XIII: Indebido

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Pov Alexia


Con curiosidad seguí observando mi alrededor, memorizando por cada sitio que pasaba y cada estructura que veía con sumo cuidado en mi mente.  

Entorné los ojos, astuta.

— Me sorprendió totalmente cuando dijiste que vendrías conmigo...Alexia. 

Cambié mi atención y llevé mis ojos al rostro del de cabello lila. Con una sonrisa taimada y sagaz, moví mi cuello, casi desinteresada.

— Qué puedo decir...— Susurré, con una sonrisa inocente— Quería venir y acompañarte en este interesante y gran viaje. 

Mentira. Iba a venir de todas maneras.

Sinbad me miró con ojos ladinos y una sonrisa picarona, acercándose lentamente a mí. Me contempló desde arriba, casi pegando mi brazo. 

— Seguro que eso es todo, eh...— Me dijo, yo ladeé el cuello como si nada. El rey de los siete mares se encogió de hombros, sonriente— Tampoco es que importe mucho de momento, me complace tenerte aquí.

— Perfecto, todos contentos entonces— Hablé con voz cantarina y traviesa. 

— Más que contento— Me contestó, coqueto—. Pero dentro...Será mejor que no te separes de mí, por si ocurre cualquier cosa.

Satírica, asentí. 

Qué inocente eres si crees que me voy a quedar quieta...O que necesito protección. 

En cuanto me enteré de que Sin iba a ir a Kou por razones políticas, y expresamente a hablar sobre Balbadd, fue como si la oportunidad perfecta me saltase a la cara. 

Era como si te acabasen de poner comida gratis frente a tus ojos, la cual cosa, la tomaría también sin hesitar. 

Quería ver por mis propios ojos quiénes eran, qué hacían...Y si era cierto que esa organización estaba ahí, les daría más que una bonita visita. 

El de Sindria aceptó fácilmente a que fuera con él, aunque en un principio se sorprendió por mi oferta. No obstante, si me hubiese negado el ir, hubiera ido por mi propia cuenta de todas maneras. 

Lo haría me dijera lo que me dijera. 

— ¿Por qué decidiste venir conmigo?— Me preguntó, con una ceja alzada— Dudo mucho que vinieras para estar a solas conmigo, ¿No es así? —sonrió. 

Tras cerrar los ojos un breve momento sin hablar, alcé mi vista a él por la altura y le sonreí con sagacidad. Ladeé el cuello, y él sonrió todavía más. 

— Oh...Quién sabe. 

Sinbad se cruzó de brazos, gratamente insatisfecho. Mas seguía con esa mueca tan característica de él. 

— Y yo que quería saber más cosas de ti...—Murmuró. 

Uh, Sin, Sin...Todo el mundo quiere lo mismo. 

— ¿Quieres saber tú cosas sobre mí?— Negué, burlona; Ya sabía lo suficiente— Siempre eres tan mala conmigo...Me rompes el corazón, Alexia.

— Eso lo dices porque todavía no me has visto haciéndolo literalmente...— Musité para mí misma, entretenida. 

Con sus escoltas y guardias detrás, acabamos encontrándonos en una área enorme y espaciosa. El castillo que tenía el imperio Kou era más que grande, y de una estructura espectacular. Ahí mismo, en la puerta, los supuestos enemigos aguardaban con lanzas, a la espera de abrirnos. 

La misteriosa conquistadora de laberintos |Magi|Where stories live. Discover now