XXI: Descarte

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...


«Me gusta este mundo»

«Confío en ti»

«¡Somos amigos, seguiremos juntos!»


Eso era lo que Aladdin dijo justo después de salir de la mazmorra de Zagan. Justo después, de que la vida de Ithnan traspasase al otro lado, y él mismo lo purificase.

Incluso después de haber visto lo que había visto. 

Posteriormente de todo aquello, todos se dirigieron de nuevo hacia Sindria, donde los demás los esperaban con los brazos abiertos. 

Y algunas que otras incógnitas.

En cuanto pusieron sus pies en la isla del mujeriego, prácticamente ya había empezado la fiesta que tanto les gustaba a los lugareños. La fiesta nocturna con tanta música y espectáculos que realizaban con devoción. 

Aun así, y por primera vez...Había una persona que no tenía ganas de fiesta.

— Alexia— Llamó Ja'far, con una mirada de preocupación en su rostro—. ¿Estás bien? 

Ella sacudió la cabeza.

— Oh, sí...— Respondió, con una sonrisa— ¿Por qué lo dices? 

— Te estaba hablando y no me has hecho caso... 

— Lo siento, lo siento— Dijo, encogiéndose de hombros como si no fuera la gran cosa. Él bufó— . ¿Te estás preocupando por mí?— Volvió a sonreír.

— La verdad es que sí— Espetó con total sinceridad y seriedad. Alexia lo miró con dedicación— . Te noto en otra parte, no conmigo.

El albino suspiró, rascándose la nuca. 

— No sé qué habrá pasado en el laberinto, pero estoy seguro de que algo no me quieres contar... 

— Tengo ganas de emborracharte y ver cómo bailas felizmente—Espetó con diversión.

— Alexia...— Avisó Ja'far.

— Está bien...Creo que me siento mal por robarle tres melocotones a una vendedora.

— ¡Alexia! 

La susodicha rió en seco entretanto estaba en la mira del de ojos negros. Se quedó en silencio unos segundos y lo miró, provocando que él hiciera lo mismo.

— Confías en mí, ¿Verdad, Ja'far?— Preguntó ella, con una mueca maliciosa. 

— Sí...Bastante— Contestó, observándola con confusión—. Quitando el hecho de que a veces me juegas malas pasadas por lo juguetona que eres, como hace un momento. 

La ojidorada sonrió, entretenida y audaz.

— Eso era lo que quería escuchar... 

— Vosotros dos— Habló Masrur, haciéndoles señas para que se acercasen—. Dejad de estar por un rato a solas y venid hacia aquí. 

— ¿No puedes esperar a que acabemos de hablar?— Bufó Ja'far. 

— Si queréis más intimidad, podéis iros a una habitación.

Alexia ladeó la cabeza, soltando una risa. Pero el albino no hizo más que fulminarle con la mirada. 

— ¡De habitación nada!— Exclamó Sinbad, desde lejos— ¡Me niego!

La misteriosa conquistadora de laberintos |Magi|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora