qué quieres preguntarme?— Inquirió ella, curiosa y viendo cómo por el rabillo del ojo Aladdin se acercaba a lanzarse a su persona. 

— Tú...¿Es verdad eso de que, bueno...Sinbad y tú estáis saliendo? 

La azabache se quedó unos segundos en silencio y como si su rostro fuese el de una muñeca sin vida, a medida que el magi de ojos azules paró en seco al verla. 

La misteriosa conquistadora de laberintos |Magi|Where stories live. Discover now